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Gloria, amores y caída de la reina de Egipto más poderosa, seductora y trágica de la historia




13/11/2017 - 09:30:24
Infobae.- "Si la nariz de Cleopatra hubiera sido m�s corta, la historia del mundo habr�a cambiado."

Blas Pascal (1632-1662), en Pensamientos sobre la religi�n y otros temas



Dilema. �C�mo vender �en el mejor sentido de la palabra� una historia sucedida treinta a�os Antes de Cristo?

C�mo, si sus principales actores no son Elizabeth Taylor y Richard Burton, que la recrearon en 1963, en pantalla grande y en colores, al m�dico precio de 44 millones de d�lares.

Va un intento. En la narraci�n que sigue hay poder, amor, guerras, odio �mucho�, lujuria, crimen, traici�n, sangre �r�os�, venganza, brujer�a (aunque es dudoso), h�roes, bandidos, asesinos, esplendor, decadencia, ca�da, suicidio� y algunas cosas m�s.

Si se anima, s�game�

Hagamos girar hacia atr�s la Rueda de la Historia. Egipto, a�o 69 Antes de Cristo (Nota: en adelante, esos a�os estar�n precedidos por el signo �). Nace Cleopatra Filop�tor Nea Thea, hija de Ptolomeo XII y �aunque hay dudas� de Cleopatra V Trifena. El nombre Cleopatra significa "Gloria de su padre".

De la dinast�a ptolemaica fundada por Ptolomeo I S�ter, uno de los generales de Alejandro Magno, ser� la �ltima reina del antiguo Egipto y de su per�odo helen�stico.

La �ltima y tr�gica reina�

A los 17 a�os, cuando sube al trono junto con su hermano Ptolomeo XIII Dionisio, de 12, no es la volc�nica belleza citada por la leyenda: su nariz es demasiado larga, y su ment�n, prominente. De ah� la predicci�n de Blas Pascal: a un poderoso emperador no le gust� ese rasgo�

Pero brilla por lo que hoy llamar�amos charme: encanto, hechizo, poder de seducci�n, y adem�s una s�lida educaci�n griega. Habla egipcio �algo muy poco com�n en ese per�odo�, griego, hebreo, sirio y arameo, y ha sido instruida en pol�tica, m�sica, literatura, matem�ticas, astronom�a y medicina.

Reina entre dos fuegos: la decadencia de Egipto y la codicia de Roma.

Su padre ha sido corrupto, amante de grandes fiestas, p�simo gobernante, y dependiente de interesada ayuda romana, �vida del oro que abunda en esas tierras.

Los a�os -50 y -49 crujen bajo la hambruna, la sublevaci�n de los campesinos, la ca�da de la moneda, la asfixiante burocracia.

Ptolomeo XIII, su hermano y marido �la ley egipcia ordenaba el casamiento entre hermanos como condici�n para el trono�, influido por consejeros enemigos de Cleopatra: el eunuco Potino, el general Aquilas y el ret�rico Teodoto�, la expulsa del poder.

Pero Cleopatra, adem�s de "dulce, refinada, encantadora", como la define el historiador Plutarco, es ambiciosa y brav�a. Huye a Siria, re�ne un ej�rcito, y planea recuperar el poder.

Entretanto, en Roma, hay guerra civil. Cayo Julio C�sar derrota a Pompeyo, se refugia en Egipto, pero Ptolomeo XIII no lo recibe y ordena asesinarlo para lograr el apoyo de Julio C�sar contra el ej�rcito de Cleopatra.

Error. Cuando C�sar recibe en una bandeja de plata la cabeza de Pompeyo, llora. Pompeyo ha sido su rival, pero tambi�n su amigo. Y hab�a decidido perdonarlo�

Momento providencial. Julio C�sar descansa en el palacio real de Alejandr�a, la m�s deslumbrante de las ciudades egipcias.


Cleopatra, que aun sigue en el exilio, urde un plan tan audaz como peligroso. Entra de noche a Egipto, burlando la vigilancia, llega al palacio, se hace envolver en una alfombra� y al desenrollarla aparece ante el hombre m�s poderoso de Roma, y acaso del mundo.

Confiada en su poder de seducci�n, no s�lo lo enamora: le pide que derroque a Ptolomeo XIII para recuperar el trono.

Y lo consigue.

