Cómo se combate a las neodictaduras que convierten las elecciones en una farsa
03/03/2018 - 10:17:44
Infobae.- El proyecto de un mundo gobernado por principios democr�ticos no parec�a una utop�a a fines del siglo XX. Las ca�das del bloque sovi�tico y de las dictaduras militares en Am�rica Latina permitieron que decenas de naciones tuvieran por primera vez gobierno pluralistas, respetuosos de las libertades civiles y pol�ticas.
Pero menos de dos d�cadas fueron suficientes para confirmar que s�, era una quimera. Viejos reg�menes autoritarios que parec�an debilitados demostraron una enorme capacidad de supervivencia. Cuba, Corea del Norte y buena parte de �frica, Medio Oriente y el Sudeste Asi�tico contin�an bajo la sombra de dictaduras.
China, convertida hoy en un estandarte de la globalizaci�n tras a�os de una honda transformaci�n econ�mica, profundiza el autoritarismo. La mayor apertura comercial contrasta con el cierre de su sistema pol�tico, coronado esta semana con la decisi�n de permitirle a Xi Jinping eternizarse en el poder.
A�n m�s dram�tico es el surgimiento de neodictaduras. Pa�ses que hasta hace unos a�os eran democr�ticos, pero que dejaron de serlo por la acumulaci�n de poder de sus l�deres. El ejemplo m�s fuerte a nivel mundial es el de Rusia. Vladimir Putin asumi� la presidencia en 2000 tras ganar las primeras elecciones medianamente limpias y justas en la historia del pa�s. Hoy es un zar posmoderno.
Tambi�n Recep Erdogan lleg� al gobierno en Turqu�a por medio del sufragio popular, en 2003. Hasta hace cinco a�os, nadie pon�a en duda que era un mandatario democr�tico. Sin embargo, con reformas que transformaron el r�gimen pol�tico en un presidencialismo fuerte y, sobre todo, tras la vor�gine represiva que sigui� al levantamiento militar de 2016, Turqu�a se dirige al sultanato.
En Am�rica Latina, la primera se�al de alarma fue el golpe de Estado en Honduras contra Manuel Zelaya en 2009. Si bien se volvi� a llamar a elecciones al a�o siguiente, el caso sent� un antecedente. Quiz�s sirvi� de ejemplo a Daniel Ortega, presidente de la vecina Nicaragua desde 2007, para darse cuenta de que era posible suprimir la democracia. Una d�cada despu�s de haber ganado limpiamente las presidenciales, logr� colonizar los organismos de control, aprobar la reelecci�n indefinida y convertirse en un aut�crata que se reparte el pa�s junto a su esposa, Rosario Murillo.
Venezuela es el caso m�s triste, por la envergadura de la crisis econ�mica y social que acompa�� la destrucci�n de la Rep�blica, que arroj� a la pobreza al 87% de la poblaci�n. Si con Hugo Ch�vez la concentraci�n del poder era ya peligrosa, con la asunci�n de Nicol�s Maduro en 2013 se aceler� el deterioro institucional. El punto de inflexi�n fue la derrota en los comicios legislativos de 2015. Desde ese momento, vaci� de autoridad al Parlamento, invent� una Asamblea Constituyente que act�a al margen de la Constituci�n y se prepara para ir el 20 de mayo a unas elecciones con un resultado prefijado.
Cuando la oposici�n es excluida del juego
La democracia se apoya en una regla b�sica: la alternancia entre gobierno y oposici�n. Es decir, que los ciudadanos tengan la capacidad de cambiar a un gobernante que no les gusta votando a uno diferente.
Las neodictaduras tienen una diferencia fundamental con los reg�menes autoritarios que caracterizaron al siglo XX: desde un punto de vista formal, mantienen las reglas democr�ticas. Hay divisi�n de poderes, los mandatos tienen l�mites temporales y hay elecciones. Pero no hay posibilidad real de alternancia, porque todas las instituciones est�n bajo el control f�ctico del oficialismo. Eso les permite anular a los opositores.
Putin tiene la maquinaria m�s aceitada. Como ya hab�a hecho en los comicios anteriores, se asegur� de que el pr�ximo 18 de marzo no haya ning�n rival competitivo. La Comisi�n Electoral Central inhabilit� la candidatura presidencial de Alexei Navalny, un abogado de 41 a�os que hab�a despertado mucho entusiasmo entre los detractores del ex esp�a.
