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La guerra por la coca amenaza a Ecuador




23/10/2017 - 10:42:36
La Hora.- A las 10:10 del pasado 5 de octubre comenz� la masacre. Un tiro irrumpi� en el monte y casi enseguida, seg�n los testigos, comenz� el fuego indiscriminado de fusiles y ametralladoras. Tambi�n se escucharon explosiones que part�an los �rboles. La gente corri� despavorida sin saber qu� ocurr�a y cay� el primer hombre al suelo, luego otro y otro y otro�En total siete campesinos muertos, mientras 15 quedaban heridos arrastr�ndose por el suelo.

Seg�n el brigadier general William Ren� Salamanca, comandante policial en la regi�n, �Alias �Guacho� y su grupo de disidentes de la columna Daniel Aldana de las FARC lanzaron al menos cinco cilindros bomba contra los integrantes de la Fuerza P�blica y contra la multitud, que se encontraba en el lugar, y luego atacaron a los manifestantes y a las autoridades�. Ocurri� en la vereda El Tandil, Tumaco, muy cerca de Ecuador.

Una masacre
Una fuente de Tumaco dio otra hip�tesis de lo ocurrido: El Esmad (Escuadr�n M�vil Antidisturbios de la Polic�a) lanz� gases lacrim�genos y los campesinos en defensa lanzaron los recipientes que llevaban, la Polic�a reaccion� al pensar que estaba siendo atacada y dispar�.

De otro lado, Wilson Barahona, uno de los sobrevivientes, dijo: �Nosotros est�bamos encerr�ndolos (a los polic�as) para que no nos arrancaran las matas de coca, entonces comenzaron los antimotines a dispararnos gases lacrim�genos, nosotros corrimos y nos tapamos la boca, despu�s nos empezaron a disparar (...) de los campesinos no sali� ninguna bala�.

�Qui�n dispar� primero?
La gran pregunta, entonces, es de d�nde vinieron las balas. Ese jueves, cientos de campesinos se reunieron en El Tandil. Se hab�an citado para protestar contra la erradicaci�n forzada de matas de coca que el Ej�rcito y la Polic�a Antinarc�ticos ven�a adelantando en la zona durante las �ltimas semanas.

Hombres, mujeres y ni�os llegaron cargados de provisiones, pues la jornada ser�a larga y no terminar�a hasta que una de las dos partes diera su brazo a torcer. Los ciudadanos llevaban m�s de ocho d�as defendiendo una causa suya, pero tambi�n ajena. Todos dependen de la siembra del cultivo, del que han vivido durante los �ltimos cuatro a�os. Quer�an, simplemente, defender su sustento aunque sea considerado ilegal. Estos campesinos no son narcotraficantes: simplemente se dedican a la siembra y recolecci�n de la hoja de coca y luego se la venden al mejor postor. Hasta hace poco, la guerrilla les compraba. Ahora se la llevan los grupos disidentes que quedaron. O las mismas FARC, o su contraparte el ELN, o los paramilitares o las llamadas Bacrim (bandas criminales) que pululan en la zona.

Sinaloa en Ecuador

De todos modos, uno y otro la pagan, se la llevan y luego la procesan en diversos laboratorios clandestinos, algunos ubicados en plena selva. La �mercanc�a� ya est� negociada con importantes carteles de la droga, principalmente el de Sinaloa. Los cargamentos que no logran salir por el Puerto de Tumaco �debido a los controles policiales� se env�an por los r�os Mira y Pat�a y otros afluentes hasta Ecuador. Y de aqu� se va por el mar en semisumergibles o lanchas r�pidas hasta Centroam�rica, M�xico y Estados Unidos.

Cada mes, seg�n estiman varios investigadores, salen por lo menos 10 toneladas de coca�na cuyo valor alcanza los 250 millones de d�lares.

