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La extraordinaria y premonitoria teoría del Big Bang del obispo medieval Robert Grosseteste




25/06/2017 - 14:29:39
BBC.- En Genesis 1:3 dice: "Entonces dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz".

Pero eso fue apenas el principio de la creaci�n divina del Universo. Esto, seg�n la Biblia, es lo que Dios hizo despu�s con esa luz:

Entonces dijo Dios: Haya lumbreras en la expansi�n de los cielos para separar el d�a de la noche, y sean para se�ales y para estaciones y para d�as y para a�os;
y sean por luminarias en la expansi�n de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue as�.
E hizo Dios las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para dominio del d�a y la lumbrera menor para dominio de la noche; hizo tambi�n las estrellas.
Y Dios las puso en la expansi�n de los cielos para alumbrar sobre la tierra,
y para dominar en el d�a y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.



En el siglo XIII, un erudito ingl�s de la orden franciscana pens� sobre el tema.

Robert Grosseteste trabajaba en uno de los grandes centros de aprendizaje en Oxford, al que la gente hab�a empezado a llamar "universidad".

Para Grosseteste -cuya mente estaba repleta de arco�ris y rayos de luz- todo, hasta el acto divino primordial de la creaci�n misma, ten�a que ver con la luz.

Sin embargo, �c�mo la hizo exactamente Dios?

La respuesta del religioso es verdaderamente excepcional. Su teor�a fue el primer intento de describir los cielos y la Tierra usando un conjunto de leyes.

Desde su punto de vista, todo hab�a empezado con luz y materia estallando hacia afuera desde el centro: un Big Bang medieval.

Su historia es una de invenci�n e imaginaci�n atrevida, de c�mo la fe en principios matem�ticos y cient�ficos combinados con la creencia en un cosmos ordenado por Dios, dio lugar a una idea sorprendentemente prof�tica.
Empieza con la luz...

Pero, �qu� es la luz? Esa pregunta nunca ha sido simple.

Algunos de los primeros escritores cristianos pensaban que hab�a dos tipos distintos de luz.

La lux, como se llamaba en lat�n, era lo que Dios usaba para hacer el cosmos, una especie de fuerza creativa divina, casi una manifestaci�n del mismo Dios.

La otra era lumen, la luz ordinaria que emanan los cuerpos celestiales y nos permiten ver las cosas.

Esa visi�n de la iluminaci�n es evidente para quien ha estado en una catedral g�tica inundada de luz que entra por los vitrales de las ventanas.

Los sacerdotes y te�logos pensaban que al contemplar la hermosa lumen en la iglesia, los fieles se sentir�an atra�dos por la lux bendita de Dios.
Religi�n y ciencia


A pesar de que hoy en d�a parece haber un conflicto entre la ciencia y la religi�n, durante una buena parte de la historia la religi�n fue una gran motivaci�n para querer saber m�s sobre el mundo.

En las escuelas de las catedrales de los siglos XI y XII -predecesoras de las universidades- algunos estudiosos pensaban que era su deber aprender m�s sobre el Universo que, para ellos, hab�a creado Dios.

No s�lo consultaban la Biblia: le�an los escritos de los antiguos griegos como Plat�n, Arist�teles e Hip�crates, que hab�an sido preservados en traducciones hechas por escritores isl�micos.

El aprendizaje sobre el mundo natural floreci� en la era de las grandes catedrales g�ticas, y muchos historiadores hablan de un primer Renacimiento en el siglo XII.


Robert Grosseteste naci� en medio de esa excitante �poca.

A principios del siglo XIII era un profesor prominente, erudito y, como todos los investigadores en Oxford, un cristiano devoto. En 1235 se convirti� en el Obispo de Lincoln.

Para �l, la luz era una de las m�s maravillosas creaciones de Dios.

"La luz f�sica es la mejor, la m�s deleitable, la m�s hermosa de todas las entidades que existen. La luz es lo que constituye la perfecci�n y la belleza de todas las formas f�sicas", escribi�.

Pero Grosseteste no se conformaba con sentarse a disfrutar de la luz que entraba por las grandes ventanas de la catedral g�tica de Lincoln. Empez� a estudiarla como un cient�fico.

Analiz� por ejemplo el paso de la luz a trav�s de un vaso de agua.

Se dio cuenta de que los lentes pueden magnificar los objetos, y cuando uno lee lo que escribi� sobre eso se pregunta por qu� pasaron otros 300 a�os antes de que los telescopios y microscopios fueran inventados.

"Esta parte de la �ptica, cuando se entiende bien, nos muestra c�mo podemos hacer que cosas que est�n a una distancia muy lejana parezcan como si estuvieran muy cerca, y las cosas que grandes que est�n cerca parecen muy peque�as, y c�mo podemos hacer que las cosas peque�as que est�n lejos parezcan de cualquier tama�o que queramos; de manera que podr�a ser posible para nosotros leer las letras m�s peque�as a distancias incre�bles o contar la arena o las semillas o cualquier clase de objetos diminutos".

