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No es ficción: Implante de chips en el cerebro el próximo paso tecnológico




30/10/2018 - 11:29:09
Sinc.- En abril pasado, Vincent Leung regres� a su casa despu�s de un largo d�a de trabajo. Este ingeniero electr�nico y director del Qualcomm Institute Circuits Labs de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.) solo quer�a descansar y comer con su familia. Se cambi�, prepar� una cena ligera, se sent� en el sof�, encendi� el televisor y se puso a ver en Netflix un episodio de la serie dist�pica Black Mirror en el que una madre sobreprotectora hac�a que le implantaran a su hija un chip en la cabeza para vigilar todo lo que la ni�a observaba. Entonces, mientras Leung al fin se relajaba, un grito alter� la tranquilidad de su hogar. ��Es lo que t� haces!�, le grit� su esposa, que estaba justo a su lado.

Vincent Leung no lo niega. �Eso es ficci�n �aclara�. Pero es cierto, estamos haciendo cosas m�s locas que las que se ven en la serie�. Leung es uno de varios investigadores que recorren las fronteras de lo cient�ficamente posible al desarrollar neurotecnolog�as cada vez m�s potentes.

Financiado por la Agencia de Proyectos de Investigaci�n Avanzada de Defensa del Pent�gono (DARPA), Leung trabaja en la pr�xima generaci�n de implantes cerebrales inal�mbricos. Los llama neurograins �o neurogranos� y son chips del tama�o de un grano de sal. �Mira �extiende una peque�a caja negra en la que se ve unos min�sculos puntitos met�licos�. �No son lindos?�.

Leung se mueve con comodidad en su laboratorio lleno de cables, circuitos integrados, amplificadores, destornilladores y pizarrones. Durante d�cadas, se dedic� a mejorar la potencia de los chips de los tel�fonos m�viles. Ahora, asegura, es tiempo de dise�ar chips para el cerebro. Parece ser el pr�ximo paso l�gico.

Con los a�os, las tecnolog�as se han ido acercando al cuerpo. Hasta no hace mucho, para atender una llamada uno ten�a que caminar hacia el tel�fono fijo. Ahora solo basta con sacar el m�vil del bolsillo y llevarlo al o�do o conversar directamente a trav�s de peque�os aud�fonos �como los Airpods de Apple� en nuestras orejas. Todo indica que la pr�xima fase de las telecomunicaciones ir� m�s all�: las tecnolog�as traspasar�n la piel y se internar�n dentro de nuestros cuerpos.

�Es un gran desaf�o cient�fico �dice Leung�. En un principio, la idea es implantar los neurograins en la corteza cerebral, es decir, la capa externa del cerebro, de personas que han perdido cierta funci�n debido a una lesi�n o enfermedad. Y a trav�s de diminutos pulsos el�ctricos, estimular las neuronas atrofiadas�.

El equipo de Leung en la Universidad de California en San Diego forma parte de una amplia colaboraci�n internacional �en la que tambi�n participan la Universidad de Brown, el Hospital General de Massachusetts, las universidades de Stanford y Berkeley y el Centro Wyss de Bioingenier�a en Ginebra� para desarrollar pr�tesis neuronales inal�mbricas capaces de registrar y estimular la actividad del cerebro.

Decenas de miles de neurograins podr�an funcionar como una especie de intranet cortical, coordinada de forma inal�mbrica mediante un centro de comunicaciones central en forma de un parche electr�nico delgado colocado sobre la piel. As� se abrir�an nuevas terapias de neurorrehabilitaci�n, en especial teniendo en cuenta que esta red tiene capacidades tanto de �lectura� como de �escritura�.

Los neurograins podr�an �leer� a las neuronas, esto es, registrar su actividad el�ctrica, y tambi�n podr�an estimularlas. �Podr�amos transmitir datos del mundo exterior a los neurograins �indica Leung�. Por ejemplo, proyectar sonidos a personas sordas o im�genes a invidentes: si una persona ciega tiene su corteza visual intacta podr�amos tomar una foto con una c�mara y por v�a inal�mbrica mandar una se�al codificada en un lenguaje que el cerebro pueda entender�.
Cerebros conectados

En 2004, Matthew Nagle �un hombre de 25 a�os tetrapl�jico tras un incidente en el cual fue herido con un cuchillo� se convirti� en la primera persona en mover objetos solo con el pensamiento. El neurocient�fico John Donoghue de la Universidad de Brown le implant� en la parte del cerebro donde se coordina la actividad motora lo que denomina BrainGate: un min�sculo chip de silicio de cuatro mil�metros de lado con cien electrodos.

Se trat� de la primera interfaz cerebro-ordenador: un sistema a trav�s del cual se procesan y env�an se�ales que viajaban por un haz de cables que sal�an del cuero cabelludo de Nagle hasta un carrito electr�nico con un tama�o de refrigerador que le permit�a, entre otras cosas, cambiar los canales de un televisor, ajustar el volumen, abrir y cerrar una mano ortop�dica, mover el cursor de un ordenador, leer correos electr�nicos y jugar con videojuegos con solo imaginar que mov�a el brazo. �Los cerebros bi�nicos se hacen realidad�, titul� por entonces la revista Nature.

Desde entonces, estas neurotecnolog�as no han hecho otra cosa que diversificarse. Adem�s de las trece personas paralizadas que utilizan el sistema BrainGate, dos monos con implantes cerebrales en la Universidad de Duke fueron capaces de dirigir sillas de ruedas usando solo sus mentes. �Estas tecnolog�as abrir�n todo un mundo de posibilidades �asegura el emprendedor Steve Hoffman de la start-up Founders Space�. No solo nos permitir� comunicarnos mente a mente, sino tambi�n conectarnos a internet a trav�s del cerebro�.

