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Cosas que desearía haber sabido antes de empezar a ir a terapia




19/10/2017 - 16:39:48
Infobae.- Si es la primera vez que acudes a terapia conversacional, estos consejos te pueden ser muy �tiles para sacar el m�ximo partido a las sesiones.

Tengo 25 a�os, de los cuales he pasado diez yendo a terapia, concretamente a un psic�logo infantil, a numerosas sesiones de terapia y psicoterapia conductual cognitiva (TCC) de la seguridad social y a varios psicoterapeutas privados.

Si esto fuera un matrimonio, podr�amos decir que estoy celebrando mis bodas de hojalata/aluminio, un metal que supuestamente representa hasta qu� punto puede doblarse una relaci�n sin llegar a romperse.

La analog�a resulta adecuada, pues ha habido momentos en que me entraban ganas de enlatarlo todo y dejarlo, convencida de que no funcionaba, para luego volver arrastr�ndome a la consulta con el rabo entre las piernas.

Me he sometido a terapia para tratar episodios de depresi�n, ansiedad, trastorno disf�rico premenstrual (TDPM), psicosis y disociaci�n, man�a o trastornos alimentarios y otras cosas cuya categorizaci�n no est� muy clara entre los expertos. Ni mucho menos pretendo insinuar que conozco c�mo funciona la terapia para cada tipo de trastorno y soy consciente de que las personas reaccionan a los tratamientos de salud mental de forma distinta. Sin embargo, a base de ensayo/error, he aprendido una serie de cosas que me habr�a gustado que alguien me dijera antes de empezar mi largo periplo terap�utico.

Someterse a terapia no es f�cil

Una advertencia antes de empezar: en mi pa�s, Reino Unido, la seguridad social tiene enormes deficiencias presupuestarias, hasta el punto de que las personas que necesitan tratamiento para la salud mental pueden encontrarse en el m�s absoluto desamparo. Uno no se hace una idea de c�mo est�n los servicios de salud mental hasta que lleva meses en lista de espera para tratarse un episodio de depresi�n y, cuando por fin llega el d�a, ve que son s�lo diez sesiones de media hora, una cada semana, y que si faltas a una sola sesi�n o llamas para adelantar una porque est�s fatal, te suspenden el tratamiento. En resumen, si tienes una enfermedad mental cr�nica y necesitas un tratamiento psicol�gico a largo plazo, m�s vale que te encomiendes a alg�n santo.

Dicho esto, tienes que evitar sentirte culpable por recibir este tipo de tratamiento s�lo porque sea tan dif�cil de acceder a �l. No pienses que "no est�s tan mal" como para necesitarlo, porque as� entras en un ciclo de negaci�n con el que s�lo te est�s perjudicando. Asimismo, tampoco debes sentirte culpable si tienes un trastorno y puedes permitirte pagar un tratamiento.

Busca un profesional con el que te sientas bien

Los psic�logos tambi�n son personas, y las personas a veces pueden resultar muy molestas. Tal vez no sea imprescindible que tu terapeuta te caiga bien �no vas a ir a tomarte unas cervezas con esa persona�, pero al menos debe parecerte agradable y, sobre todo, debe gustarte su enfoque.

Hay profesionales que se muestran muy emp�ticos. Yo iba a uno que era tan buena persona que siempre se pasaba de la hora que duraba la visita, a veces llegando las sesiones incluso a durar dos o tres horas, y me recomendaba pel�culas y series que sab�a que pod�an gustarme. Ir a su casa era un poco como pagar por visitar a tu abuelo, pero con una conversaci�n m�s existencial.

Al salir, �l me desped�a con la mano desde la puerta, y cuando doblaba la esquina yo romp�a a llorar pensando en lo bueno que era conmigo, lo cual era un inc�modo recordatorio de que yo no estaba siendo buena conmigo misma.

Otros profesionales son m�s fr�os y cl�nicos, y dejan que proyectes lo que quieras. Te sientas abatida en su sill�n, con la nariz congestionada y la respiraci�n alterada por el llanto tras haber sacado a la luz detalles viscerales de alg�n trauma, y ves que su rostro es como un espejo. Casi te entran ganas de decirle, "Perdona, �has escuchado la miserable historia que acabo de contarte?".

Ninguno de los dos enfoques es err�neo, siempre y cuando t� respondas bien y te sientas a gusto con ellos. Por alg�n motivo perverso, yo he llegado a disfrutar con este �ltimo.