Not� adem�s que la luz se dobla al pasar de aire a vidrio o agua, un efecto llamado refracci�n.

Como otros antes que �l, vio que la luz pod�a dividirse en un espectro colorido como un arco�ris, y escribi� un tratado sobre los arco�ris en el que estuvo cerca de explicar c�mo se forman: pensaba que las nubes actuaban como un lente gigante que refractaba la luz y la volv�a de colores.
"De luce"

En 1225, Grosseteste reuni� lo que hab�a aprendido de la luz en un libro que llam� sencillamente "De luce" (Sobre la luz).

Era una mezcla de teolog�a, ciencia, metaf�sica y especulaci�n c�smica.

Pero trataba en particular la cuesti�n de c�mo Dios hizo todo el cosmos usando luz.

En vez de ver la Creaci�n como una especie de acto de magia, Grosseteste empez� a transformarla en algo m�s parecido a un proceso natural, algo que ahora llamar�amos "estudio cient�fico".


Como muchos de sus contempor�neos, cre�a que Dios trabajaba con principios simples basados en reglas que la humanidad pod�a entender usando l�gica, geometr�a y matem�ticas.

"Todas las causas de efectos naturales han de ser expresadas por medio de l�neas,�ngulos y figuras, porque de otro modo ser�a imposible tener conocimiento de la raz�n de estos efectos", escribi�.

Y, como el Universo estaba gobernado por las matem�ticas, era ordenado, racional y se pod�an deducir sus reglas.

De hecho, la descripci�n de Grosseteste de la creaci�n divina consignada en De luce es tan precisa que puede ser expresada con un modelo matem�tico, algo que historiadores y cient�ficos de la Universidad brit�nica de Durham hicieron con ayuda de una computadora.
La m�quina del mundo


Para Grosseteste y sus contempor�neos, el Universo consist�a en la Tierra, en el centro, y todos los cuerpos celestiales -el Sol, la Luna, los siete planetas conocidos y las estrellas- girando a su alrededor en c�rculos perfectos.

Pero para �l todo empez� con una especie de Big Bang en el que una explosi�n de luz -del tipo lux- hizo que una densa bola de materia se expandiera, volvi�ndose cada vez m�s ligera y diluida.

"Esa expansi�n dispersa la materia "dentro de una esfera del tama�o de la m�quina del mundo", que es como nombra al cosmos", le dice a la BBC Tom McLeish, uno de los f�sicos de la Universidad de Durham que tradujeron la teor�a cosmol�gica de Grosseteste en un modelo matem�tico.

"Pero luego encuentra un problema: no lo puede expandir infinitamente, porque en esa �poca el Universo era enorme pero finito. �C�mo detenerlo? Con una brillante idea cient�fica. Pensando como un f�sico, recurre a algo sencillo para explicar no s�lo c�mo deja de expandirse sino c�mo se forman las esferas".
Una luz brillante en la oscuridad

"Si no se puede llegar al vac�o, porque la naturaleza lo aborrece -reflexiona-, tiene que haber una densidad m�nima, y cuando se llega a �sta, se tiene que cristalizar".

Siguiendo esa l�nea de pensamiento, eso ocurrir�a primero en la parte m�s lejana: el firmamento. �ste se cristaliza primero y se perfecciona, adquiriendo luz -lumen-, que tambi�n empuja masa, en este caso hacia adentro, y as� se van creando las esferas en las que residen los planetas, el Sol, la Luna y la Tierra.


"El otro pensamiento moderno que tuvo fue que cuando miramos al cielo, el Universo que vemos de alguna manera contiene la huella o el eco de los procesos que lo formaron", se�ala McLeish.

"Eso es precisamente lo que los cosm�logos piensan hoy en d�a... �acu�rdate de la b�squeda de microondas con el eco del Big Bang!", a�ade entusiasmado.

Ven por primera vez las huellas que el Big Bang dej� en el espacio

"Lo �nico oscuro de la Edad Oscura (entre la ca�da de Roma y el Renacimiento) es nuestra ignorancia sobre esa �poca. Grosseteste es un pensador profundamente impresionante", declara McLeish.

"La historia que me contaron cuando era joven fue que antes de los 1600 no hab�a m�s que misticismo, teolog�a, dogmatismo, etc. Y de repente aparecieron Galileo, Kepler, �wow! Todo es luz e Iluminaci�n, y volvemos a encaminarnos con la ciencia", cuenta el f�sico.

"Pero la verdad es que la ciencia no funciona as�. Todos damos pasos peque�os y, como dijo Isaac Newton, todos nos subimos sobre los hombros de gigantes. Y Grosseteste es uno de esos gigantes sobre cuyos hombros se subieron los primeros cient�ficos modernos".

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