Una visita clandestina a la tenebrosa fábrica china de los iPhone
25/06/2017 - 14:37:42
INFOBAE.- El complejo fabril, con galpones y dormitorios, se pierde en el paisaje de los suburbios de Shenzhen. La planta de Longhua de Foxconn es la principal fabricante de productos Apple. Es una de las f�bricas m�s conocidas del mundo y tambi�n una de las que goza de mayor seguridad y secretismo sobre lo que ocurre en su interior.
Los empleados no pueden ingresar sin utilizar sus tarjetas electr�nicas. A los transportistas que ingresan insumos al predio se les toman las huellas digitales. Un fot�grafo se Reuters fue sacado a la fuerza de su autom�vil y golpeado mientras intentaba sacar fotos desde su exterior.
Pero un periodista del diario brit�nico The Guardian logr� lo que parec�a imposible: ingresar al coraz�n de la f�brica. Y con una estratagema que parece simple: usar el ba�o.
La mayor�a de las f�bricas que producen componentes del iPhone -que cumplir� 10 a�os de su salida a la venta esta semana- est� en China, donde existe un fuerza de trabajo especializada en tecnolog�a y salarios baj�simos para los obreros. La principal es la taiwanesa Hon Hay Precision Industry Co. Ltd., m�s conocida por su nombre comercial, Foxconn. Con 1,3 mill�n de empleados, se trata del mayor empleador privado de China. S�lo Walmart y McDonald�s tienen m�s empleados en todo el mundo.
La f�brica de Shenzhen es la m�s importante de Foxconn. All� llegaron a trabajar 450 mil personas, hasta que en 2010 estall� un esc�ndalo internacional cuando se reportaron 18 intentos de suicidio -14 muertos entre ellos- de trabajadores que se arrojaban al vac�o desde los dormitorios, en protesta por las deplorables condiciones laborales, que inclu�an jornadas interminables y supervisores que impon�an multas y castigos por peque�os errores e incumpl�an promesas de beneficios.
La respuesta del CEO de Foxconn, Terry Gou, encendi� m�s los �nimos: decidi� poner redes al costado de los edificios para contener a los cuerpos que ca�an en los intentos de suicidios. Adem�s, oblig� a que los trabajadores firmasen un compromiso por escrito de que no intentar�an suicidarse.
Steve Jobs dijo por esos d�as que la empresa se estaba "ocupando del tema" y que la tasa de suicidios estaba "dentro del promedio nacional" de China. Desde entonces, la empresa dijo haber tomado medidas para mejorar en algo el ambiente laboral, pero no se supo m�s del tema.
El cronista Brian Merchant viaj� hasta el lugar junto a un colega chino, al que prefiere llamar Wang Yang. Un taxi los dej� frente a la f�brica y enseguida se toparon con un grupo de ex trabajadores. "No es un buen lugar para los seres humanos", les dijo uno de ellos, que trabaj� all� durante un a�o. "No ha habido mejoras desde las denuncias en los medios", agreg� Xu. �l y un amigo relataron jornadas laborales de 12 horas, jefes agresivos y promesas de paga doble de las horas extras que nunca se cumplieron.
Merchant recogi� muchos testimonios de trabajadores actuales y pasados. La mayor�a sab�a de la mala reputaci�n de la f�brica antes de ingresar, pero igualmente decidieron probar suerte por las m�s diversas razones, que van desde la necesidad de un ingreso o las ganas de conseguir una novia. Existe una alta rotaci�n de empleados. La mayor�a no dur� all� m�s de un a�o.
El armado de un iPhone se compone de largas cintas de ensamblaje que construyen, inspeccionan y testean cada aparato. Un trabajador cont� que pul�a unos 1.700 tel�fonos por d�a. Es decir, tres pantallas por minuto, durante un turno de 12 horas. Otras tareas, como la colocaci�n de la memoria y la tapa posterior son un poco m�s lentas y se hacen a un ritmo de un iPhone por minuto. A los trabajadores se le pide que permanezcan en silencio y son amonestados por sus supervisores si solicitan ir al ba�o.
Foxconn enga�a de m�ltiples maneras a sus trabajadores. Les promete vivienda gratis pero luego los obliga a pagar enormes cuentas de agua y electricidad. En los dormitorios, que est�n dise�ados para ocho personas, suelen dormir doce. Y muchos trabajadores firman un contrato en el que les reducen su paga si abandonan la empresa antes de los tres meses de prueba.
