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La arqueología subacuática permite ingresar a un mundo mágico




15/03/2018 - 12:53:41
RT.- "Es el estudio de la vida humana en el pasado, a trav�s de restos materiales que pueden estar en mares, r�os, lagos y lagunas, pero siempre bajo el agua", comenta Dolores Elkin para intentar explicar qu� es la arqueolog�a subacu�tica, su especialidad. "M�s all� de la arqueolog�a, hacer esta actividad es ingresar a un mundo m�gico, nuevo, muy diferente a lo familiar de la tierra", as� lo siente la integrante del Consejo Nacional de Investigaciones Cient�ficas y T�cnicas (CONICET) de Argentina.

A su vez, se sumerge relatando experiencias personales: "Hay colores, sonidos y sensaciones que son muy particulares y que se enriquecen cuando uno tiene el privilegio de tocar o ver algo que hace siglos ha estado all�, vinculado a otro ser humano. Uno siente esa conexi�n con la �ltima persona que lo toc� antes de que yo lo pueda ver". Su trabajo es estar abierta al descubrimiento, pero tambi�n su filosof�a de vida.

"El agua es un elemento esencial para el desarrollo, tambi�n tuvo m�ltiples usos en la historia. Uno solo piensa en barcos, pero hay cosas que tienen miles de a�os de antig�edad, que por distintos motivos quedaron all� abajo", afirma Elkin. A su vez, subraya otro dato clave: "Pensemos que el nivel del mar fue cambiando con el correr del tiempo".

La trabajadora del Instituto Nacional de Antropolog�a y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) explica que bucea con tanques de aire comprimido en la espalda: "La imagen t�pica del buceador", ejemplifica. Por lo general, ella y su equipo pueden ingresar al agua nadando desde la costa o a bordo de una embarcaci�n para luego zambullirse en un lugar espec�fico.

"No utilizamos veh�culos tripulados o cosas m�s sofisticadas, lo nuestro es m�s directo", aclara la entrevistada. La mayor�a de las veces desciende hasta los 20 metros de profundidad, aunque tiene una habilitaci�n de 40. "Cuando uno trata con embarcaciones u otros elementos hundidos, por lo general est�n cerca de la costa y a pocos metros bajo el agua", cuenta Elkin.
Hallazgos hist�ricos

Echarse al agua y empaparse de interrogantes en un espacio con menos respuestas que en tierra firme. Mojarse en un mar de preguntas donde muchas veces no se sabe qu� hay debajo o cuando la informaci�n por encontrar es m�s abundante que la obtenida previamente. Lo pr�ctico se vuelve conocimiento. As� es la vida, seg�n Elkin.

Y cuando alguien vive de esta forma, sobran las historias para contar. Entre sus investigaciones, se destaca el evento que m�s la atrap�: el hallazgo de restos humanos en un barco de guerra ingl�s naufragado en Puerto Deseado, provincia de Santa Cruz, en 1770. "El esqueleto lo excavamos en el verano del 2005 y 2006, fue hasta ahora la experiencia m�s intensa. No hablamos de un artefacto, hablamos de una persona", subraya.

Cuando hay descubrimientos, todo es asombroso. Aparecen los medios de comunicaci�n, las entrevistas y los halagos. Sin embargo, en esta profesi�n la perseverancia es un pilar fundamental, porque los resultados pueden tardar mucho tiempo: "El trabajo en la nave dur� bastantes a�os", resalta. Nada es de un d�a para el otro.
�Ind�genas y europeos convivieron pac�ficamente?

El �ltimo hallazgo de la entrevistada llam� la atenci�n de personas que no est�n inmersas en la materia. Se trata de un nav�o espa�ol que, seg�n los registros obtenidos por la experta, naufrag� en el siglo XVIII en las costas de la provincia de Tierra del Fuego, conocida como "El Fin del Mundo", al extremo sur de Argentina. Sin embargo, para los tripulantes europeos ese no fue el final.

