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James Hutton, el blasfemo que reveló que la verdad sobre la Tierra no estaba en la Biblia y nos dio el tiempo profundo




24/07/2017 - 08:57:10
BBC.- El paisaje de Escocia oculta en las monta�as y valles la historia de nuestro planeta. Pero no fue sino hasta la d�cada de 1750 que un hombre pudo leerla. Ensambl� pruebas desconcertantes y descubri� las fuerzas que le dan forma a nuestro mundo.

Se llamaba James Hutton. Era divertido, obsceno y un poco rudo. Le encantaba el whisky, las mujeres y debatir nuevas ideas.

Y tuvo una idea revolucionaria que cambi� la forma en que pensamos sobre el planeta e incluso la manera en que pensamos acerca de nosotros mismos.


El hombre que inici� esta revoluci�n cient�fica creci� en la capital de Escocia, Edimburgo.

Cuando era joven James Hutton, las colinas alrededor de su ciudad natal le despertaron la curiosidad acerca de c�mo se form� la Tierra.

En 1747, Hutton era un joven graduado de medicina con un inter�s inusualmente amplio en todo el mundo natural.

Al estudiar sus or�genes descubri� que la autoridad aceptada no ven�a de la ciencia sino de la teolog�a.

El �nico texto de geolog�a disponible era la Biblia.

En ese tiempo hab�a ediciones que hasta daban la fecha exacta en la que Dios cre� la Tierra y los mares: el s�bado 22 de octubre del a�o 4004 a.C.

Hutton cre�a en Dios. Pero inusualmente para un hombre de esa �poca, no estaba comprometido con una interpretaci�n literal de la Biblia. �l cre�a que Dios hab�a creado un mundo que ten�a un sistema de leyes naturales.


�Te acuerdas que dijimos que era mujeriego?

Pues curiosamente eso tuvo que ver con el desarrollo de la entonces a�n no establecida ciencia de la geolog�a.

Su amante qued� embarazada y se desat� un esc�ndalo.

A ella se la llevaron a Londres a dar a luz. A �l lo exiliaron de Edimburgo para limitar el da�o a la reputaci�n de su familia.

A la edad de 26 a�os, Hutton se vio obligado a hacer una nueva vida en una peque�a granja familiar en desuso en el sur de Escocia.

Pero en esa granja remota se desencadenaron sus brillantes ideas sobre el planeta.
Lo que el agua se llev�

Era un lugar sombr�o, lluvioso y azotado por el viento que tuvo que convertir en una granja de trabajo rentable. Eso implicaba tener que cavar y limpiar las zanjas de drenaje constantemente.

Por esas zanjas, la lluvia se llevaba el precioso suelo de sus campos r�o abajo.

Esa incesante erosi�n de la tierra preocup� seriamente a Hutton pues pens� que si la tierra constantemente era arrastrada, eventualmente no habr�a nada para cultivar y, en �ltima instancia, la gente morir�a de hambre.

Parec�a que Dios hab�a hecho un mundo destinado a ser completamente est�ril.

Pero eso no ten�a sentido: Dios seguro hab�a dise�ado un planeta que pudiera reconstruirse.

La pregunta era: �c�mo?
El gran sistema de la tierra

Hutton observ� que las rocas ten�an cientos de capas sutilmente distintas.

Comprendi� que eran bandas de sedimentos que el agua hab�a tra�do y depositado en diferentes momentos, a�o tras a�o, y que lentamente se compactaban para hacer la roca.

Entendi� que la creaci�n y la destrucci�n de la tierra no son acontecimientos repentinos y dram�ticos del pasado oscuro y b�blico, sino acciones lentas e imperceptibles que se suceden todo el tiempo.

La tierra era creada a partir de los escombros del pasado.
El ardiente n�cleo

A la edad de 41 a�os, su tiempo en el exilio hab�a terminado.

Regres� a la ciudad de su juventud. Era la �poca de la Ilustraci�n escocesa. Edimburgo era la capital intelectual del mundo y Hutton la aprovech� al m�ximo.

Esta atm�sfera abierta de convivencia era perfecta para airear su gran idea.


Hutton sab�a que no todas las rocas ten�an en capas de sedimento, as� que deb�a haber otras maneras en las que se formaban.

Le faltaba un pedazo grande del rompecabezas y lo encontr� gracias a otra gran mente de la Ilustraci�n escocesa: su amigo James Watt.

Era un consumado inventor, famoso por hacer que los motores de vapor que impulsaron la Revoluci�n Industrial fueran m�s eficientes.

Hutton, fascinado por los artefactos a vapor de Watt, empez� a preguntarse si el calor alimentaba el planeta.

Quiz�s el centro de la Tierra conten�a un poderoso motor t�rmico.

Los cient�ficos en el siglo XVIII hab�an visto volcanes activos, pero pensaban que eran fen�menos aislados.

Hutton fue la primera persona en imaginar que el centro de la Tierra era una bola ardiente y que los volcanes eran respiraderos de ese horno gigante de las profundidades.