Si vas por lo privado, tienes todo el derecho de despacharlos o serles infieles probando con alguien m�s sin que se enteren. No cometas la estupidez de quedarte con lo que tienes simplemente porque te has comprometido y te parece un poco violento decir a estas alturas que no funciona. Y si has conseguido que te traten por la seguridad social, raz�n de m�s para no conformarte.

Si la persona que te visita est� a�n form�ndose y se limita a leer un guion o a encogerse de hombros cuando le haces preguntas de tipo personal (me ha pasado dos veces), no dudes en decirle a tu m�dico de cabecera que te gustar�a que te visitara otra persona. Teniendo en cuenta que hay muchas posibilidades de que el tratamiento de diez semanas termine de forma abrupta antes de lo previsto, te mereces sacar el m�ximo partido de �l.

Esas ganas de cambiar de terapeuta pueden llegar en cualquier momento, y si algo he aprendido, es que hay profesionales que son capaces de ayudarte a resolver un problema y, en cambio, no son los m�s adecuados para arrojar luz sobre otro. Una vez, tras una ruptura dolorosa, me di cuenta de que hab�a ciertos aspectos relacionados con la sexualidad que quer�a tratar y de que mi terapeuta �un hombre heterosexual especializado en relaciones� no estaba entendiendo la esencia de lo que intentaba transmitir. Al final lo plant� y ya no concert� la siguiente cita.

No me atrev� a despedirme de �l cara a cara y, aunque fuera un poco infantil, era lo que ten�a que hacer. Poco despu�s encontr� a una psic�loga capaz de aportar m�s en ese tema concreto.

Querr�s caerles bien, pero tienes que superar ese sentimiento r�pidamente

Est� en nuestra naturaleza querer agradar a los dem�s. Si eres de esas personas, atiende bien.

A veces, sin darme cuenta, cuando le estoy contando una historia a mi terapeuta hago pausas dram�ticas o acent�o mis palabras con gestos de las manos con el �nico fin de entretenerla. Si consigo arrancarle una sonrisa, lo considero un logro personal.

Del mismo modo, cuando disfruto de un periodo de estabilidad mental, de camino a la consulta, a veces me asalta la preocupaci�n por si la aburro y me pongo a buscar en mi memoria a corto plazo para rescatar cualquier an�cdota absurda que me haya ocurrido y de la que pueda surgir una conversaci�n.

Pero del mismo modo que ellos no han de gustarte, t� tampoco has de gustarles a ellos. Si no te enfrentas a esta realidad, esta acabar� por cambiar su din�mica de trabajo, entorpeciendo cualquier posible avance. Los psic�logos est�n para ayudarte, no para que los entretengas, y no imagines que por el hecho de que seas t� quien da cuenta de todos los detalles escabrosos se est� produciendo alg�n tipo de desequilibrio de poder.

No le ocultes cosas

Teniendo en cuenta lo anterior, hay un aspecto muy importante: la sinceridad. Habla con total franqueza. A m� me ha costado a�os aprender a no guardarme informaci�n, y estoy segura de que lo he hecho con cada nuevo profesional que me trataba: "Si le cuento esto, va a pensar que soy una zorra o mala persona o una idiota". Esto puede deberse, en parte, a la diferencia de edad �mis terapeutas siempre han sido mayores que yo� y en parte al hecho de que a veces resulta muy violento e inc�modo revelar algunas cosas.

Pero, �qu� sentido tiene callarlas? Seguramente esa persona ha o�do cosas mucho peores que las que t� les puedas contar, y nunca van a poder ayudarte como es debido si sigues ocult�ndoles la verdad. Debes aprender a ver a tu terapeuta como una extensi�n de ti misma.

Hazle saber desde el principio lo que esperas del tratamiento

La vez que sent� que se hab�a resuelto un problema r�pidamente con un terapeuta fue cuando decid� cambiar a una mujer para hablar de sexo. Sab�a con gran precisi�n cu�les eran mis problemas, d�nde sospechaba que estaba la ra�z de los mismos y que quer�a solventarlos para que no enturbiaran futuras relaciones. En la primera sesi�n entr� en la consulta de la terapeuta como si fuera la ejecutiva aburrida de alguna empresa, con una lista de objetivos, y despu�s de soltarle el rollo, ella se limit� a levantar una ceja y a decir, "�Vaya!".

