El secreto de Selam, la niña de 3,3 millones de años que trepaba a los árboles
05/07/2018 - 17:42:00
Actualidad.- Hace m�s de tres millones de a�os, el "Australopithecus afarensis" andaba ya erguido, un hito que convierte a este antiguo antecesor de los humanos en un eslab�n clave en la historia de nuestra evoluci�n. Pero un nuevo estudio de los f�siles de una ni�a de esta especie sugiere estos antepasados nuestros tambi�n trepaban por los �rboles.
El an�lisis, publicado en "Science Advances" este mi�rcoles, se centra en el pie de una ni�a hom�nida, conocida como Selam o "ni�a de Dikika", que muri� hace 3,3 millones de a�os antes de cumplir los cuatro a�os. Sus restos, descubiertos en el noreste de Etiop�a en 2006, constituyen el esqueleto mejor conservado de esta especie jam�s hallado.
Un grupo de investigadores estadounidenses destac� que la articulaci�n del dedo gordo del pie de Selam es m�s curvada que en los restos de adultos de esa especie hallados anteriormente no lejos del lugar de descanso final de la ni�a.
Esto significa que la ni�a ten�a una mayor libertad de movimiento lateral de los pulgares del pie, un rasgo muy �til a la hora de sujetarse.
Al considerar la curvatura de los dedos del pie y la peculiar estructura de los brazos en espec�menes adultos, los investigadores concluyeron que el "A. afarensis" andaba sobre dos pies durante el d�a pero se sub�a a los �rboles al ponerse el sol para dormir a salvo de los depredadores.
Es posible que los hom�nidos j�venes pasaran m�s tiempo en los �rboles que los adultos para evitar a los depredadores, o quiz� la forma de los pies les permit�a agarrarse m�s f�cilmente a sus madres, haciendo que fuera m�s c�modo transportarlos.
M�s estudios podr�an proporcionar nuevas respuestas acerca de los h�bitos del "A. afarensis". Por ejemplo, el escaneo de los huesos de Selam mostrar� c�mo sus pies distribu�an el peso de la ni�a. Pero la escasez de f�siles de esta especie supone que algunas preguntas quedar�n sin responder, ya que para poder realizar un meticuloso an�lisis del desarrollo de este hom�nido har�a falta estudiar ejemplares de distintas edades: de dos a cuatro a�os, de seis y m�s.
"Estamos hablando de un registro de f�siles que nunca existir� o que solo existir� dentro de cientos de a�os. Ser�a una enorme sorpresa encontrar algo as� en mi vida", coment� Jeremy DeSilva, paleont�logo de la Universidad de Dartmouth, citado por "National Geographic".