Estas afirmaciones parecen algo exageradas, sacadas de pel�culas como The Matrix o de novelas ciberpunks como Down and Out in the Magic Kingdom �un futuro cercano en el que todo el mundo est� las 24 horas conectado a la red a trav�s de un enlace cortical� hasta que uno se entera de iniciativas de DARPA como un programa con un presupuesto de cuatro millones de d�lares llamado Silent Talk, cuyo objetivo es �permitir la comunicaci�n de usuario a usuario en el campo de batalla sin el uso de voz vocal a trav�s del an�lisis de se�ales neuronales�.

En la �ltima d�cada las interfaces cerebro-ordenador se han diversificado: empresas como Emotiv y NeuroSkyhan desarrollado videojuegos basados en estas neurotecnolog�as, al igual que la compa��a japonesa Neurowear que desarroll� en 2011 unas orejas de gato llamadas Necomimi que responden a las emociones de sus usuarios. Y durante la ceremonia de apertura de la Copa Mundial de F�tbol de Brasil, en 2014, el neurocient�fico Miguel Nicolelis mostr� en dos decepcionantes segundos c�mo un hombre parapl�jico utilizaba un exoesqueleto rob�tico controlado por la mente para patear una pelota.

En este tiempo, la miniaturizaci�n se ha acelerado. En 2011, un equipo de la Universidad de California en Berkeley describi� por primera vez unas diminutas part�culas de silicio que denominaron �neural dust� (polvo neuronal), a grandes rasgos basadas en los mismos principios de los neurograins.

En 2017, dos de sus inventores, el neurocient�fico Jos� Carmena y el ingeniero Michel Maharbiz, inauguraron la compa��a Iota Biosciences para desarrollar estos implantes inal�mbricos que podr�an cambiar la forma en que entendemos nuestros cuerpos: son capaces de monitorizar en tiempo real m�sculos, �rganos y nervios en las profundidades del cuerpo �como demostraron en la revista Neuron�. Podr�n tratar la epilepsia y el control de vejiga y, tambi�n en un futuro, controlar pr�tesis.

Los sensores de este polvo neuronal se comunican a trav�s de ultrasonido con un parche que los activa y recibe informaci�n para cualquier terapia deseada. Sus impulsores imaginan que podr�an ser implantados en un simple procedimiento ambulatorio, seg�n Carmena, de la misma manera que una persona se hace un piercing o un tatuaje.
Esperanzas y amenazas

Las posibilidades de las interfaces cerebro-ordenador han atra�do el inter�s de Elon Musk. En 2017, el multimillonario sudafricano, fundador de SpaceX y Tesla, revel� detalles de una nueva empresa, Neuralink, en San Francisco: construir una interfaz cerebro-ordenador implantable que nos permita comunicarnos de forma inal�mbrica con cualquier cosa que tenga un chip. Esta simbiosis ser�a, seg�n Musk, como nuestro seguro ante el �riesgo existencial� que significa el avance de la inteligencia artificial.

Suena todo muy sci-fi: en teor�a, podr�amos absorber conocimiento instant�neamente desde la nube o transmitir im�genes de la retina de una persona a la corteza visual de otra. �Creo que la mejor soluci�n es tener una capa de inteligencia artificial que pueda funcionar biol�gicamente dentro de nosotros�, dijo Musk. �El primer uso de la tecnolog�a ser� reparar lesiones cerebrales como resultado de un accidente cerebrovascular�, describi� en un art�culo extenso publicado en Wait Buy Why.

Por el momento, ese tambi�n es el objetivo de los investigadores detr�s de los neurograins: permitirles a personas paralizadas por esclerosis lateral amiotr�fica, embolia cerebral u otros trastornos salir de su encierro y comunicar sus necesidades y deseos a otros, operar programas de procesamiento de textos u otro software, controlar una silla de ruedas o neuropr�tesis. �Ser�a una gran mejora de la calidad de vida�, dice Leung. �Primero lo probaremos en primates no humanos�.

�Qu� vendr� despu�s? El objetivo de DARPA, se presume, consistir�a en mejorar las habilidades del personal militar. �Podr�amos llegar manejar drones con el pensamiento�, especula Leung, quien admite que el campo de las interfaces cerebro-ordenador es terreno f�rtil para la ciencia ficci�n.

Pero as� como estas tecnolog�as abren nuevas posibilidades, tambi�n implican nuevos riesgos y problemas �ticos. �Podr�an grupos de hackers robar datos internos de un cuerpo �uno de los problemas actuales con los Fitbits� o usar el cuerpo de una persona en contra de su voluntad? �Las pr�tesis neuronales nos obligan a reevaluar c�mo pensamos en la responsabilidad de nuestras acciones�, se�ala el fil�sofo Walter Glannon.

Si bien, debido a regulaciones federales, es muy dif�cil sacar la neurotecnolog�a del laboratorio, los neurograins y el neural dust multiplican las esperanzas y tambi�n las amenazas, como la p�rdida de la individualidad y privacidad mental.

�Los escenarios abiertos por las interfaces cerebro-ordenador conducen a interesantes preguntas sobre lo que significa ser humano �advierten los especialistas en neuro�tica Mark A. Attiah y Martha J. Farah en un art�culo�. �Ser�amos humanos si pudi�ramos hacer que otros se movieran o actuasen a partir de nuestro pensamiento? �Ser�amos humanos si nuestras mentes nunca operasen independientemente de los dem�s? Estas neurotecnolog�as podr�an traer cambios sociales tect�nicos�.

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