Los d�as y las noches de amor entre C�sar y Cleopatra son largos, serenos, cultos �ambos dominan todos los temas y son brillantes conversadores�� y de erotismo sin fin. �l tiene 52 a�os, est� casado, se dice que es "el marido de todas las romanas� y de todos los romanos", y ella tiene apenas 21 y necesita retenerlo como para conservar el poder. El dilema es sexo o muerte�, y la reina despliega todo su arsenal. Adem�s de la juventud, y seg�n la egipt�loga Gayle Gibson, "sin duda recurri� a varios trucos. Las griegas y las egipcias, de ojos claros, usaban atropina, una sustancia extra�da de la belladona que dilata y ennegrece las pupilas: dos signos que atraen el deseo sexual. Y tambi�n otros cosm�ticos, como el jugo de unas bayas que hacen brillar los labios y tornarlos m�s carnosos y apetecibles. Cleopatra, para lograr sus objetivos, necesitaba estar siempre radiante y org�smica".

Pero el odio y las intrigas recrudecen. Ptolomeo XIII ordena a su consejero militar, el general Aquilas, atacar Alejandr�a con una doble pinza de caballer�a e infanter�a: veinte mil soldados y dos mil jinetes. La ciudad est� sitiada. En uno de los combates, las fuerzas de C�sar queman m�s de setenta nav�os egipcios de guerra�y tambi�n cincuenta trirremes romanos para evitar que cayeran en poder de Aquilas. El fuego arrasa con un tesoro cultural: cuarenta mil rollos de papiro, esenciales para la escritura. Sin control, el incendio se propaga y destruye varios edificios, pero se salva la colosal biblioteca de Alejandr�a. Las fuerzas romanas arrasan a las egipcias, las arrojan al Nilo, y miles mueren ahogados. Entre ellos, Ptolomeo XIII, hundido en el barro.

C�sar le quita su coraza de oro y la levanta en triunfo ante un pueblo vencido y de luto�

Cleopatra recupera el trono. Necesita un rey. Se casa con otro de sus hermanos: Ptolomeo XIV Fil�pator� �de 10 a�os! Su hermana y enemiga Arsinoe, que se hab�a proclamado reina despu�s de la ca�da de Cleopatra, marcha humillada y cargada de pesadas cadenas en el desfile de la victoria de C�sar. Y �ste, que influido por ella se cree un dios, tambi�n logra el �xito de su plan primigenio: instalar en Egipto una monarqu�a romana y fundir en una potencia las dos naciones.

Comienza un per�odo de orden y riqueza.

Pero el pueblo de Roma no acepta �jam�s acept� a Cleopatra. Y el 15 de marzo de -44, una conspiraci�n termina con la vida de C�sar. Marco Bruto, Cayo Casio y otros complotados lo apu�alan en el Senado al pie de la estatua de Pompeyo.

El cielo se oscurece para Cleopatra. Sin C�sar y con un hijo nacido de esa relaci�n (Ptolomeo XV Fil�pator, apodado Cesari�n), teme que su hermano y marido Ptolomeo XIV le arrebate el trono� y no se detiene: lo envenena, y nombra rey a su hijo� �de cuatro a�os!

Pierde el control del poder. Egipto est� cercado por las plagas y el hambre. Los abandonados canales del Nilo desaprovechan el limo de las inundaciones anuales, clave de la agricultura. Pero aun tendr�a otro golpe de suerte alentado �claro� por sus artes amatorias.

Aparece en la escena Marco Antonio, general y pol�tico romano, amigo de C�sar, comandante de su ej�rcito, y dispuesto a vengar su asesinato.

La memorable escena en la que le habla al pueblo romano junto al cad�ver de C�sar fue iluminada para siempre por el m�s grande de todos los tiempos: William Shakespeare en su tragedia Antonio y Cleopatra. Y en el cine, encarnado por Marlon Brando�

Estalla una guerra civil. Antonio, Octavio y L�pido contra los conspiradores y sus hombres armados.

Marco Antonio le pide ayuda a Cleopatra para que llevara sus naves hasta Tarso �Nota: en la actual Turqu�a�, pero ella se niega a una guerra entre Egipto y Roma� y adem�s no conf�a en �l�

Sin embargo, acepta reunirse en su barco. La naci�n est� empobrecida y al borde del colapso� pero ella navega con remos forrados con l�minas de plata, velas rojas al viento, y vestida como Afrodita, la Diosa del Amor: un preludio de la flam�gera historia que estaba por nacer.

