Debate: ¿Estamos más cerca de ser inmortales?
26/10/2018 - 10:44:30
Clarin.com.- En muchos sentidos, la historia de la especie humana es la historia de la superaci�n de obst�culos y de la ampliaci�n de los l�mites de aquello que podemos hacer. Desde la invenci�n de la rueda hasta la codificaci�n del �ltimo algoritmo de machine learning en nuestro tel�fono inteligente, hombres y mujeres hemos buscado ir m�s all�, venciendo miedos y enfrentando tormentas de todo tipo. Y mientras este progreso no es lineal ni est� exento de dilemas morales, algunos creen que hemos alcanzado un nivel de avance que nos permite pensar en el desaf�o m�s grande de todos: vencer a la muerte. Es lo que el fil�sofo Francis Fukuyama describi� como �la idea m�s peligrosa que existe el mundo� y que genera tantas esperanzas como temores, en una trama cruzada de sue�os, creencias y negocios.
El deseo por terminar con el envejecimiento y las enfermedades es antiguo y todos, en alg�n momento de nuestras vidas, fantaseamos con poder evitar el sufrimiento que antecede y llega con la muerte. Mientras que durante siglos las promesas de vida eterna eran terreno de la religi�n y las leyendas, desde que la tecnolog�a comenz� a ocupar el lugar de la magia y los milagros en la vida cotidiana, se ampliaron los horizontes de lo posible y se multiplicaron las predicciones. La corriente de pensadores y cient�ficos que creen que podemos mejorar como especie gracias a la tecnolog�a es conocida como �transhumanismo�, un t�rmino acu�ado por el fil�sofo canadiense William Douw Lighthall en 1940, y que se populariz� gracias al bi�logo Julian Huxley una d�cada m�s tarde. Hoy existen varias corrientes que conviven bajo este nombre y que comparten la confianza en que los dispositivos artificiales son el camino para mejorar nuestras habilidades naturales. As�, por ejemplo, creen que hay que trabajar en pr�tesis que permitan tener m�s fuerza o aumentar nuestro campo visual y producir pastillas que reduzcan la cantidad de sue�o que necesitamos o que mejoren nuestra atenci�n o memoria. Para muchos, la meta final del transhumanismo es vencer la muerte, el �ltimo y m�s feroz enemigo que tenemos.
La idea de que la tecnolog�a podr�a ayudarnos a vivir por siempre se populariz� gracias a Robert Ettinger, un profesor de f�sica que se volvi� el promotor en los grandes medios de la d�cada del �50 de la �criogenia�, una t�cnica que ofrec�a la posibilidad de preservar cuerpos o partes de cuerpos gracias a su congelamiento extremo hasta que la ciencia avanzara lo suficiente y pudiera sanar las dolencias que los aquejaban. La leyenda urbana de que varios millonarios �quiz�s el m�s famoso, Walt Disney, pero tambi�n el actor Dick Clair Jones o, m�s recientemente, Michael Jackson� hab�an decidido que lo congelaran tras la muerte hizo popular a la criogenia aunque no contara con ning�n prestigio o rigor cient�fico. Hace algunos meses, una noticia pareci� reinvidicar a Ettinger: en julio pasado investigadores rusos lograron revivir nematodos, seres vivos microsc�picos que hab�an estado congelados en el �rtico por 40 mil a�os, quienes continuaron con su ciclo de vida como si s�lo hubiesen dormido una siesta.
Ya existen terapias gen�ticas que buscan cambiar el ciclo de vida de una c�lula; �hackeos� de ADN que intentan resetear nuestro reloj biol�gico.
La criogenia es s�lo una de las posibles soluciones en las que la ciencia trabaja hoy para burlar nuestro inexorable destino. En la actualidad, existen terapias gen�ticas que buscan cambiar el ciclo de vida de una c�lula; �hackeos� de ADN que intentan resetear nuestro reloj biol�gico e implantes subcut�neos que administran sustancias como la adrenalina y que podr�an extender nuestra vida. Entre los transhumanistas tambi�n est�n los que creen, en cambio, que a�n restan muchas d�cadas de investigaci�n para entender el proceso de envejecimiento de nuestras c�lulas. La soluci�n, entonces, no es concentrarse en nuestro cuerpo degradable sino en nuestra mente y ver si podr�a trascender su actual sustento f�sico.
El exc�ntrico multimillonario ruso Dmitry Itskov, por ejemplo, es una de las personas que m�s invierte para poder codificar los 86.000 millones de neuronas que componen nuestro cerebro y llevarlo a otro soporte. �El objetivo final de mi plan es transferir la personalidad de alguien a un cuerpo completamente nuevo�, asegura en su portal www.2045.com, que re�ne art�culos y proyectos similares al suyo.
La propuesta de Itskov es tan ambiciosa como atractiva: alcanzar la inmortalidad en el a�o 2045, dentro de menos de 30 a�os. La fecha surge de un plan meticuloso con objetivos que viene cumpliendo hasta ahora: cuatro metas bien definidas que son los pilares de acci�n. Para 2020 espera tener un robot que pueda ser controlado por nuestro cerebro; en 2025, un robot al que se le pueda implantar un cerebro humano; en 2035 un robot con un cerebro artificial en donde se pueda descargar los contenidos de un cerebro humano y, finalmente, en 2045, un avatar hologr�fico que pueda tener todos nuestros pensamientos e ideas y que jam�s muera, ya que s�lo ser� un haz de luz.
