¿Por qué podemos sentir cuando alguien nos está mirando fijamente?
02/09/2017 - 09:45:14
BBC.- Estamos en lo nuestro, ensimismados, concentrados en alguna tarea u objeto y, de pronto, percibimos algo como una alteraci�n en el ambiente, una energ�a externa que proviene de otro lugar. Levantamos la cabeza y vemos que alguien tiene su mirada clavada en nosotros.
�C�mo lo supimos?
A pesar de que esa mirada pueda ser de intimidaci�n, admiraci�n o compasi�n, el haberla detectado no deja de ser sorprendente para nosotros. Como si tuvi�ramos un sexto sentido.
La ciencia ha intentado encontrar respuestas a este fen�meno conocido como "percepci�n de la mirada" y, aunque no hay resultados concretos, sugiere que hay una compleja red neurol�gica detr�s de esta habilidad.
Hay varios elementos que se combinan: uno tiene que ver con la evoluci�n del ojo humano, otro en c�mo dependemos de la interpretaci�n de las miradas en nuestro desarrollo y comunicaci�n como seres sociales y, finalmente, en c�mo nos sirve como mecanismo de defensa y supervivencia.
Ojos humanos
En contraste con otros animales, la parte del ojo humano que rodea la pupila, la escler�tica o blanco del ojo, es considerablemente mayor.
En la mayor�a de las especies, la pupila es grande y abarca casi todo el ojo. Esto es particularmente �til para ocultar los ojos y no llamar la atenci�n de depredadores. Al mismo tiempo, el depredador no quiere que la presa sepa que la tiene en la mira.
Pero, en los humanos, un blanco de ojo grande nos permite determinar r�pidamente la direcci�n de la mirada del otro.
Mirando de frente a la cara de otra persona podemos definir con bastante exactitud si est� mirando a la derecha, a la izquierda, arriba, abajo o directamente a nosotros.
Y no tenemos que estar de frente. Tambi�n podemos evaluar la direcci�n de la mirada a trav�s de nuestra visi�n perif�rica, aunque este m�todo es menos exacto.
Sin embargo, no tenemos que estar viendo los ojos ajenos para calcular en qu� direcci�n apuntan. Nuestra visi�n perif�rica tambi�n toma en consideraci�n la posici�n de la cabeza y el �ngulo del cuerpo para saber si la persona nos est� mirando o no.
En fotos: mirada animal
En todo caso, sin todav�a no estamos seguros, nuestro cerebro trata de ser positivo y presume que la mirada s� est� sobre nosotros.
Colin Clifford, profesor de Psicolog�a del Centro de Visi�n de la Universidad de S�dney se�ala que una mirada directa puede ser una se�al de dominio o amenaza y, si uno la percibe as�, quiere prestarle atenci�n.
"Simplemente presumiendo que la otra persona nos est� mirando podr�a ser la mejor estrategia", indica Clifford.
El lenguaje de los ojos
Esto se debe a que los humanos somos muy sensibles a las miradas de otros.
La supervivencia humana ha llegado a depender mucho m�s en la cooperaci�n y coordinaci�n de nuestros esfuerzos con los de otras personas.
Como nuestras habilidades de comunicaci�n se han vuelto m�s criticas, los bi�logos han sugerido que el blanco de nuestros ojos evolucion� para mejorar esas habilidades.
A pesar de que desarrollamos un complejo lenguaje hablado, la mirada puede expresar muchas cosas que el idioma no puede, as� como conceptos que tomar�an mucho tiempo en verbalizar, como alg�n peligro inminente en el entorno.
Esta especializaci�n expresa c�mo nos sentimos, cu�les son nuestras intenciones, qu� nos gusta y qu� no nos gusta.
C�mo logra este robot que un ni�o autista mire a los ojos
El contacto visual directo con otra persona es la m�s frecuente y m�s poderosa se�al no verbal que tenemos en nuestro repertorio: es un factor crucial en situaciones de intimidad, intimidaci�n e influencia social.
De ah� que tengamos expresiones como "me mir� con ojos tristes" o "sus ojos ment�an" o "si las miradas mataran".
Igualmente, por eso es que estamos siempre conscientes de que "alguien nos mira". El detectar de repente esa mirada fija no tiene que ver con percepci�n extrasensorial, ni un sexto sentido.
Predisposici�n
Tiene que ver m�s con la naturaleza humana y hay varias situaciones que lo pueden explicar.
Un estudio publicado en la revista especializada Current Biology, en 2013, dice que estamos predispuestos a pensar que alguien nos est� mirando aunque no los podamos ver e, inclusive, cuando no tengamos evidencia alguna que lo sugiera.
Mirar a alguien es una se�al social. Usualmente significa que queremos entablar una conversaci�n.
Como nuestra inclinaci�n natural es presumir que la persona detr�s nuestro nos est� mirando fijamente, la sensaci�n que tenemos podr�a iniciar el simple cumplimiento de ese presagio.
El fen�meno tambi�n puede ser el resultado de la informaci�n que hemos recopilado de nuestro entorno, mucha adquirida a trav�s de nuestra visi�n perif�rica.
Una de las primeras cosas que detectamos en otra persona es la posici�n de su cabeza y cuerpo. Si alguno de estos est� posicionado en nuestra direcci�n, particularmente de una forma poco natural, es causa de alerta.
El caso m�s obvio es cuando el cuerpo de alguien est� en direcci�n contraria pero su cabeza est� dirigida hacia nosotros. Eso hace que le prestemos m�s atenci�n a sus ojos.
De la misma manera, cuando presentimos esa mirada furtiva, vamos a levantar la cabeza en direcci�n a d�nde creemos que proviene. Ese movimiento puede provocar que la otra persona dirija su mirada hacia nosotros.
Cuando los ojos se encuentren, cada uno supondr� que fue el otro quien estaba mirando fijamente.
Otra respuesta puede venir de lo que se llama sesgo confirmatorio.
Nosotros s�lo recordamos las veces que nos hemos volteado a encontrar a otra persona que nos miraba, o aparentaba estar mir�ndonos, fijamente, no las veces cuando no sucede.
Y esa sensaci�n perturbadora que sentimos es psicol�gica y emana de pensar que alguien tiene sus ojos clavados en nosotros y no de la misma acci�n f�sica.
