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Si el sexo fuera un deporte, tendría muchas medallas de oro”: la vida en un burdel de Estados Unidos cuyo futuro se decidirá en las próximas eleccione




22/09/2018 - 19:15:54
BBC.- Un letrero luminoso parpadea sobre la barra del local, d�bilmente iluminado. Algunas chicas en lencer�a o ligeramente vestidas est�n sentadas en sof�s de terciopelo con computadoras port�tiles y tel�fonos.

Air Force Amy camina alrededor de la piscina sobre sus zapatos de tac�n para mostrarme el gimnasio donde las mujeres pueden ejercitarse entre los clientes. Se�ala el patio para barbacoas y el jacuzzi antes de abrir la puerta de un garaje en el que hab�a algunos cuatriciclos polvorientos.

"Tenemos todo lo que necesitamos aqu�, incluso ponis en el establo de atr�s", dice. "Yo no monto porque es muy arriesgado. Necesito mi cuerpo para trabajar", agrega entre risas.

Estamos en el burdel Bunny Ranch (Rancho Conejito), el m�s famoso de los 21 burdeles legales esparcidos en las zonas rurales del estado de Nevada, en Estados Unidos. Los burdeles son legales en Nevada desde 1971, pero en uno de los 16 condados del estado esto podr�a estar a punto de cambiar.

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El Bunny Ranch est� ubicado en medio de un paisaje de arbustos salpicado de estaciones de servicio, casinos y tiendas de armas. Se encuentra justo dentro de la l�nea del condado de Lyon. La prostituci�n est� prohibida en la cercana Carson City, la capital del estado de Nevada, y otras �reas urbanas.


Coincidiendo con las elecciones de medio t�rmino en Estados Unidos, el pr�ximo 6 de noviembre, los votantes del condado de Lyon tambi�n tendr�n que decidir si ponen fin o no a los burdeles legales.
"Me encanta mi trabajo"

Detr�s del bar hay un pasillo, que lleva a docenas de habitaciones, cada una ocupada por una trabajadora sexual a cambio de una renta diaria.

Cuando un cliente toca el timbre de la puerta, una campana interna convoca a las trabajadoras sexuales a la recepci�n. Cuando el cliente elige a una de las mujeres, ella se lo lleva a su habitaci�n a negociar un precio. La inmensa mayor�a de los clientes son hombres, aunque ocasionalmente llega alguna pareja.

Air Force Amy a�n es, a sus 53 a�os, una de las mujeres que m�s ganan en el burdel -dice que recauda alrededor de medio mill�n de d�lares al a�o-. Las paredes est�n decoradas con fotos de ella en su juventud.
Image caption La habitaci�n de Air Force Amy est� decorada con fotos de su juventud.

Con su cabello rubio platino, su cintura de avispa y sus u�as rojas brillantes, parece la estrella de una telenovela de los a�os 80. Pero su conversaci�n alegre tambi�n me recuerda a la sex symbol del Hollywood de los a�os 30, Mae West.

"Si el sexo fuera un deporte, tendr�a muchas medallas de oro", dice Air Force Amy. "Nac� con este talento y me encanta mi trabajo. �Veo a todos esos hombres, pasamos un buen rato, me dan dinero y se llevan su ropa sucia a casa con ellos!"

Admite que no tiene algo parecido a una vida hogare�a. "�Para qu� casarme y hacer a un hombre miserable cuando puedo hacer felices a miles?", se r�e.

"El mismo hombre que te hace puta, en otro barrio es un marido y un padre"

Su falta de entusiasmo por una vida familiar es comprensible. Criada en el Ohio rural, Amy se describe a s� misma como una "ni�a salvaje" que dej� su casa a los 13 a�os. Les permit�a a los ni�os en la escuela que le bajaran las pantaletas a cambio de dinero para el almuerzo.

Dice que ahora puede detectar a un cliente que est� borracho o es peligroso porque, como adolescente fugitiva, aprendi� por la v�a dif�cil: vendiendo sexo en la carretera para sobrevivir.

Y, sin embargo, Amy termin� haciendo un buen trabajo con la Fuerza A�rea de Estados Unidos. A finales de la d�cada de 1980, ella estaba en Filipinas ense�ando a los militares c�mo defender una pista de aterrizaje en la jungla.

Amy cuenta que pas� por algunas experiencias angustiosas en Asia que la dejaron con un trastorno de estr�s postraum�tico y un problema con la bebida.

Cuando regres� a EE.UU., dej� la Fuerza A�rea y empez� a trabajar en burdeles donde las mujeres ten�an prohibido abandonar el lugar durante un turno de tres semanas.

Finalmente, Amy se encontr� con Dennis Hof, propietario de Bunny Ranch, quien la invit� a trabajar para �l.

