Jueves 25 de abril 2024 Contacto

Una vida de adicciones, decepción y amistades que continúa latente




14/01/2018 - 08:46:30
Los Tiempos.- Como pocos, Juli�n dej� de hacerse preguntas y se dijo a s� mismo que el lugar donde se encuentra es parte de su destino. Casi sin noci�n del tiempo y con el continuo sentimiento de decepci�n, duerme sin temor bajo el puente Muyurina.

Oculto entre frazadas y edredones que lo protegen del fr�o, ning�n visitante logra distinguirlo a primera vista. A su alrededor, cuatro cachorros duermen pl�cidamente. Cuando alguien se asoma, despierta con sorpresa. Mientras, sus guardianes �otros perros m�s grandes� ladran a todo pulm�n, ahuyentando a la posible amenaza.

Segundos despu�s, abre los ojos y su mirada recibe con calma a los visitantes.

Juli�n tiene 55 a�os, lleg� a Cochabamba hace dos a�os. Anteriormente viv�a en Sucre. Cuenta que una decepci�n lo llev� a vivir bajo el puente. �Mi esposa me ha traicionado, entonces me fui�, dijo con tristeza.

Para escapar de la realidad que lo abate, elige beber alcohol puro como amortiguador. �A�n me queda algo, lo bebo con agua�, dijo mostrando el bote de un alcohol medicinal com�n. Para �l no es algo fuera de lo cotidiano y echa de menos poder compartirlo con su compa�ero Cristian, que hace unos d�as falleci�. �Un tipo le quit� la vida, a �l que era tan buena gente�, lament�.

La vida bajo los puentes es un tema complejo. Algunos de los que la llevan dicen que fue por decisi�n propia, otros que fue algo fortuito, mientras que otros creen que fue su �nico refugio. De una u otra manera, se trata de una convivencia colectiva, en la que los vicios, las amistades y la pobreza no faltan.

Juli�n es s�lo una historia, como la suya, existen otras 900 de personas que viven en situaci�n de calle. A pesar de las gestiones por la rehabilitaci�n de esta poblaci�n, muchos contin�an viviendo bajo los puentes.



Trabajo para sobrevivir

Vivir bajo el puente no quita las responsabilidades de conseguir los suficientes recursos para alimentarse. Juli�n, por ejemplo, trabaja recolectando material reciclable. Su espacio est� lleno de monta�as de botellas, ruedas, cartones, entre otros. Con la venta de �stos, consigue dinero para alimentar a todas sus mascotas. Ocasionalmente trabaja como alba�il.

Otra opci�n es la limpieza de parabrisas, que realizan com�nmente los j�venes que viven en los puentes.

Uno de ellos es Marco, quien, junto a cinco compa�eros, se instal� bajo el puente Recoleta. Despu�s de desayunar algo de cereal, salen a las 9 de la ma�ana a trabajar. �Salimos a trabajar despu�s de limpiar nuestro lugar, es parte del trato que tenemos�, mencion� cuando barr�a la basura acumulada sobre la tierra.

Cuando se ingresa a su espacio, a pesar de la ausencia de puertas, se ve como un �hogar�. Las camas por un lado, la ropa por otro, hasta se puede ver una peque�a hornilla y una mesa con alimentos.

Mientras unos limpian parabrisas, otros se dedican al malabarismo y la producci�n de artesan�as. Es el caso de Iv�n. Tiene 30 a�os, es de nacionalidad uruguaya y lleg� hace dos meses a Cochabamba. Termin� viviendo bajo el puente Antezana porque as� lo eligi� y lo recibieron bien, asegur�.

�Me busco la vida, no me quejo, no tengo una vida como me gustar�a, pero tampoco puedo pedir tanto. Cada cual busca su manera de vivir. Yo eleg� esto�, expres�.

Los j�venes comentaron que llevan una convivencia �arm�nica�. Durante la ma�ana se dedican a la limpieza, luego, cada uno va a trabajar. Cuando pueden, cocinan algo para compartir entre ellos.

Los motivos de su permanencia en los puentes son casi los mismos: una pelea familiar que los llev� a una depresi�n refugiada en vicios y adicciones. La idea de salir de esa vida no es lejana, y muchos desean irse a otro lugar.

Otra vida

Mientras algunos luchan por salir de la vida en los puentes, otros, que se libraron de ella, aseguran haber tomado una buena decisi�n.

Javier y Valeria son una joven pareja. Su historia comenz� hace seis a�os. �l vivi� al menos cuatro a�os bajo el puente Killman. Ella lo visitaba y le suger�a constantemente que saliera de all�.

