Juan BolivianoDe los apodos...
14/01/2010 - 22:11:22
No he podido encontrar informaci�n sobre el origen de los apodos. Parece que es una costumbre muy antigua. Ya en la Biblia se encuentra que a Sim�n, uno de los ap�stoles de Jes�s, le llamaba el "Zelote" o el "Cananeo".
Reyes y personajes hist�ricos ten�an apodos, como el �Rey Sol� (Luis XIV de Francia), Juan I � �Sin Tierra� de Inglaterra (no con fundirlo con el pat�tico Juan el Alcalde de La Paz, el Zar Iv�n IV �el Terrible�, etc.
Ciertos apodos salen de la aguda imaginaci�n del pueblo, mientras otros, los de la adulaci�n, tienen sello oficial, y reconocen m�ritos imaginarios; son fruto de la lisonja. Entre los m�s conspicuos de repugnante aduloner�a, est� la colecci�n de t�tulos -apodos todos- que fue acumulando el s�trapa dominicano Rafael Leonidas Trujillo Molina. Estos son unos pocos: �General�simo� (no era militar), �Benefactor de la Patria�, �Padre la Patria Nueva�, �Primer Maestro�, �Primer M�dico� y �Primer Periodista� de la Rep�blica (no era ni maestro, ni m�dico, ni periodista), etc.
Estas ridiculeces no fueron patrimonio exclusivo de los caribe�os. Eva Per�n ten�a lo suyo: Abanderada de los Pobres, Jefa Espiritual de la Naci�n, etc. Y el dictador sovi�tico, el georgiano Jos� Stalin, no contento con cambiar su nombre original Ioseb Besorianis dze Jugashvili, por el de Stalin -�hombre de acero�- recibi� los extravagantes t�tulos de �Padre de las Naciones�, �Brillante Genio de la Humanidad�, �Gran Arquitecto del Comunismo�, �Jardinero de la Felicidad Humana�, etc.
Poner apodos no se limita a las personas. Al nombre de algunos pa�ses, se ha agregado un apodo, con la pretensi�n de consagrar alguna caracter�stica de dudosa utilidad, y con la esperanza de consagrar eternamente un modelo pol�tico. As�, luego de la segunda guerra mundial, abundaron los pa�ses que agregaron a su nombre de Rep�blica, el apelativo de Popular o Socialista. Parec�a que quer�an asegurarse que les crean que son aut�nticos comunistas, o que ellos mismos -auto convencidos- exhibiendo un mundo socialista feliz, aun a sabiendas de que iban al despe�adero, como ocurri�. No fueron pocos los que, luego de la ca�da del Muro de Berl�n, una vez suprimido el sectarismo silvestre, recuperaron la sensatez, y se limitaron a volver a nombrar a sus pa�ses, simplemente, como rep�blicas a secas.
Pero tuvo que aparecer un segund�n anacr�nico que, a contrapelo con la nueva tendencia de la sensatez, se le ocurri� que no era suficiente que su pa�s sea llamado rep�blica, sino que hab�a que buscarle un adjetivo simp�tico y de impacto: el apellido del Libertador Sim�n Bol�var. Su pa�s, entonces, pas� a llamarse Rep�blica Bolivariana de Venezuela, como si el emancipador hubiera tenido la culpa de los excesos on�ricos del s�trapa que se entroniz� en su tierra.
El pensamiento de Bol�var, se opone el matonaje, al caudillismo salvaje y a la autocracia desbocada, como la de este Ch�vez. Es un apelativo ofensivo para la memoria del pr�cer, porque en Venezuela hoy ya no hay democracia, ni libertad, ni respeto a los derechos individuales.
Ch�vez no est� solo en lo torcido. Tiene imitadores. Tambi�n a los seguidores de Evo Morales, se les ocurri� cambiar el nombre de Rep�blica de Bolivia, por el de Estado Plurinacional de Bolivia. Nadie puede comprender qu� se quiso lograr con esto, porque igual pudieron haber escogido otro nombre, como �Estado Andino, Amaz�nico y Platense de Bolivia� o �Estado minero, agr�cola, ganadero, industrial y petrolero de Bolivia� o, mejor a�n, �Estado m�ltiple del folklore de Bolivia�.
Con este a�adido de una palabra -�plurinacional�-, a muchos que no son fluidos hispanos parlantes, les sonar� como un trabalenguas.
