El alcoholismo causa tantas bajas a la Policía de El Salvador como las pandillas
26/10/2018 - 10:55:40
El Salvador.- Las relaciones familiares, laborales y el desempe�o laboral son los m�s afectados cuando el alcohol se vuelve un problema para una persona. Y la Polic�a Nacional Civil (PNC) tiene un grave problema de alcoholismo a todo nivel, que ha derivado en que muchos de sus elementos est�n presos o muertos.
El �ltimo caso conocido es el del agente policial Juan Carlos Palacios, quien muri� el pasado 2 de octubre por intoxicaci�n alcoh�lica en el interior de la subdelegaci�n policial de Jiquilisco, luego de que compa�eros de trabajo lo encontraran en estado de ebriedad deambulando por las calles de esa ciudad, seg�n informaci�n que sobre el caso dio un jefe policial. Este agreg� que Palacios ten�a varios a�os de tener problemas de alcoholismo.
Fuentes policiales consultadas sobre el problema se atreven a decir que el alcoholismo est� causando m�s bajas a la PNC que las mismas pandillas, con el agravante de que el alcohol no respeta grados, pues este a�o se ha cobrado la vida de dos oficiales.
Uno de los oficiales fallecidos a causa del alcoholismo fue el del comisionado Jos� El�as Menj�var Dom�nguez, de 59 a�os, quien muri� el pasado 27 de julio cerca de su vivienda, en una colonia en la periferia de la ciudad de Chalatenango. Su cad�ver fue encontrado dentro del veh�culo que conduc�a.
Horas despu�s, la Polic�a informaba en sus redes sociales que Menj�var Dom�nguez hab�a fallecido por �causas naturales�. Sin embargo, en el libro de registro de ingresos y retiros de cad�veres del Instituto de Medicina Legal (IML) de San Salvador, la anotaci�n es clara en el apartado de �posible causa de muerte�: alcohol.
En la partida de defunci�n se se�ala como causa de muerte, sangramiento del tubo digestivo superior, que en palabras de m�dicos consultados, eso sucede, la mayor�a de veces por la ingesta continua de alcohol y tambi�n por el v�mito que a veces se genera como reacci�n a una intoxicaci�n alcoh�lica.
La Polic�a no rindi� honores a Menj�var Dom�nguez, quien por 25 a�os trabaj� en la instituci�n, seg�n sus familiares. El colmo, seg�n la familia, es que el d�a del entierro, en el cementerio, un subinspector llam� a la hija del comisionado para que fuera donde �l estaba y entregarle una bandera.
Los polic�as que asistieron lo hicieron a t�tulo personal, como amigos de �l. Pero la instituci�n no le rindi� los honores; la excusa que dieron a la familia es que no hab�a muerto en cumplimiento del deber, seg�n un pariente cercano de la v�ctima, quien no ocult� su malestar.
Sin embargo, esa parece ser solo una excusa, pues el 14 de julio falleci� el comisionado Jaime Leonel Granados Uma�a, a consecuencia de una enfermedad terminal, pero la instituci�n s� le hizo los honores f�nebres respectivos. Y no hab�a muerto en cumplimiento del deber.
Antes de convertirse en polic�a, Menj�var Rodr�guez era profesor, titulado como tal de la Escuela Normal Alberto Masferrer. Pero en 1993 decidi� dejar la docencia para convertirse en polic�a. Era de la segunda promoci�n de subcomisionados que gradu� la Academia Nacional de Seguridad P�blica (ANSP).
Muri� abandonado, en una cuneta
Un mes antes de la muerte de Menj�var Dom�nguez, otro oficial hab�a muerto en las calles tras 23 d�as de andar emborrach�ndose. Esta vez, el polic�a v�ctima del alcoholismo fue el inspector Nelson Wilfredo Tobar Larios.
Su cuerpo qued� en una cuneta, a la orilla de la calle El Bamb�, de la residencial Scandia, en el municipio de Ayutuxtepeque. Estaba destacado en la Unidad de Asuntos Internos donde hac�a d�as que no se presentaba a trabajar por andar bebiendo, seg�n explicaron subalternos del oficial.
Sobre este oficial, seg�n fuentes de la corporaci�n, nadie de la instituci�n se interes� por ayudarle con su problema de alcoholismo, a pesar de que los 23 d�as que anduvo ingiriendo licor, no lleg� a su lugar de trabajo o cuando lleg�, era evidente su incapacidad para laborar.
