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Algo en tu rutina matutina podría causar ese deseo de azúcar por la tarde




20/09/2017 - 09:01:40
Infobae.- Si a menudo te sientes tentado a comprar un trozo de pasteler�a en tu cafeter�a favorita, hay una buena raz�n para hacerlo y no solo se debe a la falta de fuerza de voluntad. Un nuevo estudio sobre el caf� ha encontrado que la cafe�na puede afectar la forma en que percibimos la dulzura y puede hacernos anhelar sabores mucho m�s fuertes.

La cafe�na nos da una sacudida de energ�a porque bloquea los receptores de nuestro cerebro para la adenosina, un producto qu�mico que puede hacernos sentir so�olientos. Las investigaciones previas establecieron que este compuesto tambi�n nos ayuda a aceptar los sabores dulces. Para este estudio, un equipo de cient�ficos de la Universidad de Cornell dio a los participantes una taza de caf� ligeramente endulzado y no les dijo que si conten�a cafe�na (las tazas puramente descafeinadas conten�an quinina para asegurarse de que ambos tipo de caf� tuvieran un sabor muy parecido). Los participantes fueron "incapaces de estimar el contenido de cafe�na de la muestra", lo que confirma "el fuerte efecto placebo en el consumo de caf�".

Aunque muchos de los participantes adivinaron que hab�a una cantidad normal de cafe�na en sus tazas, los que beb�an cafe�na percib�an que su caf� era menos dulce que aquellos que, sin saberlo, lo hac�an con el descafeinado.


Ese hallazgo significa que el paladar se somete a "un efecto notable de dulzura que se queda despu�s de haber consumido", seg�n explica Robin Dando, director del Centro de Evaluaci�n Sensorial de Cornell y profesor asistente en el Departamento de Ciencia de los Alimentos de la universidad. Como que muchas personas toman m�s de una taza de caf�, "esto puede tener un efecto acumulativo en el d�a".

El equipo de investigaci�n, que tambi�n incluy� a Ezen Choo y Benjamin Picket, ambos del mismo centro educativo, no midi� cu�nto tiempo dur� el efecto. Encontraron que la cafe�na no ten�a ning�n efecto aparente en nuestra percepci�n del gusto amargo o salado.

La investigaci�n realizada anteriormente por Dando ya hab�a descubierto que cuando bloqueas qu�micamente la habilidad de las personas para probar sabores dulces, hace que anhelen m�s az�car y que busquen cosas m�s dulces y con m�s calor�as. Basado en su investigaci�n, ahora sabemos que beber una taza de caf� con cafe�na tiene el mismo efecto y hace que la gente quiera galletas o pasteles de una forma mucho m�s efectiva que si tomara cualquier otra cosa.

"Siempre ha sido el caf� y los donuts, o el caf� y alg�n tipo de dulce� hacemos esto desde hace mucho tiempo, este eslab�n entre el az�car y el caf�, pero ahora entendemos mucho mejor el mecanismo", subray� Lauri Wright, profesor asistente y director del programa de doctorado en nutrici�n cl�nica de la Universidad del Norte de Florida y portavoz de la Academia de Nutrici�n y Diet�tica. "Esta es una raz�n m�s para ser moderado con nuestra ingesta de cafe�na", advirti� en ese sentido.

Una raz�n m�s para evitar las tentaciones de los pasteles de Starbucks. Las empresas de caf� podr�an capitalizar estos hallazgos para promover las ventas de bocadillos post-caf� o para hacer sus bebidas mucho m�s dulces.

"Algunos de estos caf�s con sabor saben muy dulces. Tal vez ya est�n respondiendo a eso y quiz�s puedes estar recibiendo unas 800 calor�as en tu caf� antes de que te hayas sentado en la mesa de tu oficina", a�adi� Dando.


La cafe�na tambi�n tiene beneficios para la salud. Los estudios han demostrado que reduce el riesgo de enfermedades del coraz�n y la diabetes tipo 2. Pero la cantidad de az�car que consumen los adultos en el caf� y durante todo el d�a podr�a reducir algunos de estos efectos. Actualmente, la Academia de Nutrici�n y Diet�tica recomienda que los adultos consuman no m�s de 400 mg de cafe�na (alrededor de tres tazas de caf�) al d�a. Para aquellos que consumen mucha m�s cafe�na de la recomendada existe una manera bastante sencilla de reducir la ingesta. Los participantes informaron haber recibido un impulso energ�tico, ya sea con un descafeinado o con la versi�n con cafe�na. No pod�an distinguir la diferencia en cuanto al sabor. As� que si quieres reducir la cafe�na, debes comenzar a beber descafeinado (ya lo sabes).

"La gente tiene una opini�n muy negativa de lo descafeinado y cree que no tiene sentido beberlo. Si no sabes que es descafeinado vas a estar tan animado como si estuvieras bebiendo una taza normal", explic� Dando.


Ese efecto placebo funciona en un estudio a ciegas, pero es dif�cil enga�arse a s� mismo en el consumo de productos descafeinados. As� que Wright recomienda hacer el caf� todos los d�as con la mitad de los granos con cafe�na y la otra mitad descafeinado y as� "comenzar gradualmente hasta llegar a niveles moderados".

En definitiva, Dando piensa que la gente puede analizar sus antojos durante todo el d�a con mucho m�s cuidado.

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