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Después del parto, una infección por estreptococo casi me mata




23/12/2017 - 11:30:41
Infobae.- Recientemente un amigo me envi� un mensaje de texto con un enlace a una noticia: "�Viste esto?"

Hice click. El art�culo hablaba de una mujer saludable de 33 a�os de Nueva Escocia (Canad�) que contrajo una bacteria carn�vora despu�s de dar a luz en marzo. Despu�s de entrar en shock s�ptico, la indujeron al coma. Le amputaron las cuatro extremidades y tuvo una histerectom�a total, y ahora est� demandando al hospital y a los m�dicos por negligencia.

Esa noticia me provoc� escalofr�os en todo mi cuerpo. La protagonista de esa historia podr�a haber sido yo.

El verano pasado en Albuquerque di a luz a mi tercer hijo. Me provocaron el parto dos d�as despu�s de haber salido de cuentas porque �l estaba muy grande y yo ten�a 39 a�os. Naci� r�pido y saludable, y pes� 4,2 kilos.

Pero yo me sent�a� diferente. Mientras estaba en la silla de ruedas sosteniendo a mi beb� antes de ir a la sala de maternidad, le ped� a la enfermera un pa�uelo de papel. Hab�a tenido dolor de garganta unas semanas antes, pero ya se me hab�a ido. Me pareci� raro volver a estar resfriada tan r�pidamente despu�s de dar a luz.


Unos d�as m�s tarde, en casa, recog� a mi hijo de 2 a�os y me sali� un chorro de sangre. Sent� como si mi �tero se hubiera desprendido de mi cuerpo. Cinco d�as despu�s del parto de mi hijo, tuve una fiebre como nunca antes. Me encontraba muy mal y ten�a fuertes dolores de cabeza. Cuando empec� a tener fiebres altas, el sudor empap� todas las s�banas. Mi esposo llam� a la enfermera obstetra y ella le dijo que no se preocupara porque eso podr�a estar relacionado con mi resfriado.

Unos amigos nos trajeron macarrones con queso esa noche, y desde el dormitorio los escuch� c�mo arrullaban al beb�. Trat� de caminar a la sala para estar con ellos. Pero, por un momento, mi visi�n se oscureci�. Me qued� en el lugar, con mis palmas contra la pared, hasta que pude ver de nuevo.

Luch� contra la fiebre varios d�as y luego, en mitad de la noche y despu�s de amamantar a nuestro reci�n nacido, not� mas sangre. Despert� a mi esposo y, con el coraz�n acelerado, llam� al hospital. La enfermera que me respondi� me asegur� que era normal experimentar sangrado despu�s de estar acostado durante un tiempo. Pero sab�a que no era normal. A�n as� confiaba en que ella tuviera raz�n. Agotada, me volv� a dormir.

Al d�a siguiente, me sent� algo mejor. Recogimos a mi familia pol�tica del aeropuerto y fui a almorzar a uno de mis lugares favoritos. Com� una ensalada con pera y queso azul, y sent�a que me estaba recuperando.

Pero de vuelta a casa, volv� a tener varios escalofr�os. Tom� ibuprofeno y deambul� por ah� para calentarme bajo el ardiente sol de julio. Mientras escuchaba a los p�jaros en los pinos, temblaba violenta e incontrolablemente. Era hora de volver al hospital.


All� mi fiebre se dispar� hasta llegar a los 40 grados. Las enfermeras me pusieron tres mantas calientes sobre m� y me dejaron descansar. Sent�a el dolor en mi espalda. Me sent�a tan mal como en el parto, y me retorc�a en la cama. Una hora m�s tarde, me sometieron a terapia intravenosa y una enfermera vino a controlar mis signos vitales. Hubo un fuerte pitido y una r�faga, y la enfermera se apresur� a ponerme una m�scara de ox�geno. Mi pulso era de 210. Fue entonces, tumbada en la cama del hospital, que pens� en que podr�a morir.

Durante los siguientes dos d�as, mi fiebre ven�a y se iba, y los doctores determinaron que ten�a sepsis. Me inyectaron tres tipos de antibi�ticos mientras trataban de descubrir qu� tipo de bacteria estaba causando la infecci�n de la sangre. Mientras esper�bamos, comenc� a sentir dolor en mi pulm�n derecho cuando respiraba. Dos d�as despu�s de estar ingresada y nueve d�as despu�s de dar a luz, los resultados me estremecieron: me hab�a infectado con el estreptococo del grupo A, una bacteria carn�vora.

Los Centros para el Control y la Prevenci�n de Enfermedades (CDC por sus siglas en ingl�s) calculan que hubo 18,700 casos de estreptococo invasivo de Grupo A en 2016. Casi el 10 por ciento de esas personas fallecieron.

Las bacterias de estreptococo del grupo A pueden ser leves y f�cilmente tratables, como cuando causan estreptococos en la garganta y viven en la piel sin causar ning�n s�ntoma. Pero una vez se extiende por el cuerpo a trav�s de la piel, la garganta y otros lugares, es un "organismo notablemente agresivo", seg�n Stan Deresinski, un especialista de enfermedades infeccionas de Stanford Health Care. Libera toxinas que pueden causar el s�ndrome de shock t�xico estreptoc�cico, destruye el tejido, provoca insuficiencia org�nica y puede llevar a la muerte.


Si la bacteria entra debajo de la piel, puede moverse r�pidamente a lo largo del tejido conectivo, destruyendo la grasa y los tejidos que cubren los m�sculos que causan fascitis necrosante o infecci�n "carn�vora". Para detener el da�o de su propagaci�n, los m�dicos extirpan el tejido muerto en un proceso llamado desbridamiento, y algunas veces se debe amputar una extremidad completa.

Entre 600 y 1,100 casos de fascitis necrosante del estreptococo del grupo A se producen cada a�o en Estados Unidos, seg�n datos facilitados por los CDC.

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