Puede parecer obvio, pero cuanto m�s les facilites el trabajo, m�s r�pidamente llegar�is a la ra�z del problema. De hecho, a veces el simple hecho de tener un plan y una serie de objetivos resulta curativo, y en los peores momentos, repetirlos como un mantra puede ser muy �til.

Respecto a la comunicaci�n: si una vez finalizado el tratamiento con la seguridad social ves que no has mejorado ni alcanzado tus metas, debes insistir en seguir con el tratamiento.
Calum Heath
Calum Heath

Cuando termine la sesi�n, no recordar�s el consejo que te pod�a ayudar, o al menos no los detalles

Durante las sesiones de terapia, entre los dos ir�n aportando peque�os fragmentos hasta que, de repente, tu psic�loga dar� con una explicaci�n maravillosa que har� que se te revuelvan las tripas hasta reconfigurarse. Todo cobrar� sentido y por fin tu cerebro, tu vida entera, ser� mejor. En cuanto salgas por la puerta, intentar�s recordar todo lo que hab�an hablado� y no podr�s. Tendr�s el recuerdo borroso y sentir�s rabia y desconcierto en partes iguales.

Me pas� algo similar a principios de este a�o, cuando intentaba llegar al fondo de mi problema con los compromisos y mi tendencia a sabotear mis propias relaciones. Est�bamos ahondando en aquellos largos periodos en los que mis padres, una vez separados, se vieron obligados a vivir durante a�os bajo el mismo techo por nosotros y por falta de dinero, esa �poca en la que todo el mundo iba de puntitas por la casa. Mientras tanto, todos los meses yo libraba mi batalla personal con el TDPM y la conducta suicida e iba a terapia infantil.

Mi terapeuta me planteaba las t�picas situaciones hipot�ticas que suelen plantear los terapeutas: "Imagina que vas a buscar a tu madre para contarle un problema. �En qu� parte de la casa la encontrar�s? �C�mo reaccionar�?", y "�C�mo hace eso sentir a tu yo joven? �Qu� haces al sentirte ignorada?".

Luego, la mujer realizaba un an�lisis pasmosamente preciso que requer�a que me sintiera como una unidad individual para salvaguardar mi salud mental, porque las relaciones son temporales y pueden deprimir y da�arte. Todo eso, cuando lo ves por escrito, resulta obvio, pero cuando se lo o� decir a ella, me marc� por completo.

Ahora, cuando salgo de una sesi�n, siempre tomo algunas notas para quedarme con algo de lo que hemos hablado. Sin embargo, a veces hay que aceptar que eso que tanto sentido ten�a es algo que est� alojado en alg�n lugar de tu subconsciente. La raz�n por la que resulta tan conmovedor en el momento suele ser porque es la primera vez que lo escuchas. Y sin darte cuenta, has dado un paso hacia delante.

Has de tener claro que tu terapeuta no va a decirte qu� hacer, sino darte consejo

Una vez tuve una psic�loga que siempre me animaba a que tomara una decisi�n de las que te cambian la vida. Finalmente tom� esa decisi�n, aunque no puedo dejar de pensar que lo hice porque me instaron a ello. La funci�n de los terapeutas es dar consejo, hacer sugerencias, guiarte; nunca dejes que te lleven a hacer algo que no quieres. Cada decisi�n que tomes respecto a tu salud mental debe estar siempre bajo tu control.

Despu�s de diez a�os de tratamientos, no s� si siempre he sido as� de dada a explicarlo todo sobre m� o si lo hago autom�ticamente por la costumbre de hacerlo, como la vaca que se dirige mec�nicamente a su puesto para que la orde�en. En persona soy una completa desvergonzada. No es f�cil ruborizarme. No hay nada en la vida peor que lo que ocurre entre las cuatro paredes de la consulta todas las semanas. Y este sentimiento tambi�n se traslada a las relaciones. La terapia ha mejorado mi capacidad de relacionarme con los dem�s m�s de lo que puedo cuantificar.

No tengo reparos en hablar con cualquier desconocido sobre cualquier cosa, pero como normalmente estoy a pocos d�as de poder hablar de mi salud mental, no siento la necesidad de sacar a colaci�n ese tema a no ser que est� muy desesperada. De hecho, es lo �ltimo de lo que me apetece hablar. A mis amigos hombres les encanta porque conmigo pueden hablar de cosas que no se sienten c�modos hablando con sus compa�eros.