En la Divisi�n de Bienestar Policial existe el Departamento de Salud Ocupacional, que es el lugar donde se supone hay un aproximado de 12 sic�logos, los que, en teor�a, deber�an ayudar al personal policial que tiene problemas con drogas.
Sin embargo, fuentes de esa dependencia aseguraron a El Diario de Hoy que la funci�n de esta docena de profesionales se limita a impartir charlas de manera ambulatoria sobre el alcoholismo en delegaciones, subdelegaciones y puestos policiales, y que no hay seguimiento a elementos policiales que han sido identificados con problemas graves de alcoholismo.
�Igual que se les recomienda en formaci�n a los elementos policiales de cambiar de rutas, para evitar ser blanco de ataques de pandillas, as� se les recomienda que no se gasten su dinero en licor; eso es todo lo que se les dice�, indic� un oficial de la PNC.
Polic�a que mat� al hijo estaba en tratamiento
Polic�as que mueren por intoxicaci�n alcoh�lica, por enfermedades consecuencia de la ingesta prolongada de alcohol, polic�as presos por matar a otros elementos policiales o por conducir en estado de ebriedad es lo que diferentes medios de comunicaci�n han puesto en evidencia desde diciembre de 2017 con el caso de la polic�a Carla Ayala, asesinada por otro agente policial que se emborrach� durante una fiesta de fin de a�o en las instalaciones del Grupo de Reacci�n Policial, disuelto tras ese incidente.
Pero el pasado 13 de julio, el alcoholismo se ensa�� a un nivel escalofriante con una familia que reside en Cuscatancingo, al norte de San Salvador, cuando un polic�a totalmente alcoholizado dispar� contra su propio hijo, un adolescente de 14 a�os que quiso ayudar a su padre, pidi�ndole que no saliera a tomar m�s porque ya era muy noche y corr�a mucho peligro.
Enloquecido por el alcohol, Jos� Luis Sandoval Maravilla le dispar� a su propio hijo, caus�ndole la muerte de inmediato.
Adem�s de la doble tragedia para la familia del polic�a, el caso revel� hasta d�nde puede llegar la peligrosidad de un agente policial armado.
Pero tal vez lo m�s grave es que la instituci�n policial no ignoraba que este elemento ten�a serios problemas de alcohol a tal punto que estaba en tratamiento sicol�gico, seg�n fuentes policiales, y una de las recomendaciones era que no anduviera armado.
Y as� como Sandoval Maravilla hay cinco o seis elementos m�s en la delegaci�n de Santa Tecla, seg�n indican los informantes. Y todos ellos andan armados, trabajando como si eso no representara un riesgo para ellos y para la poblaci�n.
Alcoholismo entre polic�as, un problema a�ejo
En 2010, los estudiantes de Sicolog�a, Ana Gloria Alberto Ortega y Patricia Maricela Amaya Chac�n, de la Universidad de El Salvador, realizaron una investigaci�n titulada.
�Los efectos psicol�gicos que produce el alcoholismo en el desempe�o laboral del personal de la Delegaci�n de San Salvador Centro de la Polic�a Nacional Civil�. Para ello tomaron como objeto de estudio a 44 miembros de la Delegaci�n Centro de San Salvador que, para entonces, ya ten�an problemas de alcoholismo.
El diagn�stico revel� que el 75 % de los jefes de la delegaci�n manifest� haber observado a empleados (polic�as) en estado de ebriedad durante sus horas laborales.
El estudio tambi�n revel� que hab�a un grupo que beb�a cada quincena, al salir de turno; aprovechaban para ir a beber un par de tragos al paso del camino, pero terminaban qued�ndose a beber por largo tiempo a sabiendas de que ten�an que presentarse a trabajar al siguiente d�a.
�Y otros toman cada fin de semana y no se aguantan por tomarse su par de tragos para sentirse bien en horas laborales�, indicaba la investigaci�n realizada por Alberto Ortega y Amaya Chac�n, como trabajo de graduaci�n para graduarse de licenciadas en Sicolog�a.
De servicio y bebiendo cervezas
El 31 de diciembre de 2017, los agentes Lorena Beatriz Hern�ndez y Alfonso Mej�a Coto protagonizaron otro episodio lamentable, a causa del alcohol. Ella muri� y �l fue a parar a la c�rcel. Al igual que el polic�a que siete meses despu�s matar�a a su propio hijo.
