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La época en que la comida que produce flatulencia se recetaba para aumentar la potencia sexual de los hombres




18/12/2017 - 19:18:05
BBC.- Hace 400 a�os, alimentos flatulentos como los frijoles y garbanzos eran considerados como una cura para quienes ten�an la libido baja. La historiadora de la Universidad de Hertfordshire Jennifer Evans investig� las pasiones y pulsiones en la Inglaterra de principios de la edad moderna.

"The London Cuckold", una balada fechada entre 1685 y 1688, describe a un hombre que se toma un respiro para "contemplar la gloria" de un ej�rcito en campa�a en Hounslow Heath. Al regresar a casa, si saber que su esposa le hab�a sido infiel, es recibido con todo tipo de atenciones.

"Cuando �l volvi� a casa, ella lo colm� de besos,

y le ofreci� un buen Sack-Posset,

y tambi�n Caudles, detalles que ella nunca olvida,

para entrar en calor y calentar la sangre.

Cosas como esas crear�n deseo

Y encender�nel fuego de Cupido;

Esas cosas lo llevaron a besar a su esposa,

Y a llamarla amor y vida".

Esta balada recrea una divertida imagen: la mujer culposa alimenta a su enga�ado marido con convites especiales para intentar "encender el fuego de Cupido", para reavivar el sentimiento amoroso, incrementar la excitaci�n y volver a enamorarlo. Pero lo m�s interesante es la elecci�n de los alimentos: una variada gama de productos que se cre�an afrodis�acos en los albores de la modernidad.

Se pensaba que el caudle, un trago caliente hecho con una masa muy blanda, casi l�quida, mezclada con vino y az�car o condimentos picantes, provocaba excitaci�n. Lo mismo se cre�a del sweet-posset, otro brebaje con alcohol.

Pero la colecci�n de afrodis�acos de aquellos tiempos incluye varias sorpresas: adem�s de productos de la huerta como zanahorias o matas como las ortigas, la canela, las semillas de an�s y el cilantro estaban entre los primeros de la lista.
Image caption Se cre�a que los alimentos que generan flatulencias ten�an efectos afrodis�acos.

En la misma categor�a se inclu�an aves como faisanes y gorriones, as� como penes y test�culo de toros, jabal�es, cabras y ciervos. Pero lo que es incluso m�s sorprendente era la creencia de que alimentos flatulentos, entre ellos frijoles y legumbres, aumentaban la libido.
Efectos sobre la fertilidad

Para hombres y mujeres a comienzos de la modernidad, estos productos eran mucho m�s que una curiosidad sexual. Se cre�a que no s�lo eran estimulantes sino que serv�an para tratar problemas de infertilidad.

Esa creencia descansaba sobre la idea m�dica de que el deseo sexual y el placer eran fundamentales para la fertilidad, sin ellos era improbable que se produjera la concepci�n.

En ese sentido, el cirujano y escritor m�dico John Marten explicaba a comienzos del siglo XVIII: "Dios todopoderoso ha dotado a cada g�nero con instintos naturales, incit�ndolos a usarlos con el deseo, para perpetuar las especies, produciendo nuevas criaturas para ocupar los espacios de aquellos que partieron; sin ese deseo, �qu� criatura racional se hubiera deleitado con algo tan sucio, despreciable y b�sico como lo es el acto sexual?"

Maca, el afrodis�aco de moda de los Andes peruanos

Se cre�a que los afrodis�acos actuaban de diferentes maneras. Pod�an calentar el cuerpo, pod�an proveer nutrientes para la producci�n de espermatozoides y pod�an aportar sal. Se pensaba, por ejemplo, que legumbres, frijoles y otros alimentos flatulentos surt�an efecto en los hombres produciendo gases e inflando el cuerpo.

El historiador en temas de sexualidad y reproducci�n Angus McLaren cita que a comienzos del per�odo moderno, a los hombres se les recomendaban alimentos flatulentos como manzanas para estimular el apetito sexual. Audrey Eccles, en su obra "Obstetrics and Gynaecology in Turdors and Stuart England" los identifica como estimulantes ampliamente conocidos como "alimentos gaseosos".

Autores m�dicos de la �poca explicaban que la erecci�n masculina era causada por diversos factores: sangre, imaginaci�n, m�sculos, presi�n, esperma y gases.

Helkiah Crooke en el libro "Microcosmograf�a: Una descripci�n del cuerpo del hombre", de 1616, los enumera como parte de ese proceso: "Cuando se trata del apetito ven�reo, la sangre y las energ�as combinadas fuera de venas y arterias hacen que el miembro sea como un canal lleno de gas, hinch�ndose, creciendo y endureci�ndose".

Sin el deseo, �qu� criatura racional se hubiera deleitado con algo tan sucio, despreciable y b�sico como lo es el acto sexual?"
John Marten, autor m�dico del siglo XVIII

Aunque Crooke utilizaba a los gases como una met�fora de los procesos biol�gicos que ocurren durante la excitaci�n, tambi�n sosten�a que "la causa eficiente (de la erecci�n) es el calor, la energ�a y los gases, que llenan y distienden" las partes huecas del pene.

