La hembra es dominante y muchas veces consume literalmente a su pareja: lo que estamos descubriendo de la sexualidad de las serpientes
22/06/2017 - 08:58:37
BBC.- Cuando el bi�logo venezolano Jes�s Rivas retir� una anaconda hembra de una org�a de serpientes para poder examinarla, se encontr� con una sorpresa.
Su cuerpo hinchado suger�a que estaba llena de comida, as� que Rivas esper� a que vomitara, pues suelen hacerlo si han comido demasiado o si est�n estresadas.
Pero, en lugar de la t�pica presa, comenz� a salir de su boca la cola de un reptil.
"Era una anaconda", dice Rivas, quien es herpet�logo (experto en el estudio de anfibios y reptiles) en la Universidad Highlands de Nuevo M�xico, en Las Vegas, EE.UU.
"Y el hemipene estaba ah�, as� que era un macho".
La hembra hab�a devorado a una de sus �ltimas parejas sexuales, un fen�meno que se conoce como canibalismo sexual.
Y esta sorprendente acci�n evidencia lo poco que sab�amos sobre las relaciones sexuales de las serpientes.
En las anacondas, el canibalismo sexual s�lo ocurre en una direcci�n: la hembra consume (literalmente) al macho.
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Las hembras dominan
Anteriormente, los cient�ficos hab�an asumido que las serpientes hembra son sumisas durante el cortejo y el apareamiento, pero ahora est� claro que juegan un rol dominante.
Rivas cree que ese sesgo interpretativo se debi� a que la mayor�a de quienes lo investigaron en un principio fueron hombres.
Pero lo cierto es que las serpientes hembra son f�sicamente imponentes, as� que no sorprende que puedan dominar �e incluso tragarse� a sus compa�eros sexuales.
En muchos animales, los machos son m�s grandes que las hembras, pero en el caso de las serpientes ocurre al rev�s.
En las anacondas, las hembras miden casi cinco veces m�s que los machos. Esa es la mayor diferencia de tama�o entre sexos en cualquier vertebrado terrestre. Y la raz�n es que les ayuda a asegurarse un compa�ero.
Adem�s, las serpientes macho no muestran el t�pico comportamiento territorial que corresponde a su sexo en otros animales.
Normalmente, prefieren cortejar a las hembras m�s grandes porque eso significa que son m�s f�rtiles y tienen m�s probabilidades de sobrevivir.
Pero no est� muy claro c�mo lo deciden, porque las serpientes son un poco cortas de vista, as� que tal vez no pueden diferenciar bien su tama�o desde lejos.
Tal vez la clave reside en que el cortejo lo inician ellas. Las hembras expulsan feromonas de su piel cuando terminan su hibernaci�n para atraer a los machos.
"Ellos se vuelven locos", dice Rivas. Y esas feromonas incluyen informaci�n sobre c�mo son ellas.
Michael LeMaster, del Departamento de Biolog�a de la Universidad de Western Orego, EE.UU., descubri� que el olor que emiten las culebras rojas puede transmitir datos sobre su tama�o.
"Nos sorprendi� encontrar que el atractivo sexual femenino depend�a, en parte, de su tama�o", dice LeMaster.
Sin embargo, las feromonas no lo explican todo, porque los pretendientes necesitan acercarse a ellas para poder detectarlas.
"Amor verdadero"
Se pensaba que la poliginia, que ocurre cuando un macho se aparea con varias hembras, era la norma. Pero no es as� de simple.
Es muy habitual para algunas serpientes macho sentirse atra�das hacia la misma hembra.
En la regi�n malasia de Borneo, una serpiente hembra voladora fue fotografiada en un enredo sexual con cuatro machos.
Todos ellos se mov�an como si fueran uno solo siguiendo a la hembra, traslad�ndose entre los arbustos durante media hora, y se cree que los machos estaban compitiendo entre s� por ocupar la posici�n principal para copular.
Por otra parte, las anacondas verdes suelen quedarse inm�viles en el barro o aguas poco profundas mientras los machos hacen el esfuerzo de moverse a su alrededor.
Suelen tener unos 12 pretendientes que se enroscan a su alrededor en un ritual que puede llegar a durar un mes.
