La angustia de los padres del Colegio Rébsamen: ante la peor noticia o un milagro en México
20/09/2017 - 19:21:00
Infobae.- Nunca un pu�o levantado hab�a tenido tanto significado. Para un padre que busca a su hijo peque�o entre un mont�n de escombros, puede significar que est� ah�.
La se�al es la indicaci�n de que quienes se encuentran ante alguno de los edificios derrumbados por el terremoto en la Ciudad de M�xico, deben callar porque entre los escombros se escuch� un ruido que puede ser alguien que est� pidiendo auxilio.
Los padres de los ni�os del Colegio Enrique R�bsamen recordar�n esta se�al por el resto de sus vidas, algunos como su momento m�s feliz y otros como el m�s tr�gico.
El emblema del terremoto de 1985 fueron los beb�s que sobrevivieron al derrumbe del Hospital de Pediatr�a del IMSS, el de 2017 lo ser�n precisamente los del Colegio R�bsamen, el caso que dentro de toda la desgracia se ha convertido en el m�s triste de esta tragedia.
A m�s de 24 horas de la tragedia, hay padres que ya no se reunir�n con sus hijos. Ellos vieron c�mo desfilaron ante sus ojos los cuerpos de 25 personas vivas y 11 ya fallecidas.
El ruido constante de picos y palas, el ir y venir de voluntarios, rescatistas del Ej�rcito, la Marina, personajes que acuden al lugar a tomarse la foto -desde el presidente Pe�a Nieto hasta el Cardenal Norberto Rivera-, no ayuda a su tranquilidad.
As� fue el caso de Frida, una peque�a de 8 a�os encontrada este mi�rcoles. Aunque los padres de todos los ni�os pidieron discreci�n, su nombre se mencion� en un programa de radio.
Entre las peticiones de comida, electrolitos, herramientas y silencio, los encargados de las labores de rescate tambi�n pidieron psic�logos y pediatras en dos ocasiones y es que ver c�mo una escuela se cay� en pedazos y sepult� a docenas de ni�os no es f�cil, menos a�n sabiendo que tus hijos podr�an estar ah�.
De la escuela s�lo queda la parte trasera, cada vez menos escombro y en una esquina uniformes y algunas otras pertenencias de los alumnos. Ante ese cuadro decenas de padres esperaron por horas alguna noticia.
"Necesitamos completo silencio porque est�n entrando (a los escombros) con c�maras t�rmicas y sensores, la persona que buscamos parece que est� viva", pidi� uno de los rescatistas.
En ocho horas fueron centenares de veces las que rescatistas alzaron el pu�o. Algunas personas rezaban, otros lloraban y unas m�s simplemente obedec�an las instrucciones.
Detr�s de la valla que separa �l �rea siniestrada de los curiosos, voluntarios emergentes y reporteros no falt� la solidaridad de hombres y mujeres que ayudaban y alimentaban a la gente a su lado por igual.
Pero para los padres y los alumnos del colegio ya nada ser� igual, perdieron hijos, amigos, compa�eros y uno de sus espacios m�s importantes de socializaci�n: la escuela.
