Crueldad de dictadura orteguista con presas políticas
14/11/2018 - 10:47:25
La Prensa.com.ni.- O son golpeadas o las procesan o las secuestran. Las vejaciones contra las mujeres que se oponen p�blicamente al r�gimen de Daniel Ortega en Nicaragua siguieron este martes.
Mientras se hac�an p�blicas las medidas cautelares que la Comisi�n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorg� a favor de siete presas pol�ticas, la Polic�a Orteguista (PO) secuestr� nuevamente a Elsa Valle, adem�s a su hermana.
Las reas beneficiadas con las medidas de protecci�n de la CIDH son Amaya Eva Coppens Zamora, Olesia Auxiliadora Mu�oz Pav�n, Tania Ver�nica Mu�oz Pav�n, Mar�a Dilia Peralta Serrato, Irlanda Undina Jerez Barrera, Solange Centeno Pe�a y Nelly Maril� Roque Ord��ez. Estas �ltimas originarias de Matagalpa, ayer mismo esperaban finalizaci�n del juicio donde las acusan de varios delitos.
Las beneficiadas con la orden del organismo internacional se encuentran en una �situaci�n de gravedad y urgencia� ante la �ltima golpiza que recibieron de parte de hombres vestidos de negro dentro del Sistema Penitenciario Nacional, y que fue denunciada por estas el reciente octubre.
Estas mujeres son l�deres estudiantiles, de barrios, de comunidades que participaron activamente en marchas y plantones, ejerciendo su derecho constitucional a la protesta contra la dictadura de Daniel Ortega desde el pasado 18 de abril.
Ahora est�n siendo procesadas por la dictadura orteguista por terrorismo, crimen organizado, tortura, robo, obstrucci�n al servicio p�blico, entre otros delitos. Fueron secuestradas por paramilitares y tienen m�s de tres meses encerradas en la c�rcel La Esperanza.
El caso de las valle
Las hermanas Valle Montenegro se encontraban en la v�a p�blica, frente al port�n trasero del Complejo Judicial Central de Managua, con carteles en mano demandando la libertad de su pap� Carlos Valle, quien es reo pol�tico y tiene sesenta d�as de estar preso, cuando fueron secuestradas este martes.
�El polic�a de negro le dijo �callate, no me contestes�, porque ella (Elsa) reclamaba su derecho a protestar, fue cuando dio la orden �montenla� y la hermana trat� de evitarlo y tambi�n la montaron y las golpearon. Alg�n d�a pagar�n las groser�as que est�n haciendo�, dijo una de los testigos de la barbarie.
Uno de los zapatos de Elsa Valle qued� en el pavimento, mientras los lentes de su hermana tambi�n quedaron tirados. As� consum� la Polic�a el secuestro.
Las j�venes fueron llevadas al Chipote y en el camino las humillaron verbalmente, los antimotines las golpearon con los pu�os y casi asfixian a Elsa con las manos, relat� la perjudicada. Minutos despu�s fueron liberadas.
�Solo nos dec�an �a ver hija de p� ustedes tanto que se las daban de huevoncitas dando entrevistas, aqu� estamos��, narr� Valle.
Despu�s de la golpiza, la PO condujo a ambas j�venes en un microb�s con aire acondicionado, en que las acompa�aban polic�as mujeres que las iban sobando, seg�n Elsa Valle. �Quieren tapar el sol con un dedo, quieren aparentar que todo est� normal�, asegur� Valle.
Sin embargo, la muchacha aclar� que esto no impedir� que ella siga demandando la libertad de su padre, quien ayer presuntamente ser�a conducido a audiencia, pero al final no fue presentado en los tribunales.
Privadas en riesgo
La CIDH solicit� al Estado de Nicaragua que adopte las medidas necesarias para garantizar la vida y la integridad personal de las presas pol�ticas beneficiadas y sus n�cleos familiares.
Adem�s debe garantizar que sus agentes respeten la vida e integridad de las beneficiarias de medidas cautelares de acuerdo con los est�ndares establecidos en el derecho internacional de los derechos humanos.
El abogado del Centro Nicarag�ense de Derechos Humanos (Cenidh), Gonzalo Carri�n, record� que �tanto Elsa (Valle) como su familia han sido v�ctimas de una persecuci�n con motivaci�n pol�tica�.
Hechos como estos demuestran que el pa�s �no solo no est� normal (y) que est� sometido a una dictadura, a un estado de terror�.
El pa�s vive una etapa de represi�n de la protesta, que se caracteriza por la persecuci�n judicial de los manifestantes.