Diversos autores m�dicos concordaban en que los alimentos que liberan gases dentro del cuerpo hac�an posible que los hombres tuvieran y sostuvieran una erecci�n.

Esto era importante no s�lo por el acto en s�, sino tambi�n para asegurarse de que la concepci�n se produjera.

La doctrina m�dica explicaba que el esperma masculino era potente y f�rtil porque estaba caliente y era espirituoso y salado. La temperatura del esperma se manten�a durante el acto sexual porque permanec�a aislado dentro del cuerpo masculino hasta que era depositado directamente en el �tero o en el cuello del �tero.

Un libro m�dico de Alessnadro Massaria, que data del siglo XVII, inclu�a como "otra causa de infertilidad" que el pene no estuviera lo suficientemente "erecto como para inyectar el esperma en el �tero".

En otras palabras, m�s gases significaban una erecci�n m�s r�gida, que permit�a una llegada m�s directa del esperma al �tero femenino y por ende mayores probabilidades de concebir.


En "Milagros Secretos de la Naturaleza" (1559), L�vinus Lemnius explicaba que el esperma estaba formado por la "fluidez gaseosa de la sangre" y que los alimentos que "hacen a los hombres vigorosos" deb�an crear "suficiente esperma y la fuerza de la energ�a flatulenta conducir�a a esa semilla directo hacia la matrix (el �tero)".

Seg�n esta teor�a, los gases incrementaban la cantidad y la potencia del esperma y las funciones de los �rganos reproductivos del hombre.
Exclusivo para hombres

A diferencia de los afrodis�acos recomendados para hombres y mujeres, los "alimentos gaseosos" eran promocionados s�lo para hombres. De hecho se cre�a que los gases y las flatulencias eran perjudiciales para las mujeres.

Philip Barrough, en su tratado m�dico del siglo XVI advert�a, por ejemplo, que "las ventosidades generadas en el �tero no contribu�an a la concepci�n y causaban infertilidad".

Jane Sharp, primera mujer en ser autora de un manual de obstetricia, suger�a en el siglo XVII que las mujeres ten�an que comer cada ma�ana frutos de enebro para prevenir la acumulaci�n de gases en el �tero y no afectar la fertilidad.

Lo que quiz�s no sab�as de los afrodis�acos

Frijoles y legumbres, particularmente los garbanzos, figuraban entre los alimentos identificados por la literatura m�dica de principios de la era moderna como "alimentos gaseosos".

Barrough, por ejemplo, explicaba que cuando un hombre no pod�a cumplir con su deberes maritales (satisfacer sexualmente a su esposa y convertirla en madre), los "alimentos gaseoso" eran buenos para �l.

El tratado de Jacques Ferrand titulado "Erotoman�a" y traducido al ingl�s en 1623 conten�a un listado de alimentos que a trav�s del calor y las flatulencias, despertaban el vigor. Inclu�a huevos, cacahuates, pistachos, cebollas, ostras, casta�as y garbanzos.
Derechos de autor de la imagen Getty Images
Image caption Los m�dicos de la �poca tambi�n recomendaban a las mujeres evitar alimentos que consideraban perjudiciales para la fertilidad.

Otros autores del universo de la bot�nica tambi�n hablaban de hierbas y plantas con efectos similares. John Parkinson en su Theatrum Botanicum de 1640 afirmaba: "Los garbanzos -como dice Galeno- no son menos gaseosos que los frijoles, pero s� m�s nutritivos e incitan a la actividad sexual y se cree que incrementan el esperma".

Otro alimento flatulento descripto en los tratados de bot�nica como afrodis�acos eran las berenjenas o "manzanas locas". "Generan muchos gases y quiz�s el deseo corporal", comentaba Parkinson.
Truenos sin lluvia

No todos los autores m�dicos, sin embargo, concordaban en que los alimentos gaseosos incrementaban la fertilidad.

Incluso Lemnius sosten�a: "Algunas de nuestras lascivas mujeres dir�n que esos hombres que perturban adrede a sus esposas, producen truenos pero despu�s no llega la lluvia, no riegan el suelo interior de la matriz. Tienen sus venas llenas de gases, pero no de semillas".

�Realmente puede la dieta tener un impacto en tu fertilidad?

Esto insinuaba que aunque los gases alentaban a los hombres a tener relaciones sexuales, no mejoraban la calidad del esperma y por ende tampoco la fertilidad.

En similar sentido, el f�sico suizo Th�ophile Bonet aceptaba a fines del siglo XVII que los gases pod�an producir erecciones pero descartaba la idea de que mejoraran la calidad de los espermatozoides.

Esas cr�ticas se hicieron m�s comunes con el paso del tiempo y hacia el siglo XVIII los "alimentos gaseosos" ya hab�an perdido su prestigio. Nuevos estudios de anatom�a revelaron que los gases no inflaban el pene ni intensificaban la potencia y comenzaron a prestarle atenci�n al rol de los m�sculos y el flujo sangu�neo.

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