El encuentro dura cuatro d�as. Como antes Julio C�sar, Marco Antonio se enamora "a primera vista", seg�n el viejo lugar com�n. O al primer flechazo de Cupido: que el lector elija.

�l elige quedarse en Egipto y a su lado. Pasan juntos el invierno entre fiestas, lujo, voluptuosidad� Pero debe volver a Roma y casarse con Octavia, hermana de Octavio Augusto, sobrino nieto de Cayo Julio C�sar y futuro emperador de Roma. Ha dado su palabra.

Mientras, nacen los dos hijos de Cleopatra y Marco Antonio: los gemelos Cleopatra Selene II y Alejandro Helios.

�Fin de la historia de amor?

No. Principio del fin.

Cuatro a�os m�s tarde, Antonio vuelve a Egipto, al palacio y a la cama de Cleopatra en el oto�o del -37, durante una campa�a militar. Se casa con ella� sin repudiar a Octavia, a la que compensa con unas pocas tierras�: apenas Chipre, Fenicia y Creta.

Tienen otro hijo: Ptolomeo Filadelfo. Y aunque ni Egipto ni Roma nadan en oro, viven un incesante tiempo de lujo, derroche, ocio, indolencia�

La relaci�n entre Antonio y Octavio empeora. Ya son enemigos. Octavio lo denuncia ante el pueblo romano como un monigote sometido a la voluntad de Cleopatra y contra los intereses del imperio.

El odio popular los ahoga. La acusan de brujer�a y cosas peores. A �l le quedan pocos aliados pol�ticos. En el Senado le quedan pocos aliados pol�ticos. Pierde �destituci�n� su cargo de Triunviro. En el -32 el Senado le declara la guerra a Egipto.


El ej�rcito de Marco Antonio es m�s numeroso que el de Octavio. Pero en la decisiva batalla naval de Accio �2 de septiembre del -31�, los barcos m�s veloces y m�s maniobrables del general Agripa enfrentan con ventaja a la flota de Cleopatra. Ella, en p�nico, huye. Antonio �abandona a sus hombres!, va tras ella, y pierde el combate. El 30 de julio del -30 llega a Alejandr�a y recibe un falso informe: "Cleopatra ha muerto". Sujeta su espada entre dos objetos pesados y se arroja sobre ella. Muere en el acto.

Octavio planea tomar prisionera a Cleopatra y mostrarla al pueblo de Roma. Ella se imagina esclava para siempre, y su reino convertido en una provincia romana.


No lo soporta. Se hace picar por un �spid, serpiente de potente y fulm�neo veneno. Era el 12 de agosto del -30. Antes escribe su �ltima voluntad: yacer en su tumba junto a Marco Antonio.

Hasta hoy, noviembre de 2017, esas tumbas no fueron encontradas.

(Post scriptum. A fines de los a�os 70 mi oficio me llev� a Egipto. En el modesto hotel ��nico alojamiento posible: alud de turistas�, y en la primera ma�ana, al afeitarme, una enorme cucaracha sali� de una ranura entre el marco y el espejo. Intent� matarla, pero no lo logr�. Debimos, pac�ficos, convivir tres largas semanas. Pens� que era una sobreviviente de la maldici�n de los insectos: una de las plagas de Egipto citadas en la Biblia. Y comprend� que ella y su indomable especie estaban all� desde la remota evoluci�n de la Tierra, y su especie estar� all� acaso cuando haya expirado el �ltimo hombre. Vieron morir al �ltimo dinosaurio. Vieron a Julio C�sar cruzando el Rubic�n. No las mat� el gas mostaza de la Primera Guerra Mundial ni las tormentas at�micas de Hiroshima y Nagasaki. Resistieron los mil venenos contra ellas. Asistir�n al fin de miles de especies: desde ex�ticas mariposas hasta el magn�fico tigre de Bengala y su belleza infinita. Fueron testigos de la grandeza y ca�da de colosales imperios. Y de noche, en la arena, cerca de las pir�mides, cumpliendo su destino de especie casi inmortal, es realidad son una reencarnaci�n. Por eso creo que mi compa�era del espejo es la �nica y verdadera reina de Egipto. A todo lo dem�s, gloria y ca�da, odio y amor, se lo llev� el viento del desierto.)

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