Las reprimendas de los jefes a los operarios por un error en su trabajo son hechas en p�blico, en grandes reuniones. "Es insultante y humillante, permanentemente. Castigar a alguien de manera ejemplar para que el resto lo vea es una constante", explicaron ante el enviado de The Guardian. "Muchas veces les hacen leer una promesa en voz alto de que no volver�n a cometer el mismo error".
Xu cont� de un compa�ero suyo que fue humillado durante una de esas reprimendas p�blicas y enseguida se vio envuelto en una pelea. No lo pudo superar. A los pocos d�as, se arroj� de la ventana de un noveno piso.
"�Por qu� el incidente no se difundi� en los medios?", consult� el cronista brit�nico. "Ac� es as�. Un d�a muere alguien y al otro d�a eso nunca existi�", le respondieron.
Despu�s de caminar junto a esos ex empleados durante un rato alrededor del per�metro de la f�brica, a Merchant le vinieron ganas de ir al ba�o. Entonces vio, junto a una entrada secundaria del predio, una escalerita que conduc�a a un ba�o. "Perd�n, necesito ir al ba�o", le dijo al �nico guardia de seguridad de ese acceso, que miraba aburridoel paisaje. En principio, se neg�. Pero despu�s de rogarle un rato y ponerle cara de angustia, el hombre finalmente accedi�: "Bueno, vaya y vuelva enseguida". Por supuesto, Merchant no lo hizo y as� se convirti� en el primer cronista occidental en caminar libremente por el interior de la f�brica sin un tour organizado especialmente por alg�n agente de prensa.
Durante cerca de una hora, el cronista del diario brit�nico y su colega chino caminaron por el enorme predio que ocupa la planta de Foxconn en Shenzhen.
"Es como una ciudad. En las partes m�s alejadas, se ven derrames de qu�micos, instalaciones oxidadas y trabajo industrial sin mayor supervisi�n. Cuando uno se acerca al centro de las instalaciones, la infraestructura y la calidad de vida mejora", describi� el periodista.
Ambos cronistas caminaron entre la indiferencia de los obreros en busca del edificio G2, donde les hab�an dicho que se fabricaban los iPhone. Dejaron un edificio gris atr�s de otro, hasta que dieron con el G2. Encontraron un puerta abierta e ingresaron a un enorme atrio desierto y oscuro. Enseguida apareci� un supervisor del piso. Pregunt� qu� estaban haciendo (mintieron que ven�an por una reuni�n) y les se�al� la pantalla de monitoreo: no hab�a ning�n turno de trabajo en ese sector a esa hora Tampoco hab�a ninguna se�al de los iPhone por ah�.
Salieron y siguieron caminando. Vieron pantallas apiladas para el ensamblaje. Caminaron hacia los edificios de dormitorios. La multitud de j�venes con jeans y zapatillas, fumando un cigarrillo, iba siendo cada vez m�s espesa. Vieron entonces que las famosas redes para contener a los suicidas segu�an all�, junto a las torres de vivenda.
Despu�s de una hora de caminata y de comenzar a sospechar que alg�n alerta podr�a haber sonado al no regresar a su puesto de control, comenzaron a caminar hacia el exterior y salieron por otra puerta, mezclados entre decenas de trabajadores. En su visita no vieron obreros con las manos sangrantes ni otros signos brutales. S�, por supuesto, instalaciones que seguramente violan las reglamentaciones de seguridad laboral en Estados Unidos. Pero como habr� muchas f�bricas que tambi�n violan las leyes en Estados Unidos. En alg�n punto, Foxconn no parec�a corresponderse con el estereotipo de maquila que explota a sus obreros, pero prevalec�a en su interior una sensaci�n de opresi�n, de silencio espeso que se condice con su fama y se trasluce hasta en la mirada de sus trabajadores.
"Cuando me fij� en las fotos que alcanc� a robar, no pude hallar a nadie sonriendo", revel� Merchant. Nada m�s lejano al estilo Mac ni al ambiente que la empresa de la manzanita promociona en sus oficinas de desarrollo en Silicon Valley.