�l dice que las mujeres en sus establecimientos son libres de ir y venir y no se refiere a ellas como empleadas; prefiere llamarlas "contratistas independientes".
"Una industria vibrante y moderna"

Hof posee un tercio de todos los burdeles legales de Nevada, y cuatro de ellos en el condado de Lyon. Para �l, las mujeres como Amy son la cara exitosa de una industria vibrante y moderna.

"Estas chicas son mujeres de negocios, somos socios", dice Hoff, sentado en el burdel con su brazo rodeando la cintura de otra de las trabajadoras sexuales. Ella, conocida entre los clientes como Honey, tiene alrededor de 20 a�os; la edad de Amy cuando comenz� hace casi tres d�cadas.

"Trabajos juntos", agrega �l. "Este es un negocio sucio, repugnante y lleno de drogas, hasta que lo legalizas".

Hof llev� la industria de los burdeles al siglo XXI, con un toque del glamur de Hollywood y marketing inteligente.

Al igual que en una oficina o concesionario de autom�viles, los nombres de las empleadas del mes se muestran en una cinta electr�nica dispuesta en la pared. Algunas son elogiadas y reciben obsequios, desde art�culos de tocador hasta artilugios electr�nicos, para asegurar la mayor cantidad de reservas.

El ambiente es mitad conferencia de ventas, mitad comuna de New Age. Las mujeres tienen que hacer declaraciones positivas como: "Trata de ser un arco�ris en la nube de alguien".

Hof constantemente las insta a utilizar las redes sociales para atraer a m�s clientes. "Las chicas que publican, le sacan el m�ximo provecho, es un hecho", les dice.

De lo que ganan las mujeres, la mitad se queda en la casa. Y como se jacta en su autobiograf�a, "The Art of the Pimp", Hof se ha beneficiado ampliamente.


Sin embargo, argumenta que los burdeles legales benefician a todo el mundo.

"La gente necesita entender que si yo soy propietario de cuatro restaurantes McDonald"s en este condado, pagar�a US$1.200 al a�o en impuestos (...) Si tengo cuatro burdeles, pago medio mill�n de d�lares al a�o en impuestos. Ese es mucho dinero para un condado peque�o".

Afirma que su negocio contribuye con otros US$10 millones al a�o a la econom�a local mediante el empleo de camareros, cocineros, conductores, m�dicos, peluqueros y otros, y dice que la industria del sexo impulsa el turismo en todo el estado.

Efectivamente, en nuestra primera ma�ana en el Bunny Ranch, tres hombres equipados como motoristas tocan al timbre. Son turistas de la provincia china de Sichuan, a m�s de 11.000 km de distancia. "Mis amigos oyeron hablar de este lugar y no pod�an creer que fuera legal", dice uno. "Vinimos a verificarlo".
"Son esclavas"

Sin embargo, si el turismo de este tipo est� o no en el inter�s de Nevada es un debate candente.

Algunos argumentan que los burdeles hacen que todas las mujeres que viven en las cercan�as sean m�s vulnerables a los ataques, aumentan el peligro del tr�fico sexual y disuaden a las empresas respetables de invertir en el �rea.

Pero hasta el momento, los burdeles no parecen haber detenido el desarrollo econ�mico en el norte de Nevada. Tesla construy� recientemente su f�brica de bater�as de litio, Gigafactory, a unos pocos kil�metros de un burdel legal en el vecino condado de Storey.

Pero los cr�ticos argumentan que m�s industrias de alta tecnolog�a llegar�an si los burdeles no existieran, y que aqu� es donde radica el futuro de Nevada. Tambi�n tienen objeciones �ticas.

Brenda Simpson, del Comit� de Acci�n Pol�tica para el fin de la trata y la prostituci�n, dice que es hora de dejar de mirar hacia otro lado.


"Antes se consideraba correcto traer esclavos de �frica", dice Simpson en el parque frente al congreso estatal en Carson City. "Y finalmente, alguien tuvo el valor de decir: "No, no vamos a tener esclavitud". Este solo es otro tipo de esclavitud. Estas mujeres en los burdeles legales son esclavas".

Activistas como Simpson quieren terminar con el trabajo sexual legal en todo el estado. El condado de Lyon fue el �nico de los 16 condados en el que suficientes residentes firmaron una petici�n para incluir el cierre de burdeles en la boleta electoral en las elecciones de noviembre.

Si la votaci�n es exitosa, ella cree que otros condados probablemente seguir�n el ejemplo.

Su grupo lanz� una reciente campa�a llamada "Cerrar el mercado de la carne". Carteles, folletos y anuncios de televisi�n muestran a mujeres empacadas en recipientes con envoltura de pl�stico, como trozos de pollo o cordero.