En 2045 esperan crean un avatar hologr�fico e inmortal que pueda tener todos nuestros pensamientos e ideas.
Con una personalidad extrovertida y gran presencia en los medios rusos, muchos de los cuales controla con sus empresas, las ideas de este empresario pueden sonar descabelladas. Sin embargo, para muchos, no pertenecen al �mbito de la ciencia ficci�n sino que son el reflejo de un sano optimismo movilizado por una inversi�n millonaria. De hecho, aquel que tenga buenas ideas de robots que puedan ver, o�r y sentir las pueden presentar en el sitio web y llevarse un premio de 10 millones de d�lares.
La versi�n actual y m�s relevante de transhumanismo tiene su coraz�n nada menos que en la meca de las empresas tecnol�gicas, Silicon Valley, en donde muchos buscan �la singularidad�, un t�rmino utilizado para mencionar el instante en el que una m�quina cobrar� conciencia de s� misma. Para personas como Ray Kurzweil �quien trabaja hoy como director de ingenier�a en Google y es reconocido como uno de los mayores te�ricos en futurismo� no bien contemos con artefactos que tengan conciencia vamos a poder comenzar a dar pasos agigantados hacia la meta final: �descargar� ah� nuestro cerebro.
No es el �nico empresario nerd que quiere combatir a la muerte: el cofundador de Paypal y actual asesor de Donald Trump, Peter Thiel, declar� hace poco que est� �en contra de la mortalidad� por lo que planea acabar con ella, y el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, y su esposa, Priscilla Chan, anunciaron la donaci�n en 2016 de tres mil millones de d�lares de su fortuna personal para emprendimientos que busquen �terminar con las enfermedades�.
As�, el transhumanismo ya no es s�lo una corriente filos�fica o ideol�gica: es tambi�n un potencial negocio multimillonario y varias compa��as est�n dispuestas a apostar por el desarrollo de t�cnicas vanguardistas que podr�an ser muy redituables en el futuro. Eso requerir�, en primer lugar, que se adec�e la legislaci�n vigente para poder permitir muchas medidas que hoy no son legales o se aprovechan de un vac�o en la legislaci�n. Algunos no quieren esperar ese tiempo: en varias partes del mundo hay grupos de �biohackers� o �transhumanistas pr�cticos� que ya trabajan en su sue�o de volverse cyborgs.
En la ciudad de Pittsburgh, por ejemplo, se realizan operaciones clandestinas para colocar implantes caseros y sin aprobaci�n de ning�n organismo estatal. No se trata de grandes mejoras �se trata de chips subcut�neos que permiten, por ejemplo, abrir un autom�vil sin la llave o desbloquear una computadora� pero son indicios claros de que hay personas dispuestas a arriesgar su salud por estos ideales.
Con tanto dinero en juego y tantos dilemas �ticos involucrados, �el trans-humanismo es un movimiento que busca acrecentar el potencial humano para hacernos mejores o una versi�n maquillada de la vieja codicia humana que pone la b�squeda de ganancias por encima de cualquier limitaci�n?
Uno de los que m�s investig� sobre el tema es el periodista Mark O�Connell, quien trat� de entender los verdaderos l�mites del transhumanismo actual en To Be a Machine, un libro tan exhaustivo como delicioso, en donde no teme se�alar los sesgos presentes entre los m�s optimistas. Seg�n su visi�n, muchos de los l�deres de Silicon Valley vinculados con el transhumanismo tiene una visi�n ingenua de la tecnolog�a y est�n alejados de los verdaderos problemas que aquejan hoy a la mayor parte de la humanidad, que est� m�s preocupada por sobrevivir un d�a m�s que por vivir mil a�os.
Si el sue�o del exc�ntrico ruso Itskov de �descargar� nuestro cerebro en una computadora se cumple, �qui�n deber�a ser el due�o de esos servidores? �Su familia? �Una empresa? �El Estado? No se trata de preguntas inocentes: lo que tienen en com�n todas las distintas maneras de alcanzar la inmortalidad es que su precio es elevado y que, por lo tanto, s�lo ser�an accesibles para una cantidad peque�a de personas.
El transhumanismo, entonces, parece garantizar un futuro mejor s�lo para quienes puedan pagarlo y con esto se aleja de cualquier idea democratizadora de la tecnolog�a, ya que s�lo consolida y perpet�a en el futuro las inequidades del hoy. Quiz�s el problema sea que estas empresas est�n m�s preocupadas por evitar la muerte que por crear las condiciones para que cualquiera pueda acceder a una mejor vida.
La mayor�a de los argumentos que se exhiben en contra del transhumanismo provienen de la religi�n o de la idea de que no es �natural� que hombres y mujeres no envejezcan o no mueran, como si hubiese una esencia humana que se estuviese traicionando. Y si bien es cierto que la mayor�a de los defensores de estas ideas son ateos, Mark O�Connell cree que, en el fondo, los transhumanistas son hombres de fe y que su confianza en c�mo la tecnolog�a mejorar� nuestra vida no es, sino, una nueva forma de religi�n. Y sabe que en muchos �mbitos, lo mejor es la reflexi�n racional y serena que nos dan la ciencia y los datos.