El barco mercante se llama Pur�sima Concepci�n y estaba financiado por la Corona espa�ola a cargo de la conquista en la regi�n. Se trata de un barco mercante utilizado en ese entonces para comunicar al Viejo Continente con las colonias de Am�rica Latina. Aunque se desconoce la valoraci�n del nav�o en aquellos a�os, Elkin sostiene que esta clase de viajes eran importantes: "Tra�a elementos preciados, como medicamentos, libros, dinero, correspondencia y objetos de uso cotidiano", enumera.

Entre cada viaje pasaban muchos meses, no eran tan habituales. En este caso, el barco parti� desde C�diz con destino a Lima �centro neur�lgico del imperio en Sudam�rica�, hizo una parada en Montevideo pero se hundi� en lo que hoy se conoce como territorio argentino, en el Cono Sur.

"Lo que m�s me atrap� fue el �xito. Es una historia que se destaca porque todo sali� bien, a diferencia de otros naufragios que son catastr�ficos", subraya. En efecto, la doctora remarca que todos los tripulantes �193, seg�n sus documentos consultados� sobrevivieron al percance.

Por otro lado, relata que "convivieron pac�ficamente con los ind�genas durante tres meses", contraponi�ndose a lo que el sentido com�n podr�a suponer ante esta clase de encuentros, por lo general m�s violentos. Durante ese tiempo, los hombres blancos construyeron un nuevo barco y lograron navegar hacia Buenos Aires, donde estaba establecido el Virreinato del R�o de la Plata.

"Imagino esa relaci�n con recelo por parte de ambos grupos. Seguramente no se relajaron mucho, pero el solo hecho de que no haya habido violencia o confrontaciones b�licas, para m� ya es destacable", resalta. Vale mencionar que el Estado argentino todav�a no exist�a, reci�n entre la Revoluci�n de Mayo de 1810 y la declaraci�n de su independencia en 1816 comenz� a conformarse como tal, y a�os m�s tarde, a expandir sus fronteras por medio de la fuerza contra los pueblos originarios. Volviendo a la �poca del nav�o, muchos territorios todav�a segu�an bajo control de abor�genes, sus due�os originales.

"Los ind�genas probablemente ya hab�an visto a otros europeos, porque para 1775 ya hab�an pasado otros barcos por all�, aunque no hayan naufragado", aclara la investigadora. Al mismo tiempo, destaca que para los espa�oles "los ind�genas de la Patagonia y la parte m�s austral eran una gran curiosidad, los describ�an en sus cr�nicas como seres muy distintos".

En la actualidad, la log�stica de la campa�a y el traslado al lugar estuvieron financiados por National Geographic, pero el presupuesto no alcanz� para sumar a especialistas espa�oles. Sin embargo, hay cooperaci�n entre ambos pa�ses, o al menos se informan sobre los avances ya que son parte de la Convenci�n sobre la Protecci�n del Patrimonio Cultural Subacu�tico, de la Unesco. Este organismo "aconseja que se trabaje de forma consensuada", repasa la experta.

Desde otro punto de vista, vale destacar que refutar o confirmar datos hist�ricos es una parte importante del oficio, pero no la �nica. Conocer c�mo se van transformando los materiales, para saber con qu� urgencia deber�an ser excavados, es otro aspecto fundamental.
Rol en la sociedad

Elkin piensa que la arqueolog�a subacu�tica comienza a valorarse socialmente, aunque "no es una profesi�n que est� bien remunerada". En esa l�nea, puntualiza: "Implica sacrificios, hay semanas donde uno est� alejado de su familia, no es todo tan color de rosa. Pero si uno hace lo que le gusta, el balance general es positivo", comenta la trabajadora estatal.

Por otro lado, valoriza: "Nuestro trabajo realiza aportes a museos, circuitos tur�sticos y otras maneras de relacionar a las comunidades con el pasado". Para cerrar, considera que "cuando uno se acerca m�s a la verdad, tiene mejores opciones para pararse en la vida y capitalizar ese conocimiento", y concluye: "Es importante conocer nuestro pasado, tiene que servirnos para vivir mejor nuestro presente y futuro".

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