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La mecánica Fanny, 78 años entre llantas, tuercas y aceite




24/06/2018 - 10:41:41
P�gina Siete.- Fanny Vargas gu�a, desarma y cambia el aceite de diversos motorizados con la destreza y agilidad digna de un treinta�ero conocedor de autos. Su metro y medio de altura y sus 78 a�os de edad no le impiden deslizarse por debajo de las ruedas, sacar los protectores de los veh�culos y cambiar el lubricante. Ella tiene cari�o por los autos, pero sobre todo por los metales.

Con un mandil rosado bien planchado, un buzo deportivo oscuro y un par de tenis, Fanny atiende afanada casi todos los d�as en su tienda de lubricantes �Vargas�. A pesar de las manchas que deja el aceite del motorizado, mantiene el lugar muy limpio desde que se instal� hace 25 a�os. En el lugar adem�s conserva al menos media docena de plantas en macetas ubicadas en diferentes estantes. En ese cuarto, que parece un s�tano por la oscuridad, toda herramienta tiene un lugar, hasta que llega un cliente.

La pasi�n de Fanny no s�lo es por los autos, sino por los fierros. Se inici� en este oficio a muy temprana edad, cuando ten�a casi ocho a�os, all� en Cochabamba. �Cuando ten�a siete u ocho a�os, el esposo de mi hermana se dedicaba a reparar veh�culos, yo lavaba los anillos, cojinetes y otros repuestos de autos con gasolina�, recuerda.

Fanny ven�a de una familia numerosa, estudi� hasta quinto b�sico en el colegio y luego se dedic� a trabajar. Inici� con el servicio de mensajer�a a los 11 a�os, desde esa �poca aprendi� a ahorrar. Tres a�os despu�s lleg� a La Paz. Ten�a 14 a�os, pocas mudas de ropa, alg�n dinero que hab�a ahorrado y una carta de recomendaci�n. Aunque su estad�a fue dif�cil al principio, cuando se instal�, trabaj� como enfermera y traductora.
A esa edad no se imaginaba que se dedicar�a al rubro automovil�stico, tampoco que conocer�a a Alberto J. Armando, due�o de la concesionaria m�s grande e importante de Ford en Argentina y que trabajar�a buen tiempo en ese lugar.

Aterriz� en Argentina junto a su esposo, quien era ingeniero en torner�a. En ese entonces, Vargas ten�a algo m�s de 35 a�os y trabajaba en tres diferentes horarios, como ni�era, lavando ropa y por la madrugada se encargaba de limpiar las oficinas del concesionario de Ford.

�Las oficinas eran de vidrio y ten�an que estar muy limpias. Tiempo despu�s tambi�n revisaba los autos que sal�an, me met�a debajo, ve�a las puertas, todo. Ah� descubrieron que conoc�a de autos�, recuerda todav�a. Despu�s de unos a�os tuvo que volver a la ciudad La Paz, por la familia. Aqu�, de retorno, se encontr� con la mala suerte.

�Fue una �poca muy dif�cil, tocamos fondo. Tanto as� que com�amos las hojas de diente de le�n con un huevo�, as� Vargas resume la �poca en la que se divorci� y qued� sola con su hijo.
En esa situaci�n, Fanny vio que ten�a buenas amistades, le llevaban el desayuno para ella y su hijo. Entonces, muy pronto consigui� trabajo como secretaria en Comibol, pero deb�a dejar solo a su hijo de siete a�os.

�Tienes que cuidarte solo, estamos los dos solos y me tienes que ayudar�, esa frase Fanny la recuerda muy bien, porque con esas palabras le pidi� a su hijo la responsabilidad de manejarse solo en la casa y en la escuela, mientras ella empezaba a trabajar. No ten�a m�s ayuda.

A pesar de que le hab�a agarrado cari�o a su empleo, cuando le lleg� otra oferta de trabajo como jefa de comercializaci�n en una empresa de repuestos, la acept� de inmediato. Ah� trabaj� durante varios a�os.

Recuerda que en esa �poca, ya pasaba los 50 a�os y un d�a uno de los due�os hizo una insinuaci�n sobre su avanzada edad. Desde ese momento, a pesar de que estaba c�moda en ese lugar, not� que deb�a buscar un nuevo trabajo.

La oportunidad lleg� un tiempo despu�s. �Un proveedor me dijo que estaba vendiendo su tienda y que quer�a dej�rmela. Yo me anim�, pero no me alcanzaba la plata�, dice. Para esa �poca su hijo hab�a terminado la universidad, eran sus primeros a�os de trabajo y ella estaba construyendo su casa.

�Nos reunimos con mi hijo y le habl� de la tienda. �l me dijo que pod�a disponer de sus ahorros, pero a�n as� no nos alcanzaba. Le propuse poner en anticr�tico el departamento donde �l viv�a y acept�, me ayud� mucho�, cuenta.

Desde la �poca que adquiri� la tienda cambi� los lubricantes a una diversidad de modelos y marcas de veh�culos, alguna vez incluso le toc� arreglar volquetas. Pero a ella esta actividad le gusta, le gusta la textura de los metales, recalca.

Hoy en d�a su rutina inicia cuando un veh�culo se estaciona en la acera donde atiende. Acomoda una palanca y con ambos brazos gu�a al veh�culo hasta el lugar ideal, despu�s entra a su tienda y saca un par de palanganas, varios fierros, cartones y dos mangueras. Depende la marca de auto, ellas se las arregla para sacar los enormes protectores de estos autos.

�Esto es lo que me gusta y lo seguir� haciendo porque a�n me siento fuerte�, dice en el peque�o espacio que habita todos los d�as en la calle 10 de la zona de Achumani.

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