La lista de opositores que Putin sac� del juego en estos a�os es muy larga. Boris Nemtsov, que hab�a sido su adversario m�s importante antes de Navalny, fue convenientemente asesinado en 2015. Muchos dirigentes y periodistas cr�ticos murieron de forma sospechosa. Otros, como el diputado Ilya Ponomarev, debieron irse al exilio por las amenazas.
Daniel Ortega fue pionero en Am�rica Latina en la supresi�n de la disidencia. En 2011 obtuvo la reelecci�n con aparente comodidad, pero el proceso estuvo tan plagado de irregularidades que los observadores internacionales dijeron que el resultado era inverificable. Para no pasar por lo mismo en 2016, directamente mand� al Consejo Electoral a quitarle la personer�a a la principal coalici�n opositora, que no pudo presentarse.
Maduro est� siguiendo su camino. Primero, bloque� de hecho el resultado de las elecciones que perdi�. A trav�s del Tribunal Supremo de Justicia y de la Asamblea Constituyente, despoj� de todas sus potestades al Parlamento, convirti�ndolo en un ente puramente simb�lico.
Ahora dise�� un esquema para asegurarse la victoria en las presidenciales de este a�o. Lo m�s determinante fue la proscripci�n de la Mesa de la Unidad Democr�tica (MUD) �la coalici�n que lo derrot� en 2015� y de sus dos partidos m�s representativos, Primero Justicia y Voluntad Popular.
Pero adem�s hizo la convocatoria a las apuradas y cambi� la fecha a mitad de camino. Esto, con ayuda de la intimidaci�n que ejercen sus grupos de choque, est� destinado a que los opositores no puedan montar una estructura de fiscales en las mesas el d�a de votaci�n, �nica garant�a contra el fraude. Para garantizar la impunidad, avis� que no dejar� entrar a ning�n auditor externo para supervisar los comicios.
"Las probabilidades de remover a un gobierno autoritario son siempre bajas. Tienen muchas herramientas a su disposici�n para permanecer en el poder. Por eso, la mayor�a de los l�deres dictatoriales no se van por protestas populares, sino porque los saca alguien de su propia administraci�n. No obstante, si un movimiento es capaz de hacer alianzas con sectores moderados del r�gimen, puede ejercer la presi�n necesaria para hacer renunciar al gobierno", explic� Alexander Dukalskis, profesor de la Escuela de Pol�tica y Relaciones Internacionales del Colegio Universitario de Dubl�n, consultado por Infobae.
En la oposici�n venezolana se est�n viendo con mucha claridad las tensiones que atraviesan quienes se resisten a estos reg�menes. �C�mo combatirlos? La ilusi�n de ir a las urnas con una masa cr�tica capaz de derrotar a la trampa se desvaneci� por la magnitud de las trabas dispuestas por el aparato estatal. �Entonces, qu� se puede hacer?
"En el pasado, las dictaduras eran habitualmente combatidas a trav�s de la guerra de guerrillas o del terrorismo. Pero en los �ltimos a�os la resistencia civil no violenta se volvi� mucho m�s com�n. Es cuando los ciudadanos usan m�todos pac�ficos, como huelgas, boicots y protestas para desafiar a los gobiernos", dijo a Infobae Jonathan Sutton, investigador del Centro Nacional para Estudios de la Paz y el Conflicto, de Nueva Zelanda.
Algunos dirigentes venezolanos afirman que la �nica respuesta es la revuelta callejera, a pesar de que la experiencia muestra lo peligroso e ineficaz que es apostar por estrategias que hacen escalar a la violencia. Maduro no tuvo l�mites para reprimir a las multitudinarias marchas que paralizaron al pa�s en 2017, sin importar si eran pac�ficas o no tanto. El Gobierno termin� fortalecido, y en el medio murieron m�s de 100 personas.
"Las investigaciones sugieren que la resistencia civil es m� efectiva que la violenta para remover a gobiernos autoritarios �dijo Dukalskis�. La violencia les resulta funcional, porque tienen mayor poder de fuego y pueden usarla como pretexto para reprimir. La protesta pac�fica los pone en un lugar mucho m�s dif�cil, porque si usan la fuerza pueden despertar solidaridad hacia el movimiento, que as� se fortalece".
