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Venezuela, llegó la hora de defender las libertades




16/09/2018 - 09:16:45
El D�a.- El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) venezolano conden� a 18 a�os de c�rcel a Nicol�s Maduro. Magn�fico. Tendr� que cumplirlos en Ramo Verde. Excelente. All� recluy� a Leopoldo L�pez y a otros enemigos pol�ticos. Adem�s, deber� abonar una multa de $25 millones y resarcir al Estado con $35,000 millones como consecuencia de coimas y sobreprecios recibidos o pagados a Odebrecht.

Arrepentido. Odebrecht es un maligno y eficiente bandido brasile�o. Cansado de la incapacidad para delinquir que mostraban los pol�ticos deshonestos latinoamericanos, organiz� el robo a gran escala en una docena de pa�ses (que no eran mancos, por cierto) y, tal vez, en el sur de la Florida, que es la mayor cantidad de Am�rica Latina avecindada en Estados Unidos.

Todo eso est� muy bien. El TSJ est� facultado para actuar de la manera que lo hizo. Los fallos los reconocen la OEA y el Parlamento Europeo. Acus� la fiscal general, Luisa Ortega, una conversa a la democracia con un turbio pasado de persecuciones a la que la oposici�n, inteligentemente, le ha dado la bienvenida, acaso porque no hay muchos venezolanos libres del pecado original chavista.

Los 33 magistrados del TSJ fueron nombrados por la Asamblea Nacional, como manda la Constituci�n vigente. El problema es que todos han tenido que exiliarse. La Carta Magna, que Ch�vez calificaba como �la Bicha�, y aseguraba que era la mejor Constituci�n del planeta, no especifica d�nde debe radicar el TSJ.

L�gicamente, si hubiera habido un terremoto en Caracas, el TSJ tendr�a que sesionar en otro sitio. En Venezuela ha ocurrido un terremoto pol�tico que ha arrasado con todo. Comprensiblemente, el TSJ se ha marchado a otros sitios (Colombia, Chile, EEUU y Panam�). Afortunadamente, existe Internet y los magistrados pueden sesionar peri�dicamente vi�ndose las caras por Skype.

Maduro, obviamente, se reir� de la sentencia, y dir� alguna estupidez al respecto, aunque en su fuero interno sienta escalofr�os. Los mismos que se perciben cuando uno escucha a los funerarios discutir con nuestros parientes si nos velan de cuerpo presente, con gafas y maquillados, o nos creman y devuelven a la familia una caja con kilo y medio de cenizas de los huesos, tras explicarles que la carne, las v�sceras y las partes blandas, incluidos los ojos, se convierten en humo.

Acciones. Por supuesto, los 14 pa�ses del Grupo de Lima tomar�n nota muy favorablemente de la sentencia del TSJ, pero eso no es suficiente. Tendr�n que pasar a la acci�n si quieren librarse de las dictaduras del Socialismo del Siglo XXI: Venezuela, Nicaragua y Bolivia.

Deben hacerlo, por la cuenta que les tiene, dado que estas naciones tratan de hacer met�stasis y conspiran con sus camaradas locales para destruir los fundamentos democr�ticos.

El Grupo de Lima debe fundar sus acciones en la Carta Democr�tica firmada, precisamente, en Lima, en el 2001, en una solemne convocatoria hecha por la OEA. Tiene tela por donde cortar. Esos tres reg�menes, todos signatarios del acuerdo, quieren aparentar que son democr�ticos. Retuercen las leyes para que los caudillos permanezcan en el poder indefinidamente. Matan, encarcelan y exilian a los opositores acus�ndolos de terroristas.

Cuba dirige al grupo tras bambalinas, pero la isla de los hermanos Castro se trata de una tiran�a consolidada y (vilmente) aceptada por todos. No firm� la Carta Democr�tica y se ha negado a reincorporarse a la OEA, invitaci�n que incomprensiblemente le curs� el se�or Insulza.

Cuba no intenta presentarse como una democracia, sino que exhibe orgullosamente su condici�n de satrap�a de partido �nico en la que los derechos individuales est�n sujetos a los fines �ltimos del Estado y estos los define el Partido Comunista. No hay, pues, hipocres�a ni contradicci�n fundamental entre la ley y la pr�ctica. Es un bodrio estalinista y as� ha sido desde hace casi 60 a�os. Su socialismo es del siglo XX, el que cost� cien millones de muertos, y proviene directamente del leninismo.

�Qu� puede hacer el Grupo de Lima, exceptuado M�xico, que vuelve a refugiarse en la par�lisis de la Doctrina Estrada? Puede romper o rebajar la jerarqu�a de las relaciones diplom�ticas. Puede explicar que las leyes y la tradici�n justifican el uso de la fuerza cuando se han cerrado los caminos democr�ticos. Puede armar a los opositores para que defiendan sus libertades. Lo que ser�a suicida es cruzarse de brazos.

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