Ese horno ten�a el poder de crear nuevas rocas que nac�an fundidas.
Hora de la verdad

Hutton hab�a revelado dos maneras fundamentales de crear tierra.

La roca sedimentaria pod�a formarse cuando el tiempo - lluvia, heladas y viento - erosionaba el suelo. Los r�os llevaban el sedimento a los oc�anos y �ste se comprim�a y formaba una nueva roca.
Un n�cleo caliente en el centro de la Tierra creaba roca fundida que se enfriaba.

Adem�s, ten�a una visi�n clara de que la Tierra se destru�a y se reparaba en un ciclo sin fin.

Era una teor�a grande, coherente e impresionante. Sus amigos lo persuadieron de hacerla p�blica y en 1785 la present� en la Academia Real de Edimburgo.


Hutton era muy mal orador, estaba incre�blemente nervioso y lo que iba a decir era realmente pol�mico: sus ideas iban en contra de toda la ortodoxia religiosa de la �poca.

Le fue terrible. Los caballeros de la Sociedad Real rechazaron su teor�a y fue acusado de ser ateo.
No se meta con el granito

Uno de los mayores problemas fue el granito, lo que suena raro. Pero la creencia dominante era que el granito hab�a sido la primera parte de la Tierra que Dios cre�.

Nada podr�a ser m�s s�lido que la primera piedra del Se�or.

Pero Hutton afirmaba que esa cosa dura que parec�a tan antigua e inmutable era en realidad un gran ejemplo de una roca joven que alguna vez hab�a sido casi l�quida.

Estaba desafiando toda la visi�n b�blica de la creaci�n. Hace 220 a�os, eso era herej�a.

Hutton necesitaba encontrar evidencias.

A la edad de 60 a�os, cuando deber�a haber estado en casa con su pipa y sus zapatillas, se fue a buscarla.
Granito inyectado

Hutton eligi� explorar Glen Tilt porque dos de los grandes r�os de Escocia se encuentran aqu�.

El r�o Dee corre sobre un lecho rocoso de granito rosa. El r�o Tay tiene un lecho rocoso de arenisca gris.

Hutton esperaba que ah�, donde los r�os se encontraban, se encontrar�an tambi�n el granito y la piedra arenisca.

Y as� fue: encontr� rocas estratificadas grises con granito rosa inyectado.

Eso demostraba que el granito hab�a estado fundido cuando se encontr� con las rocas grises, lo que a su vez era la prueba de que hab�a un motor de calor gigante en acci�n.

Adem�s, mostraba que la Tierra no hab�a permanecido sin cambios desde la creaci�n, como dec�a la Biblia.

Con sus observaciones en Escocia, James Hutton hab�a probado gran parte de su teor�a de la Tierra como un sistema.

Pero a�n no estaba satisfecho: quer�a saber si la Tierra ten�a miles de a�os, como dec�a la Biblia, o era mucho, mucho m�s antigua.
La edad del planeta

En 1788, Hutton se dirigi� al punto de Siccar en la costa de Berwickshire.

Lo que lo intrigaba eran los diferentes �ngulos de las rocas a lo largo de los acantilados.

Hab�a visto capas verticales a lo largo de parte de la costa pero sab�a que m�s al norte, el �ngulo cambiaba completamente y las capas eran horizontales.


La curiosidad de Hutton le hizo mirar m�s de cerca y entendi� que estaba viendo el nacimiento y la muerte de mundos enteros.

En las capas horizontales y verticales de la roca, vio ciclos geol�gicos apilados unos encima de otros.
Derechos de autor de la imagen Graeme McNee

No sab�a exactamente qu� caus� esa formaci�n pero su brillante intuici�n le permiti� deducir que involucraba procesos graduales que suced�an no en el tiempo b�blico, sino en el tiempo profundo, extendi�ndose inmensamente.

Ten�a raz�n. Hoy sabemos que la roca gris que examin� tiene alrededor de 425 millones de a�os y la roja, unos 345 millones de a�os. La brecha entre los dos es de 80 millones de a�os.

Y ese es el legado m�s importante de Hutton: la apreciaci�n del tiempo profundo, el cronograma de un planeta.
Derechos de autor de la imagen Graeme McNee

Su frase fue: "No hay vestigio de un principio, ni perspectiva de un fin".

En otras palabras, una intemporalidad en la que peque�os cambios graduales pueden lograr casi cualquier cosa.

Su reconocimiento del tiempo profundo fue un avance extraordinario, tan significativo como la teor�a de la evoluci�n de Darwin o la teor�a de la relatividad de Einstein.

James Hutton vio lo que nadie m�s hab�a visto antes. Fue el primero en captar la verdadera y vasta edad de la Tierra.

Fue ese descubrimiento m�s que ning�n otro lo que permiti� reconstruir la compleja historia de la vida de nuestro planeta.

El c�mic sobre el tiempo profundo aparece en este art�culo por cortes�a de su autor Graeme McNee, (graememcnee.com) y del Festival Internacional de Edimburgo (eif.co.uk).

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