Promesa incumplida

Lo que ocurre en Tumaco es una tragedia. Seis meses atr�s, el Gobierno cre� el Programa Nacional Integral de Sustituci�n de Cultivos Il�citos, con la finalidad de erradicar unas 50 mil hect�reas de sembrad�os ilegales y beneficiar a cien mil familias.

Desde Bogot� se les ofrecieron incentivos a los campesinos: dinero para invertir en nuevos cultivos, asistencia t�cnica y l�neas especiales de cr�dito. Pero el plan nunca se concret� a pesar de estar establecido en el Acuerdo de Paz suscrito con las FARC.

�Como siempre, el Gobierno incumpli� su promesa�, dijo Miguel M�ndez, al rememorar lo que sucedi�. �Tuvimos, entonces, que volver a trabajar con la coca: cosechar la planta y venderla a los que vienen a comprarla que son los de siempre: hombres uniformados y armados que siguen insistiendo en que son guerrilleros.

Matanza tras matanza
Doce d�as despu�s de la matanza, el l�der comunitario Jos� Jair Cort�s fue asesinado en un sector denominado la Y, en pleno centro de Tumaco. Este hombre fue quien denunci� la situaci�n de emergencia humanitaria que campesinos afro-colombianos, mestizos e ind�genas viven en la zona. Sab�a que estaba amenazado y lo denunci� publicamente. Pero nadie lo protegi�.

Pese a las advertencias, Cort�s no ten�a guardaespaldas y hab�a sido declarado �enemigo de la coca� por quienes se oponen a la eliminaci�n de los plant�os ilegales, seg�n C�limo Cort�s, de la Red de consejos comunitarios del Pac�fico Sur (Recompas).

El dirigente comunal, que para su protecci�n hab�a recibido del Estado un chaleco antibalas y un celular, es una de las recientes v�ctimas de los ataques a activistas sociales. �Iba en su moto a su casa, cuando lo interceptaron y lo mataron�, cont� el portavoz de Recompas.

Sin parentesco entre ellos, Cort�s recuerda que habl� con el l�der asesinado tras una reuni�n con el vicepresidente de Colombia, �scar Naranjo, quien hab�a viajado a la zona para intentar contener la guerra por la coca que a fuego lento se cuece en la frontera con Ecuador.

La guerra por la coca

Para completar, el lunes �ltimo dos ind�genas fueron asesinados por desconocidos en la convulsa zona. Alirio Taicus Sabala y su hijo Geovanny Sabala Quistial fueron atacados con r�fagas de fusil disparadas por dos hombres que llegaron al lugar donde desayunaban, indic� en un comunicado que hizo llegar a La Hora la Unidad Ind�gena del Pueblo Awa (Unipa).

El acto violento ocurri� en la v�a que conecta Pasto, capital del departamento de Nari�o, con el municipio de Tumaco.

�Ind�genas, afros y campesinos nos hemos visto afectados por una guerra que libran varios grupos armados legales e ilegales, quienes buscan tener el control territorial de la zona�, agreg� Unipa.

Meses antes tambi�n hab�an matado a Genaro Garc�a, otro dirigente social.

Y es que aparte de la columna Daniel Aldana, tambi�n hay gente de otro frente que no se ha desmovilizado: el Mariscal Sucre, igualmente de las FARC.

Se destapa la lucha
En la conflictiva regi�n tambi�n fue atacado esta semana un helic�ptero de la Polic�a Antinarc�ticos.

La acci�n -que no dej� v�ctimas- se produjo durante la destrucci�n de un gigantesco laboratorio para la producci�n de clorhidrato de coca�na en el municipio de Barbacoas, a 50 kil�metros de Tumaco.

La realidad es que el fin del enfrentamiento de medio siglo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) destap� una lucha por el dominio de territorios y del negocio del narcotr�fico que involucra a rebeldes del ELN -actualmente en negociaciones de paz-, bandas de origen paramilitar y �disidentes� de la primera guerrilla.

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