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Los beneficios inesperados de la venganza




14/04/2017 - 11:30:25
BBC.- La venganza ha formado parte del comportamiento humano casi desde que estamos sobre la Tierra. La literatura la ha usado a lo largo de su historia, de las tragedias griegas al Hamlet de Shakespeare.

Muchos de nosotros, sin duda, hemos imaginado vengarnos contra aquellos que nos han contrariado o incluso hemos llevado a cabo el golpe.

En el momento, puede sentirse como una catarsis. Pero, �qu� nos motiva a buscar la venganza?

Los investigadores est�n buscando respuestas a esta pregunta y est�n concluyendo que la venganza tiene algunas ventajas inesperadas.


Para empezar, la venganza es un detonante emocional poderoso que moviliza a las personas a actuar.

"Es una experiencia muy extendida de la vida humana, personas de todas las sociedades entienden la idea de enfadarse y querer herir a alguien que te ha hecho da�o", asegura el psic�logo evolutivo Michael McCullough, de la Universidad de Miami, quien lleva m�s de una d�cada estudiando los mecanismos de la venganza y el perd�n.

De hecho, la venganza potencia el crimen: est� asociada con hasta el 20% de los homicidios y el 60% de los tiroteos en las escuelas, seg�n muestran distintos estudios.

Pero tambi�n influye en la pol�tica. La victoria presidencial de Donald Trump, en Estados Unidos, se produjo gracias a la "venganza de los blancos de clase media�que se sintieron abandonados por una econom�a que se globaliza a un ritmo r�pido", escribi� el Washington Post.

Y muchos otros medios se hicieron eco de este sentimiento.
Una desconocida para la ciencia

Mientras que el tema de la agresi�n ha sido bien estudiado (sus detonantes incluyen el alcohol, haber sido previamente insultado y los rasgos narcisistas de personalidad) la venganza est� peor comprendida.

No es f�cil separarla de lo que es un comportamiento violento, haciendo que sea un tema dif�cil de estudiar.

David Chester, de la Universidad de Virginia Commonwealth, empez� a estudiar los mecanismos de la agresi�n, pero se dio cuenta pronto de que con frecuencia hay algo m�s antes de una interacci�n violenta.

Se refiere a las emociones asociadas a lo que se conoce como el "intermediario psicol�gico": los pensamientos y sentimientos que se producen entre una provocaci�n y el resultado agresivo.

"Me provoc� curiosidad, c�mo se pasa de algo como recibir un insulto a llevar a ejecutar una respuesta agresiva".

La clave, en su opini�n, es el deseo de represalias.

"As� que por intentar entender la agresi�n, empec� a estudiar la venganza".

Se puso a investigar m�s sobre las causas de �sta.
Agresi�n y placer

Al principio, junto con su colega Nathan DeWall de la Universidad de Kentucky, descubri� que una persona que es insultada o rechazada socialmente sufre dolor emocional.

La zona del cerebro asociada con el dolor se activ� m�s intensamente en los participantes que reaccionaron con una respuesta agresiva tras sentirse rechazados.

"Est� poniendo de manifiesto una tendencia antigua y mantenida durante la evoluci�n de responder a las amenazas y hacer da�o mediante una represalia agresiva", dice Chester.

En un estudio de seguimiento, Chester se sorprendi� al ver que el dolor emocional estaba intrincadamente unido al placer.

Aunque que el rechazo se siente doloroso al principio, puede r�pidamente ser enmascarado por el placer cuando se presenta con la oportunidad de vengarse: incluso activa el circuito de recompensas del cerebro, el n�cleo accumbens.

Las personas que han sido provocadas se comportan agresivamente precisamente porque puede ser "gratificante hedon�sticamente", concluy� Chester. La venganza, parece, puede ser muy dulce.

El v�nculo entre la agresi�n y el placer en s� mismo no es nuevo.

El "padre de la psicolog�a", Sigmund Freud, era muy consciente de que comportarse de forma agresiva puede ser una forma de catarsis, pero la idea de que la venganza proporciona una propia forma especial de placer solo ha surgido recientemente.
Una mu�eca de vud�

Para entender esto mejor, Chester y DeWall pusieron en marcha una serie de experimentos, publicados en la edici�n de marzo de este a�o en la revista "Personality and Social Psychology".

Para estos, hicieron que los participantes se sintieran rechazados al ser deliberadamente excluidos de un juego de lanzamiento de pelota computarizado.

Luego, permitieron a todos los participantes clavar agujas en una mu�eca virtual de vud�. Aquellos en el grupo de los rechazados pincharon su mu�eca con un n�mero significativamente mayor de agujas.