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Melissa Holland, quien dirige un refugio para mujeres que sufrieron abusos en la cercana ciudad de Reno, tampoco compra la imagen de la "prostituta feliz".

Dice que su organizaci�n, Awaken, ayud� a muchas mujeres en todo el estado a dejar la prostituci�n y encontrar otro trabajo.

Cita un estudio de la industria del sexo de Nevada realizado por un acad�mico californiano que concluye que la prostituci�n legalizada mejora las condiciones para los proxenetas y los propietarios de burdeles, en lugar de para las mujeres que trabajan all�.

Y denuncia una atm�sfera casi de culto en muchos burdeles legales, lo que impide que las empleadas hablen con franqueza sobre los peligros que enfrentan, incluidas las drogas y la agresi�n sexual.

Ninguna de la mujeres que trabajan actualmente en el Bunny Ranch me dijo nada malo sobre su jefe o sus condiciones de trabajo. Air Force Amy asegura que no se siente explotada.

"Tambi�n gan� mucho dinero. No podr�a haber ganado tanto en la calle y me siento mucho m�s segura", dice, se�alando el bot�n de p�nico en la pared de su habitaci�n, decorada con cojines plateados brillantes.

Sin embargo, siguiendo el consejo de Melissa Holland, me acerqu� a algunas extrabajadoras del burdel.

Durante los dos �ltimos a�os, Jennifer O"Kane ha estado dici�ndole a cualquiera que escuche que fue violada por Hof. Ella alega que el ataque tuvo lugar en 2011 cuando comenz� a trabajar en su burdel Love Ranch, en el condado de Nye, a un par de horas de Las Vegas.

"Me agarr� por el cuello y dijo "ahora eres m�a"... todo lo que pod�a hacer era llorar y le supliqu� que parara", me cuenta.

Jennifer dice que cuando fue por primera vez a la polic�a, no le tomaron una declaraci�n adecuada y no se asign� ning�n n�mero a su caso. Hace dos a�os, acudi� a una reuni�n de funcionarios del condado de Nye e intent� escalar sus acusaciones contra Hof, pero fue silenciada.
Carrera pol�tica

Al tel�fono, Hof niega rotundamente la versi�n de los hechos de O"Kane. "Esta es una empleada descontenta que despedimos. No es verdad", dice, calificando sus acusaciones de "absurdas".

"De todos modos no era el tipo de chicas con las que me acuesto", agrega antes de colgar abruptamente.

El 5 de septiembre se anunci� que el magnate de los burdeles est� siendo investigado por presunta agresi�n sexual por el Departamento de Seguridad P�blica de Nevada, aunque no est� claro si esto est� relacionado con las acusaciones de O"Kane o con las acusaciones hechas en 2005 y 2009 por otras dos extrabajadoras sexuales de los burdeles de Hof.

Hof dice que esas acusaciones tambi�n carecen de fundamento: �l cree que est� siendo atacado porque tuvo "el valor" para presentarse a las elecciones para la Asamblea Estatal en el distrito 36, en Pahrump, a las afueras de Las Vegas. Despu�s de ganar las primarias republicanas, comenz� a llamarse a s� mismo "el Trump de Pahrump".

"Esta iniciativa electoral para cerrar mis negocios y falsas acusaciones de "agresi�n sexual" son obra de mis oponentes pol�ticos", me dice. "Lo que pensaron fue: "Si le atacamos, intentamos quitarle su negocio, �l renunciar�". Bueno, no funcion�. Me hizo m�s fuerte. Y las elecciones de noviembre van a ser pan comido para m�".

Mientras, Amy apoya a su jefe tuiteando sobre la jornada de puertas abiertas del burdel para la comunidad.


Mientras da manzanas a los ponis en su corral detr�s del rancho, parece estar reflexiva. Le digo que le� una entrevista con ella en 2001 en la que dec�a que iba a dejar la prostituci�n dentro de un a�o, porque estaba haciendo mella en su cuerpo y sus "articulaciones dol�an como las de un jugador de f�tbol americano".

Ten�a un plan para ahorrar y abrir una agencia inmobiliaria. Entonces, �qu� pas�?

"No quiero una nueva carrera despu�s de esta", dice. "Esto es todo. Lo que me gusta es hacer feliz a la gente y romper las barreras de sus problemas sexuales, �qu� hay de malo en eso?"

Amy dice que no est� lista para tirar la toalla.

"Seguir� trabajando aqu� mientras pueda caminar... �y, aunque no pueda; tal vez ser� la primera prostituta en silla de ruedas! �Les garantizo que construir�n rampas en este lugar para m�!"

Pero en noviembre, es posible que Amy no tenga otra opci�n. Su futuro depende de si los electores del condado de Lyon votan para cerrar los burdeles o mantenerlos abiertos.

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