Las personas con las que salgo o tengo una relaci�n est�n encantadas porque usan mis sesiones para tratar cualquier problema que pueda surgir entre nosotros. Es como terapia de parejas pero sin que ellos tengan que pagar o asistir.

Haz la tarea, aunque te parezca que no sirva para nada

En t�rminos generales, la psicoterapia indaga sobre las razones que te llevan a plantearte un pensamiento err�neo, mientras que la TCC se centra m�s bien en c�mo puedes gestionar, lidiar con o cambiar ese pensamiento err�neo. No me gusta la TCC. Algunos de sus defensores se molestar�an conmigo por decir esto, pero no creo que este modelo de terapia deba considerarse la panacea para la ansiedad o la depresi�n, como a veces parece que se la considera.

Gran parte del tratamiento consiste en llenar una serie de pruebas. Al hacerlo, me sent�a rid�cula de tener que marcar todas esas casillas y llenar columnas cuando a duras penas los temblores que sufr�a me permit�an teclear algo coherente en la laptop. Recuerdo mostrarme reticente a ese proceso porque me parec�a un m�todo condescendiente, in�til e insultante para mi brillante inteligencia y mi persona emocional. Finalmente, dej� de lado la arrogancia y llegu� a estar lo suficientemente desesperada como para hacerlo, y me ayud� un poco.

Creer�s que te est�n espiando

Yo siempre sospechaba que mis terapeutas sent�an curiosidad por saber m�s sobre m� y buscaban informaci�n en Google. Debo decir en mi defensa que una vez un psic�logo mencion� algo que yo nunca hab�a sacado a colaci�n en nuestras conversaciones. Se lo coment� y �l me dijo, como si fuera lo m�s normal del mundo, que hab�a estado husmeando en mi cuenta de Twitter. Tuvo la delicadeza de pasar por alto mis tuits sobre Tinder, la terapia, mis ligues y mis borracheras.

Todos mis terapeutas sab�an a qu� me dedicaba en cada momento. Ahora, cada vez que escribo un art�culo sobre sexo o salud mental, me los imagino ley�ndolo y comparando mi yo real con mi yo de internet, quiz� planificando su pr�ximo ensayo sobre psicolog�a. Mi terapeuta podr�a estar leyendo esto ahora mismo. Si es as�, que sepas que ahora estoy disponible los mi�rcoles, misma hora.

No puedes visualizar tu vida si no eres due�a de ella

Siempre me he preguntado si la terapia no se habr� convertido en una especie de lujo c�modo y caro. Cuando mi terapeuta me dice que se va a ir tres semanas de crucero, la semana antes de que se vaya pienso, Qu� ego�sta. Y �qu� espera que haga yo? �Cuidar yo sola de m� misma? Hay gente que me pregunta si no va a llegar un punto en que me quede sin cosas que contarle, pero no, eso no va a pasar.

Hay momentos en los que pienso que eso de salir de la visita de las ocho de la ma�ana, visiblemente afectada, e ir corriendo al trabajo sin tomar un peque�o descanso para procesar lo ocurrido no puede ser bueno, que podr�a prescindir de todo esto.

Pero, por otro lado, �por qu� no iba a seguir con la terapia? No recuerdo haber estado tan bien durante tanto tiempo como ahora. Hay gente que se pasa la vida entera tomando medicamentos; yo los voy tomando y dejando. �Qu� le importa a la gente en qu� me gaste mi dinero o c�mo administre mi salud? Las pocas veces que he dejado el tratamiento en estos diez a�os, he sufrido una reca�da, y cuando por fin consegu�a encontrar una terapeuta, me costaba mucho m�s recuperarme y volver al punto en el que estaba.

Mi mayor temor es pensar que estoy a un paso de la locura, de ese trastorno grave del que ya no hay vuelta atr�s. S� que existe la posibilidad de que pierda la realidad, de que mi mente cree cosas que no existen. Lo tengo muy presente. Por eso pago a una profesional que sabe de qu� habla para que me reafirme y me diga que soy una persona normal, y que no estoy enferma todas las semanas.

Tal vez un d�a pueda dejar la terapia, pero por ahora me siento c�moda con la idea de hablar de m� misma durante 20, 30 o 40 a�os m�s.

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