Fuentes policiales indican sobre este hecho que durante buena parte de la tarde del 31 de diciembre, a pesar de estar de servicio, Mej�a Coto y otros dos polic�as (conocidos como Rudy y Galileo) hab�an estado bebiendo cervezas adentro de un taller de enderezado y pintura automotriz que funciona por la avenida Bernal. Los cuatro estaban en servicio, eran parte de una patrulla de la unidad de emergencias 911 de Mejicanos.
Al caer la tarde, regresaron a la subdelegaci�n. Los tres polic�as se quedaron en la entrada y Hern�ndez dijo que ir�a al dormitorio. Entre Hern�ndez y Mej�a Coto exist�a una relaci�n sentimental que se estaba agriando.
Estando Mej�a Coto, Rudy y Galileo en la entrada de la subdelegaci�n, al primero le cay� una llamada. Era la agente Hern�ndez, su novia y compa�era de patrulla quien le llamaba para pedirle que no fuera a regresar al taller a seguir tomando.
La sugerencia hizo enojar a Mej�a Coto. �Mir�, esta cabrona ya me hart�, voy a ir a arreglar esto de una vez�, dicen que manifest� a sus dos compa�eros de patrulla. Minutos despu�s, Galileo recib�a una llamada del polic�a que estaba de comandante de guardia: V�nganse porque ha pasado un desvergue, le dijo a Galileo.
Era cierto. Dentro de la subdelegaci�n hab�a un gran problema, una tragedia. Lorena estaba muerta y Mej�a Coto hab�a presuntamente arreglado a su favor la escena del crimen. Un d�a despu�s, �l fue capturado y enviado a prisi�n por el homicidio de su novia y compa�era de trabajo.
Pero el caso m�s ilustrativo sobre el problema de alcoholismo por los que atraviesa la PNC es la desaparici�n y asesinato de la agente Carla Mayar� Ayala, responsabilidad que es atribuida a un agente del extinto Grupo de Reacci�n Policial (GRP) durante la celebraci�n de una fiesta navide�a en la que, seg�n la investigaci�n fiscal sobre la desaparici�n de Ayala, abundaron las bebidas alcoh�licas.
Juan Josu� Ar�valo Castillo, conocido en el GRP como Samur�i, hab�a consumido bastante licor durante esa fiesta, as� como otros agentes policiales. El saldo de esa fiesta fue fatal. Aunque las autoridades policiales han dicho lo contrario, fuentes de este Diario indican que hasta ese evento, era com�n que se dispusiera bebidas alcoh�licas durante fiestas o convivios policiales.
Tan a�ejo como el vino
El problema de alcoholismo en el interior de la PNC no es nada nuevo, aunque quiz� se haya hecho m�s visible desde diciembre anterior debido a los acontecimientos desencadenados durante la fiesta del GRP.
Ya en 2010, un alto jefe policial fue capturado porque, seg�n las fuentes policiales, en estado de ebriedad dispar� su arma de equipo dentro de un hotel de playa. Al ser llevado ante un juez de Paz, este lo dej� en libertad por falta de pruebas.
Ese mismo a�o, el diagn�stico de Alberto Ortega y Amaya Chac�n revelaba que el consumo de alcohol afectaba a la mayor parte de los empleados de la PNC, ya que se vuelven adictos a este vicio y les da�a a nivel org�nico, familiar, social, econ�mico y emocional, destruy�ndoles poco a poco su estilo de vida�.
El diagn�stico tambi�n revel� algo m�s grave: �que las jefaturas de la PNC no le dan la debida importancia al problema del alcoholismo que tienen los agentes policiales y por ese motivo dan inadecuado servicio y mala imagen de la instituci�n�.
Para ese momento, la investigaci�n de la UES revelaba que entre las afectaciones indirectas del consumo de alcohol en los empleados de la instituci�n policial estaba el rendimiento deficiente, ya que ocasionaba problemas en el buen desempe�o de su trabajo y se brindaba un mal servicio a la ciudadan�a, lo cual generaba malestar y descontento en el usuario.
�Se ha dado el caso que algunos compa�eros los han encontrado borrachos en bares cercanos a la Delegaci�n y otros tirados en las cunetas de alguna calle; otro grupo bebe cada quincena al salir del turno, aprovechando para irse a ingerir un par de tragos al paso del camino, pero terminan qued�ndose a beber por largo tiempo, sabiendo que tienen que presentarse a trabajar el siguiente d�a y otros toman cada fin de semana y no se aguantan por tomarse su par de tragos para sentirse bien en horas laborales�, indicaba el estudio.