Esta simulaci�n de rechazo se hizo primero de forma remota a trav�s de internet, y luego se replic� con distintos participantes en el laboratorio.

En la versi�n en el laboratorio, los participantes dejaron salir su deseo de "venganza" emitiendo un ruido explosivo prolongado y desagradable contra sus oponentes (que eran computadoras, no gente real, pero los participantes no lo sab�an).

De nuevo, aquellos que se sintieron m�s rechazados sometieron a sus rivales a estallidos m�s largos.

Finalmente, para entender el rol de las emociones en el deseo de venganza, Chester y DeWall proporcionaron a los participantes una supuesta droga que inhib�a el estado de �nimo (en realidad, era solo una vitamina inofensiva).

A�n as�, el efecto placebo fue tan fuerte que los participantes que tomaron la "droga" no se molestaron en vengarse contra las personas que los rechazaron, mientras que aquellos que no recibieron el placebo actuaron de forma mucho m�s agresiva.

El grupo que tom� el placebo, parece, no busc� venganza porque creyeron que no iban a sentir placer en ello.
Un placer �pasajero?

Tomando estos resultados todos juntos, el equipo lleg� a una conclusi�n sorprendente.

No solo la venganza puede dar placer, sino que la gente la busca precisamente anticipando esto mismo.


"Se trata de la experiencia de regular emociones", dice Chester. Y funcion�. Tras tener la oportunidad de vengarse, los individuos rechazados obtuvieron la misma puntuaci�n en los ex�menes de estado de �nimo que aquellos que no se sintieron rechazados.

Esta conclusi�n, sin embargo, hay que tomarla con un poco de cautela. No hay en la actualidad estudios de seguimiento a largo plazo sobre c�mo se siente la venganza d�as o incluso semanas despu�s del acto.

Y, seg�n Chester, resultados preliminares todav�a no publicados muestran que las personas que buscan venganza solo obtienen un sentimiento de placer moment�neo.

"Como muchas otras cosas, se siente bien en el momento. Pero empieza un ciclo y comienzo a parecerse a una adicci�n� luego te sientes peor que cuando empezaste", explica.

Y esto puede ayudar a explicar por qu� aquellos que buscan el subid�n de la venganza no son capaces de anticipar las consecuencias personales desastrosas que puede implicar.

El futbolista Zinedine Zidane, por ejemplo, ser� recordado para siempre como el autor de un cabezazo contra Marco Matterazzi en la Copa del Mundo de 2006.
Pero, �por qu�?

La pregunta, entonces, es por qu� este comportamiento aparentemente destructivo persisti� en nuestra evoluci�n si puede causarnos tantos problemas.

La respuesta es que lejos de ser un error evolutivo, la venganza sirve un prop�sito muy �til.

Michael McCyllough lo explica as�: aunque la gente puede decir que buscar la venganza "es muy malo para ti" (porque puede arruinar tus relaciones, por ejemplo) el hecho es que existe, y es positiva.

El objetivo principal es funcionar comofactor disuasorio, lo cual a su vez tiene claras ventajas para nuestra supervivencia.

Pensemos en la cultura de las bandas o de las c�rceles, donde si te mezclas con la gente equivocada los ataques vengativos son una consecuencia segura.

"Si tienes una reputaci�n de ser alguien vengativo, la gente no se va a meter contigo ni intentar aprovecharse", dice Chester.

En la actuaci�n ganadora de un �scar de Leonardo DiCaprio en "The Revenant", su deseo de venganza es tan poderoso que lo mantiene vivo.

Con huesos rotos y heridas abiertas, atraviesa terrenos hostiles y peligrosos para vengarse del asesino de su hijo.

E incluso la amenaza de venganza puede en s� misma disuadir de un ataque, dice McCullough.

"Al individuo que responde a ese da�o le ir� mejor que al que recibe la bofetada en la mejilla y deja que el chico malo se salga con la suya".

Al igual que el hambre, considera la venganza como una necesidad primaria que satisfacer.

Solo entonces puede el vengador seguir hacia adelante, "porqueel objetivo se ha cumplido".

As� que si el objetivo principal de la venganza es evitar el da�o, entonces se trata de algo muy bueno.

Pero esto no implica, dice McCullough, que se deba animar a la gente a buscar venganza.

"Podemos apreciar para qu� sirve, entender que no es el producto de mentes enfermas y al mismo tiempo estar interesados en ayudar a la gente a limitar sus deseos de venganza", asegura.

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