Resistencia civil: potencial y limitaciones
"La mayor�a de las democracias de hoy fueron dictaduras o colonias en el pasado. S�lo hicieron la transici�n despu�s de que movimientos de masas desafiaron al poder establecido y consiguieron reformas pol�ticas. El hecho de que veamos tantas democracias alrededor del mundo en la actualidad demuestra que luchar por los derechos pol�ticos es posible incluso en las peores circunstancias", dijo a Infobae Erica Chenoweth, profesora del Centro Si� Ch�ou-Kang para el Estudio de la Seguridad Internacional y la Diplomacia, de la Universidad de Denver.
El camino de la resistencia pac�fica es necesariamente una apuesta de largo plazo que, si tiene �xito, es s�lo despu�s de una larga acumulaci�n de fracasos. Por otro lado, no funciona en cualquier circunstancia, ni de cualquier manera.
"Es muy importante desarrollar una organizaci�n fuerte �apunt� Sutton�. Las campa�as mejor organizadas tienen mayores chances de soportar la represi�n. Hay que apelar a diferentes t�cticas. Si apenas se monta una protesta en un lugar determinado es f�cil para el r�gimen resolverlo, s�lo tiene que mandar a los soldados y se termin� todo. En cambio, si se prueban distintos m�todos, como protestas en ciertos lugares, huelgas, movilizaciones, es m�s dif�cil responder".
La experiencia de Venezuela el a�o pasado prueba las limitaciones de la resistencia cuando es desorganizada. Las movilizaciones fueron masivas, pero en gran medida ca�ticas. No hab�a un liderazgo unificado que planeara una estrategia de desgaste con objetivos de mediano y largo plazo, sino una superposici�n de dirigentes que llamaban a manifestar con la expectativa irreal de que el gobierno caer�a de un d�a para el otro.
"Otro factor es la importancia de la disciplina. Cuando hay disturbios y saqueos, es f�cil para el Gobierno decir que tiene que restaurar el orden. Pero cuando los manifestantes son pac�ficos y disciplinados, es m�s dif�cil justificar la represi�n", sostuvo Sutton.
Sin embargo, incluso cuando la resistencia civil re�ne todos los componentes necesarios, debe lidiar con otro desaf�o: la capacidad de las dictaduras para leer estos movimientos y refinar las respuestas. Los comunistas chinos son maestros en esto. Tras la masacre de Tiananm�n en 1989, el r�gimen no volvi� a enfrentar una desaf�o comparable. No s�lo por el terror que gener�, sino tambi�n por el perfeccionamiento de los mecanismos de control.
"La capacidad de aprendizaje de los autoritarismos es un problema �continu� Sutton�. Se est�n volviendo cada vez mejores en detener las campa�as de resistencia, ya sea monitoreando las actividades opositoras o abort�ndolas m�s r�pidamente. Tambi�n, reforzando la lealtad de las fuerzas de seguridad, porque su defecci�n lleva siempre al colapso del r�gimen. Mis estudios muestran que desde mediados de los 2000 son muchas m�s las campa�as de resistencia fallidas que las exitosas. Las dictaduras se est�n volviendo m�s capaces de lidiar con estos desaf�os, as� que los activistas tendr�n que ser m�s creativos".
De todos modos, hay dos certezas verificables hist�ricamente. La primera es que, sin un movimiento de oposici�n, es casi imposible que caiga un r�gimen que est� m�s o menos cohesionado. La segunda es que, m�s all� de lo complicado que pueda ser obtener una victoria, la resistencia pac�fica es siempre preferible. No �s�lo� por razones humanitarias. La violencia es mucho menos efectiva y, a�n cuando triunfa, tiene consecuencias nefastas.
"Entre 1900 y 2015, la resistencia pac�fica tuvo el doble de probabilidades de �xito que la armada. Adem�s, hay que tener en cuenta que el m�todo de lucha afecta el destino de un pa�s. Las naciones en las que hubo resistencia civil tuvieron diez veces m�s probabilidades de desarrollar instituciones democr�ticas que aquellas en las que hubo lucha armada. Se necesitan varias generaciones para sobreponerse a los ciclos de violencia que activan esos conflictos", concluy� Chenoweth.
