Los espeluznantes rituales religiosos de una secta vudú africana
27/07/2017 - 16:40:32
INFOBAE.- En la ciudad de Ouidah se re�nen una vez al a�o los principales cultos vud� de �frica occidental para celebrar sus ritos y ceremonias.
Arriba: sacrificio ceremonial de un pollo. Todas las fotograf�as por el autor.
El vud� es una de las religiones oficiales de Ben�n y es practicada por alrededor del 40 por ciento de la poblaci�n. En la lengua local ewe, vud� (vodoun) significa "esp�ritu".
Cada a�o, a principios de enero, var�as sectas vud� de �frica occidental se encuentran en la ciudad costera de Ouidah, en Ben�n, para mostrar sus pr�cticas religiosas y celebrar sus creencias. La celebraci�n principal se da en la playa de "Las puertas de no retorno" (La porte du Non Retour), el lugar donde antiguamente los esclavos embarcaban en los barcos que les llevaban fuera de su tierra, lo que hizo tambi�n que el vud� se extendiese por diversas zonas del Caribe, partes de Brasil y la Luisiana de los Estados Unidos.
El vud� es un sistema de creencias animistas en el que los esp�ritus de los animales y de los elementos naturales (agua, tierra, fuego y viento) desempe�an un papel crucial y act�an como la conexi�n entre el individuo y los muertos vivientes. Los espiritus se consideran manifestaciones del dios Mawu y sus ayudantes son los Orishas.
Los diferentes orishas representan diferentes partes del cuerpo humano y vibran con energ�as diferentes. En los momentos de necesidad, los locales llaman a un orisha espec�fico para que les posea y les gu�e.
A trav�s de varias pr�cticas, rituales y espect�culos �que incluyen aceite de palma, ginebra local, bailes ceremoniales y una serie de elementos locales que soy incapaz de pronunciar� los participantes se autohipnotizan y llegan al estado de trance en el que sus cuerpos se rinden y son pose�dos por los esp�ritus benignos, o al rev�s, llevando a cabo rituales de exorcismo para aquellos que se cree que est�n pose�dos por esp�ritus malvados.
Yo llegu� a Ouidah la noche antes de la celebraci�n principal. Esa misma ma�ana en la embajada de Ben�n en Togo rechazaron darme un pasaporte, as� que para llegar tuve que arriesgarme a cruzar la frontera a trav�s de la jungla.
Google maps no era de ayuda en aquellos lugares en los que los caminos no aparec�an por mucho que hiciese zoom. Lo �nico que encontr� �til fue el r�o que segu�a la frontera, ya que imagine que cruzaba al otro lado. Cuando llegue al �ltimo pueblo que mostraba el mapa, empec� a coger motos que me llevaron a trav�s del bosque tropical de la frontera, mientras les preguntaba a los conductores por d�nde podr�a pasar el r�o sin encontrarme con la polic�a fronterera de Benin.
Despu�s de cinco horas, consegu� cruzar, cubierto de pies a cabeza por el polvo rojo de la tierra africana, pero contento e inspirado por mi victoria.
La celebraci�n empez� al d�a siguiente con una colorida procesi�n de representantes de diversas sectas vud�, bailes africanos y una cantidad rid�cula de turistas a los que les hab�an prometido una "experiencia aut�ntica africana" por un mont�n de pasta.
Para los africanos, los turistas son la gallina de los huevos de oro, pero la cruda realidad es que los turistas son exprimidos, antes que por los africanos, por las compa��as de viajes, los blancos propietarios de los hoteles y las oficinas de turismo de los pa�ses, dejando pr�cticamente nada para los locales cuya cultura se est� explotando.
Incluso para hacer fotos tienes que pagar por un permiso. De otra manera, tal y como me explic� un gu�a que me intent� vender ese permiso, los esp�ritus malvados pueden poseer a uno de los asistentes y hacerle romper mi c�mara.
Tuve la suerte de hacer amigos locales que me ayudaron a llegar hasta donde necesitaba gracias a sus motos sin pagar ning�n extra.
Participantes en una procesi�n
Participantes en una procesi�n
Todas las experiencias que tuve all� estuvieron cerca de lo surrealista. El festival se hab�a convertido en una mezcla entre rituales de vud�, miedos supersticiosos de los asistentes y los rostros emp�ticos de los turistas sudorosos, sufriendo bajo el sol africano a causa de las grandes cantidades de ginebra ingeridas. De hecho, muchos de los cuales tuvieron que echar una siesta de tres horas antes de continuar con la ceremonia por la noche.
Las celebraciones de la tarde se extendieron por la ciudad a trav�s de varios templos y plazas. Yo atend�a al baile de m�scaras de Egungun.
Egungun se considera uno de los seres celestiales representantes de los esp�ritus de los Yoruba, un grupo �tnico de Nigeria. Se cree que son una fuerza colectiva formada por los ancestros que vuelven a la Tierra para restablecer la balanza, ser adorados y dar bendiciones a sus adoradores.
El contacto f�sico con los bailarines est� prohibido. Sus vestido representan a seres de otro mundo y tocarlos puede causar la muerte del no-iniciado.
Por otro lado, los esp�ritus, a trav�s del baile, pueden apuntar a cualquier miembro de la audiencia y escogerle para que done dinero y sea bendecido o, si no lo hace, que sea maldecido.
La celebraci�n me gener� sentimientos contradictorios. Despu�s de m�s de una d�cada viajando por mi cuenta, hab�a sido testigo directo del turismo industrial y de c�mo este hab�a deformado las culturas ind�genas. No creo que viajar tenga que ser algo "enlatado" y restringido al modelo de turismo comercial. Debemos participar, experimentar y relacionarnos con el mundo de la forma m�s viva y real posible, apart�ndonos de la pasividad que se esconde tras los viajes organizados, dejar de ser observadores para pasar a ser, directamente, participantes activos.
Como cualquiera que haya experimentado viajar libremente y buscar lo aut�ntico podr�a atestiguar, atreverse a participar puede abrirnos a influencias m�gicas o a eventos inesperados que rompen nuestras barreras, reales o imaginarias, f�sicas o metaf�sicas.
