La cruda confesión de un preso que asesinó a cuatro reos en su celda porque quiere ser condenado a muerte
27/06/2017 - 11:14:59
Infobae.- Denver Simmons quiere ser condenado a muerte. No soporta sus d�as en la prisi�n de Kirkland, en Carolina del Sur, donde tiene una pena de por vida, y para lograr su objetivo ide� un macabro plan con la ayuda de un compa�ero: se aprovech� de la confianza de cuatro presos, los invit� a su celda y, uno por uno, los mat�.
Simmons, de 35 a�os, cont� con la colaboraci�n de Jacob Phillips, de 26, en la unidad de presos con problemas psicol�gicos. "Cuanta m�s gente mates, m�s posibilidades de que te den la condena a muerte", explic� telef�nicamente a la agencia AP, a dos meses de la masacre.
"Lo hice por nada. As� que eso lo hace especialmente malo para m�, �sabes?", resalt�, buscando mayores argumentos para lograr la ejecuci�n.
El plan
Seg�n Simmons, acordaron con Phillips dos criterios b�sicos para elegir a sus v�ctimas. En primer lugar, decidieron seg�n "a quien fuese m�s f�cil hac�rselo", seg�n su contextura f�sica. El segundo requisito implicaba traici�n: "Que confiaran en nosotros".
As�, elaboraron una lista de presos a los que deb�an atraer a la celda, sin saber que les esperaba la muerte.
"Era el m�s peque�o", dijo Simmons sobre el hombre, de 1,62 metros y casi 60 kilos de peso, condenado a 25 a�os por varios delitos de robo. "Y no ofrecer�a mucha resistencia", indic�.
Philip, que hab�a estrangulado a las v�ctimas que lo llevaron a la c�rcel, tom� la iniciativa, explic� Simmons. "Lo agarr� por detr�s, le puso el brazo alrededor del cuello y lo ahog�", cont� Simmons. "Ocurri� muy r�pido".
Escondieron el cuerpo de King debajo de la cama inferior de su litera y salieron a la zona com�n en busca de su siguiente v�ctima.
"Le dije que ten�a algunas galletas para �l", relat� Simmons. Y le ofreci�, sabiendo que sol�a hacer favores a cambio de productos: "Ven a mi habitaci�n y te dar� las cosas y las galletas". As�, logr� tenerlo en su celda minutos despu�s.
De acuerdo con Simmons, Philip agarr� a Scruggs por detr�s y los arrastr� al piso. Simmons at� un cable alrededor del cuello de Scruggs. "Y, ya sabe, no sufri� por mucho tiempo", se�al�.
Pusieron a Scruggs, quien cumpl�a cadena perpetua por asesinato, en la cama m�s baja de la litera y colgaron una s�bana para cubrirlo. Despu�s, regresaron al �rea com�n.
Tras cumplir nueve a�os por asalto, agresi�n y robo, iba a quedar en libertad en noviembre, pero la pareja de asesinos se interpuso en su destino.
"No lo quer�amos en la lista porque sab�amos que pelear�a", explic� Simmons acerca de Ham, un hombre de 1,80 metros y 77 kilos. "Y a Jacob, con lo grande que es, no le gusta pelear", agreg�.
Sabiendo de su gusto por esnifar pastillas, le pidieron que rompiese algunos comprimidos de un taburete, pero se lanzaron contra �l cuando se agach�. Aunque Philip resbal�, los tres forcejearon en el piso hasta que Simmons tom� un palo de escoba roto que ten�a escondido y le peg� en la cabeza. Para que no grite y alerte a los guardias, le meti� el palo de escoba en la boca. "Y muri�", agreg� fr�amente Simmons.
Los presos tumbaron el cuerpo de Ham junto al de Scruggs en la cama y Philip pregunt�: "�Qui�n es el siguiente?". Regresaron a la zona com�n.
"Era un amigo, pero tambi�n un fastidio", describi� Simmons. Kelley cumpl�a una condena de 15 a�os por apu�alar a su hijastro adolescente.
"Jacob fue a buscarlo y �l vino a la habitaci�n. Y, b�sicamente, le dijimos que mire detr�s de la cortina. El se asom� y dijo "�Qu�?" Y Jacob lo agarr� y lo derrib�. Y yo ten�a el palo de escoba de Ham. �l lo tir� al suelo, yo me sub� encima de �l y presion� el palo contra su cuello".
Con Kelley all� tendido, Simmons lo ultim� meti�ndole el palo en la oreja.
En ese punto, la pareja criminal ni se molest� en esconder el cuerpo. Aunque en principio hab�an planeado siete muertes, consideraron que la masacre ya era suficiente para su objetivo y acudieron a las autoridades para avisarles lo que hab�an hecho.
Tras los homicidios, Simmons fue trasladado al Lieber Correctional Institution, el penal que acoge el corredor de la muerte de Carolina del Sur.
El relato no pudo ser verificado por Philips, cuya abogada se�al� que su cliente sufre un "grave trastorno mental" y no realizar�a comentarios.
Sin embargo, hace seis a�os que Carolina del Sur no ejecuta a un preso. Simmons ha le�do historias sobre la incapacidad del estado para conseguir los componentes necesarios para una inyecci�n letal.
Incluso un asesino que confes� haber matado a siete personas fue condenado a cadena perpetua sin libertad condicional, destac�. "La pena de muerte ya no es la pena de muerte, �sabe?", dijo.
Por ello, Simmons imagina que pasar� los pr�ximos 10 a�os en aislamiento y probablemente recibir� otras cuatro cadenas perpetuas adem�s de las dos que ya cumpl�a.
