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¿Es la acumulación de datos el petróleo del siglo XXI?... Piénsalo de nuevo




15/10/2017 - 10:22:31
BBC.- �C�mo sabes cu�ndo una frase concisa o una idea seductora se ha puesto de moda en los c�rculos pol�ticos? Cuando la prestigiosa revista semanal The Economist le dedica una de sus secciones especiales.

En un art�culo extenso acompa�ado por un comentario editorial reciente, ese distinguido medio argument� que los Big Data o macrodatos es hoy lo que el petr�leo era hace un siglo.

"Una nueva materia prima genera una industria lucrativa y de r�pido crecimiento, lo que provoca que los reguladores antimonopolio intervengan para frenar a quienes controlan su flujo", sela�� The Economist.

Aunque la inteligencia de datos no es particularmente nueva (a pesar de que el volumen lo puede ser), este argumento tiene, a primera vista, mucho de cierto.


Al igual que hace un siglo, cuando los que pudieron sacar el petr�leo del suelo acumularon gran riqueza, establecieron cuasimonopolios y construyeron la econom�a futura a partir de su propio recurso precioso, las empresas de datos como Facebook y Google podr�n hacer algo similar.

Con el petr�leo en el siglo XX, eventualmente se fue llegando a un consenso de que los reguladores deb�an intervenir y romper los oligopolios para evitar una concentraci�n excesiva de poder.

Muchos pensadores de alto perfil han detectado similitudes entre la acumulaci�n de datos de hoy y el petr�leo de anta�o.

John Thornhill, editor de Innovaci�n del diario Financial Times, utiliz� el ejemplo de Alaska para argumentar que las compa��as de datos deben pagar un ingreso b�sico universal, otra idea que est� en boga en los c�rculos pol�ticos.

Al principio, los paralelos entre el Big Data y el petr�leo me llevaron a concordar con esa l�nea de pensamiento. Pero ahora no estoy tan seguro.


Hay diferencias tan importantes entre la industria de los datos de hoy y el petr�leo de hace un siglo que la comparaci�n, aunque es atractiva, corre el riesgo de difundir un malentendido sobre c�mo funcionan estas supercompa��as de nuevas tecnolog�as y qu� hacer con su poder.

Diferencia 1: la oferta

Hay una cantidad finita de petr�leo, aunque todav�a es abundante y probablemente no hemos encontrado todo el que existe.

Los datos, en cambio, son virtualmente infinitos.

Su oferta es abundante. En t�rminos de oferta b�sica, los datos se asemejan m�s a la luz del Sol que al petr�leo: hay tanta de que nuestra principal preocupaci�n debe ser qu� hacer con ella, no d�nde encontrar m�s o c�mo compartir lo que ya hemos encontrado.

Los datos adem�s pueden ser reutilizados, y los mismos pueden ser usados por diferentes personas por diferentes razones.
Image caption El petr�leo es finito, los datos no.

Digamos que me invent� una nueva direcci�n de correo electr�nico. Podr�a usarlo para registrarme en un servicio de m�sica, donde dejar� una huella de mi gusto por la m�sica; en una plataforma de medios sociales en la que tendr� fotos de mi beb�; y en un motor de b�squeda, donde me entrego a mi fascinaci�n por el reggae.

Si a trav�s de esa direcci�n de correo electr�nico una compa��a de datos pudiera acceder a informaci�n sobre m� o mis amigos, el servicio de m�sica, la red social y el motor de b�squeda podr�an beneficiarse de esa direcci�n de correo electr�nico y todo lo relacionado.

Esto es diferente al petr�leo. Si una gran compa��a petrolera llega a un campo petrolero en, digamos, Texas, ser� la �nica en control del petr�leo all�, y una vez que lo hayan usado, se acaba.

Esto nos lleva a otra diferencia clave.

Diferencia 2: qui�n controla la mercanc�a

Hay temores muy leg�timos sobre el uso y el abuso de datos personales en l�nea, por ejemplo, potencias extranjeras tratando de influir en las elecciones.

Y muy pocas personas tienen una idea realmente clara sobre la huella digital que han dejado en l�nea. Si lo supieran, podr�an obsesionarse con la seguridad. Conozco algunos fan�ticos que poseen varios tel�fonos y tienen h�bitos inform�ticos para protegerse, como evitar todos los mensajes de texto a favor de WhatsApp, que est� cifrado.

Pero los datos son algo que -en teor�a, si no en la pr�ctica- el usuario puede controlar, y que idealmente -aunque de nuevo, en la pr�ctica no es tan cierto- se propaga por consentimiento.
Image caption En teor�a, al menos, cada uno de nosotros controla qu� informaci�n libera al �mbito p�blico.

Volviendo a esa compa��a petrolera de Texas, depende en gran medida de ella c�mo administrar el petr�leo: cu�ntos barriles sacan cada d�a, a qu� precio lo venden, a qui�n se lo venden.

Con mi direcci�n de correo electr�nico, depende de m� d�rselo o no a ese servicio de m�sica, red social o motor de b�squeda. Si no quiero que la gente sepa que tengo una obsesi�n malsana con las telenovelas turcas, puedo mantenerme digitalmente callado.

Estoy consciente de que en la pr�ctica muy pocas personas sienten que tienen control sobre sus datos personales en l�nea; y la recuperaci�n de sus datos no es exactamente f�cil.

Si tratara de reclamar o borrar de la faz de la Tierra todos los datos personales que le he entregado a las compa��as de datos, tendr�a que dedicarle todas las horas activas de mis d�as por el resto de mi vida y nunca lo lograr�a realmente.

Dicho esto, es en gran medida resultado de mis opciones que estas empresas tengan tantos de mis datos personales.
Image caption Los servidores de almacenamiento de datos en Hafnarfjordur, Islandia, que est�n tratando de posicionarse en el negocio de los centros de datos son galpones que consumen enormes cantidades de energ�a para almacenar la informaci�n de 3,2 millones de usuarios de internet.

Diferencia 3: cuesti�n de velocidad

La �ltima diferencia clave es que la industria de datos evoluciona mucho m�s r�pido que la industria petrolera.

La innovaci�n est� en el ADN mismo de las grandes empresas de datos, cuyas vidas a veces son cortas. Como resultado, la regulaci�n es mucho m�s dif�cil.

The Economist tambi�n se�al� que el modelo anterior de regulaci�n no necesariamente funciona para estas nuevas empresas, que se adaptan constantemente.

Eso no quiere decir que no deban ser reguladas; m�s bien, que regularlas es algo que todav�a no hemos resuelto a hacer.

Es porque el debate sobre la regulaci�n de estas empresas es tan candente que creo que necesitamos cuestionar las ideas superficialmente atractivas, como "Big Data es el nuevo petr�leo".

De hecho, mientras que el petr�leo finito pero abundante suministr� una materia prima para la econom�a industrial, los datos son un recurso superabundante en una econom�a postindustrial.

Las compa��as de datos controlan y redefinencada vez m�s la naturaleza de nuestro dominio p�blico.

Big Data tiene algo importante en com�n con el petr�leo hace un siglo. Pero los titanes tecnol�gicos son m�s parecidos a magnates de los medios que a los barones del petr�leo.

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