El deseo de Valeria se cumpli� despu�s de mucha insistencia y ahora conviven en un cuarto. Ambos trabajan durante el d�a limpiando parabrisas en el mismo puente. En promedio ganan 80 bolivianos por d�a y su alquiler les cuesta 300 bolivianos al mes.

Javier est� contento de no seguir bajo el puente. �No era vida la que ten�a ah�, pas�bamos mucho fr�o y peligros�, coment�. Agreg� que, en repetidas ocasiones, grupos de otros lados se acercaban para tomar sus pertenencias. �En esos momento ten�amos muchas peleas�, relat�. Sus brazos est�n marcados de cicatrices, seg�n �l se las hizo en el limbo profundo que le ocasionaba el consumo excesivo de alcohol y clefa. Ahora est� �limpio�, aunque las consecuencias de su pasada adicci�n contin�an latentes.

El recorrido por los puentes de la ciudad evidenci� una disminuci�n de las personas que viven en esos sitios. Pese a esto, algunos contin�an eligiendo este modo de vida, exponi�ndose a diversos peligros y adicciones.


OBLIGACIONES

La limpieza de sus hogares es diaria

La encargada de la Guardia Ambiental del r�o Rocha, Rina Cotina, junto a su compa�era, recorre el r�o todos los d�as.

En su recorrido, recomienda a quienes habitan bajo los puentes, la limpieza diaria del lugar que ocupan. �Lo �nico que se les pide es que mantengan el lugar limpio, y se les deja permanecer, son personas tranquilas�, dijo.

Agreg� que muchas personas se quejan por las amenazas de quienes viven bajo los puentes. Sin embargo, desestim� que se trate de una poblaci�n agresiva.



IMPACTANTE

"Hace tiempo que vivo aqu�. Ten�a problemas con mi familia, no me llevaba bien; aqu� nos llevamos bien con mis compa�eros".

Marco

Vive en el puente Recoleta



"Cada cual busca su manera de vivir. A m� me gusta estar aqu�, mi libertinaje, vivo mi vida tranquilo".

Iv�n

Vive en puente Recoleta



"Hace unos seis a�os que viv�a ah�, bajo el puente, pero no era vida ah�, pasaba fr�o todas las noches".

Javier

Viv�a en el puente Killman



"As� es el destino, qu� ser�, que me trajo aqu�. Tengo casa, familia, pero sufr� una decepci�n".

Juli�n

Vive en el puente Muyurina


AN�LISIS
Sin pol�ticas de servicio social, no existe rehabilitaci�n

Fernando Salazar

Investigador Instituto de Estudios Sociales y Econ�micos

El escenario en el que viven las personas en situaci�n de calle es preocupante, no saben si ma�ana estar�n con vida, es de alto riesgo, viven al d�a.

Pareciera que a nadie le importar�a eso, ni alcald�as ni Gobernaci�n ni al Estado. Al no tener una visi�n de servicio social ni de servicio a la humanidad, no es posible rehabilitar a esta poblaci�n.

La �nica salida es que las familias en este estado y con problemas de drogodependencia tengan un auxilio del Estado. Se debe aplicar la norma en el sentido de todo lo incautado y los fondos recurrentes deben ir a los centros de rehabilitaci�n y residencia.

Hay que sacar a estos grupos de la calle si se quiere reducir los casos de delincuencia y librarlos de su dependencia del crimen organizado.

Los albergues de rehabilitaci�n deben ser creados con alta presencia de profesionales, con presencia de las universidad y que nunca m�s pase lo que ocurri� en la �granja de los espejos� de los a�os 80.

Entonces que tengan una vida lo m�s saludable que se pueda.

Darles una vida digna es cuesti�n de fondos y pol�ticas p�blicas. Debemos tener en claro que el origen de la situaci�n de calle es de tipo familiar, por abandono, adem�s de la cultura de consumo de alcohol, el acceso libre a las drogas y la pobreza.

http://www.lostiempos.com/actualidad/cochabamba/20180114/vida-adicciones-decepcion-amistades-que-continua-latente

Estimados lectores: recuerden que estas noticias las pueden encontrar en nuestro Canal de Whastapp al momento de su publicación.

Sigue el canal de Hoybolivia.com en WhatsApp:
whatsapp.com/channel/0029Va8B7PQ3GJOyC41B2Q1a

Noticias Recientes de Portada

Copyright © Hoybolivia.com Reservados. 2000- 2024