Rivas recuerda c�mo vio a una anaconda macho perseguir a una hembra bastante grande y tener sexo con ella despu�s, desechando otras posibles oportunidades que le quedaban m�s cerca.
"Es lo m�s pr�ximo al amor verdadero que puedes encontrar en una serpiente", explica.
Hasta 100 machos
El cortejo de las culebras puede ser todav�a m�s extremo.
En Manitoba, Canad�, una sola hembra puede ser perseguida por hasta 100 machos que se deslizan uno encima de otro formando una "bola de apareamiento".
Pero las culebras s�lo act�an as� en ciertos lugares. No ocurre, por ejemplo, en la parte continental de Estados Unidos, dice Rivas. Y no se sabe muy bien por qu�.
El problema con estas org�as de serpientes es que no queda claro cu�l de los machos �o si alguno de ellos� logra producir descendencia.
Pero una cosa est� clara: las hembras eligen.
"La hembra "decide" en �ltima instancia cu�ndo abrir su cloaca para permitir que ocurra el apareamiento", dice LeMaster.
Adem�s, usan contracciones genitales para controlar la duraci�n del acto y pueden interrumpirlo si no les satisface.
"El m�s fuerte o persistente es probablemente el que lograr� aparearse con la hembra y tener una descendencia m�s fuerte", dice Mark O"Shea, un herpet�logo de la Universidad de Wolverhampton, en Reino Unido.
Rivas cree que las hembras son capaces de usar su sentido del tacto para percibir las diferencias entre machos.
Pero en cualquier caso, no necesitan elegir s�lo a uno y suelen aparearse con varios, a diferencia de ellos, que normalmente se apegan a una hembra.
"Los machos invierten mucha energ�a en tratar de encontrar hembras", dice Rivas, quien cree que la poliandria �cada hembra se aparea con varios machos� es un sistema ancestral entre las serpientes.
Rivas cree que aparearse con varios machos les permite producir una descendencia m�s saludable, descartando el semen de aquellos que son incompatibles o enfermizos, pues pueden almacenar los espermatozoides en su aparato reproductor durante meses e incluso a�os.
Castidad y otros trucos masculinos
Pero entonces, �c�mo hacen los machos para ser exitosos?
Las serpientes ratoneras rojas que acaban de copular emiten una feromona especial que evita que los machos pierdan el tiempo persigui�ndolas.
Pero algunos machos juegan un rol m�s activo.
Por ejemplo, en el caso de las culebras, producen una sustancia gelatinosa que bloquea el aparato reproductor femenino tras aparearse y as� evitar que ella vuelva a hacerlo.
Estos "tapones" no suelen ser efectivos al 100%. De hecho, suelen soltarse.
Pero tienen otro rol, adem�s de fomentar la castidad. Est�n llenos de esperma, el cual puede liberarse de manera gradual a medida que se disuelven.
Un macho tambi�n puede ganar ventaja siendo el �ltimo en aparearse con una hembra, pues el �ltimo esperma llega antes a su destino.
Eso podr�a explicar por qu� las anacondas tienen encuentros sexuales tan largos.
Pero, volviendo al punto de partida, puede que los machos no quieran quedarse enredados a ellas durante demasiado tiempo: hacerlo puede tener como consecuencia ser devorados.
Las hembras de anaconda no siempre se comen a sus parejas, y no se sabe bien cu�ndo eligen hacerlo. Probablemente les aporta nutrientes, lo cual podr�a ser �til porque ayunan durante siete meses mientras est�n embarazadas.
Y es que son tan sigilosas que es dif�cil observarlas en acci�n.
Pero podemos decir que sus h�bitos de apareamiento son bastante similares a los de las ara�as. En ambos casos, ellas con m�s grandes, ellos compiten para fertilizarlas y ellas encuentran la manera de controlar con qui�n se aparean.
Y, por �ltimo, ellos corren el riesgo de ser devorados por su compa�era.
Por qu� dos grupos tan diferentes �que tuvieron un antepasado com�n por �ltima vez hace cientos de millones de a�os, cuando la vida animal s�lo exist�a en el mar� han evolucionado de manera tan similar en su estilo de apareamiento, es algo que nadie ha logrado resolver a�n.
