Viernes 29 de marzo 2024 Contacto

La verdad sobre el rescate de los niños de Tailandia en la cueva




15/01/2019 - 12:06:05
Infobae.- Los 12 ni�os futbolistas de Tailandia nunca bucearon para salir de la cueva, revel� un libro que reconstruy� el dram�tico encierro de los Jabal�es Salvajes, una historia que mantuvo al mundo en vilo durante 17 d�as.

The Cave (La cueva), del brit�nico Liam Cochrane, relata c�mo fue la operaci�n de rescate sin precedentes que permiti� sacar con vida a los 12 j�venes y a su entrenador.

Cuando los socorristas los encontraron, los ni�os llevaban diez d�as atrapados. Diez d�as en los que hab�an estado sin comida, en la oscuridad absoluta, cavando y durmiendo. Pero con la llegada del doctor Pak y de tres SEAL de las fuerzas especiales tailandesas, ya no estaban solos. Despu�s de los largos d�as de aislamiento, la camarader�a que trajeron los militares a la cueva fue una bendici�n.

Pero darles comida y atenci�n m�dica era solo el primer paso para salvarlos. Los rescatistas compet�an una carrera contra el tiempo: los niveles de ox�geno en la cueva disminu�an r�pidamente y para los d�as siguientes se pronosticaban m�s lluvias, que pod�an hacer que se inundara por completo la caverna.

Por eso, hab�a una sola soluci�n posible: sacar a los ni�os.

"Si buceamos ahora, algunos podr�an morir; pero si no buceamos, todos morir�n y solo vamos a recoger 13 cuerpos", les dijo un experto a quienes dirig�an el rescate.

El problema era c�mo hacerlo. Los rescatistas que hab�an estado en la cueva inundada sab�an que era imposible que un ni�o que nunca hab�a buceado aprendiera a hacerlo y pudiera salir de ah� a trav�s de los estrechos t�neles llenos de barro y con visibilidad casi nula.

La �nica esperanza era sedarlos: poner m�scaras de ox�geno en sus caras, sellarlas con silicona para que no se desprendieran y dejar que los buzos los cargaran hasta la salida.

Para ello se necesitaban especialistas, y fueron llamados dos buceadores australianos de gran experiencia, el doctor Richard Harris, un anestesi�logo conocido como el Dr. Harry, y su amigo y compa�ero de buceo Craig Challen, un veterano retirado.

A�n contando con los mejores, todos sab�an que el plan era arriesgado. El Dr. Harry y su compa�ero pidieron al Gobierno tailand�s inmunidad diplom�tica por si algo sal�a mal. No confiaban en que las drogas funcionaran. "Pens� que hab�a cero posibilidades de �xito", admiti� m�s tarde el Dr. Harry. Otros socorristas pensaban que en la operaci�n pod�an morir hasta cinco ni�os. Esos temores aumentaron cuando Saman Gunan, un ex SEAL tailand�s de 37 a�os que se hab�a ofrecido voluntariamente para ayudar, muri� durante las operaciones de preparaci�n del rescate. Si hab�a muerto un buzo tan experimentado, �qu� posibilidades ten�an unos ni�os?, era la pregunta que todos se hac�an.

Para tranquilizar a los padres, se les dijo que a los Jabal�es Salvajes se les iba a ense�ar a bucear; por su parte, los medios informaron que cada uno de ellos estar�a atado a una manguera de aire y nadar�a con un buzo de rescate adelante y otro detr�s.

Pero nada de eso era cierto.

As�, comenz� la parte final del operativo. Primero, los socorristas ensayaron el in�dito rescate en una piscina cubierta con tres j�venes de complexi�n f�sica similar a la de los ni�os. La simulaci�n fue un �xito y dio luz verde al comienzo del operativo.

El Dr. Harry decidi� sedar a los ni�os con una combinaci�n de tres drogas: Xanax, para aliviar el miedo; ketamina, para dormirlos, y atropina, para reducir la saliva en su boca, con la cual podr�an ahogarse. Una segunda inyecci�n de ketamina la har�an despu�s de una hora con una jeringa precargada, para que la sedaci�n durara las tres horas necesarias para hacer el recorrido hasta la salida.

El d�a elegido fue el 8 de julio, un domingo.

Los ni�os escribieron un mensaje a los padres de parte de todos: "No se preocupen por nosotros. Cuando salgamos queremos llegar a casa de inmediato. No nos des demasiada tarea".

Luego, cada ni�o escribi� sus propias palabras. Little Titan, el m�s joven, escribi�: "Prep�rese para llevarme a comer pollo frito".

Ek, el entrenador, decidi� qui�nes ser�an los primeros cuatro en salir. Ek seleccion� a Note, Tern, Nick y Night, porque sus casas era las m�s alejadas de la cueva. "Planificamos que, una vez afuera, se fueran en bici a sus casas y durante el camino les avisaran a las otras familias", explic� con ingenuidad. No pod�a imaginar lo que estaba pasando afuera de la cueva.

Note, de catorce a�os, fue el primero en salir. Se puso un traje de ba�o y se trag� la pastilla sedante que le dio el doctor Pak para relajarlo.

Baj� la pendiente hacia el Dr. Harry y se sent� en su regazo. El anestesista le inyect� el resto de las drogas y el ni�o qued� inconsciente. Luego le pusieron el equipo de buceo y un tanque de aire atado a su frente. Encendieron el aire y colocaron las m�scara, que cubr�a todo el rostro. Despu�s de 30 segundos, Note comenz� a respirar normalmente.

Luego, los buzos lo esposaron para asegurarse de que si se despertaba no intentara arrancarse la mascarilla, poniendo en peligro su vida y la de su socorrista.

El buzo brit�nico Jason Mallinson se sumergi� junto con Note, en la misma posici�n de un paracaidista con su instructor. Comenz� a nadar hasta la siguiente c�mara, donde Craig Challen estaba esperando para hacerle un control m�dico en tierra firme. Luego volvieron a sumergirse, abri�ndose camino con cuidado: era fundamental no golpear al ni�o con estalactitas y rocas para que no se despertara o se le desprendiera la m�scara.

Luego super� la brecha m�s estrecha y lleg� a una parte del t�nel que estaba en posici�n vertical. "Fue muy desalentador y muy lento", record�. Estaba avanzando hacia la c�mara 6, la mitad del recorrido.

All�, otros dos buceadores lo esperaban. Mallinson emergi� y el ni�o estaba respirando y vivo. El plan estaba funcionando. Una vez m�s, Note fue arrastrado a una zona de tierra firme sin agua para un control m�dico. Todo se ve�a bien. El ni�o dorm�a. Volvieron a sumergirse y llev� a Note por el resto de la cueva inundada hasta la c�mara 3, el centro de comando. Lo cargaron en una camilla de rescate especial para que pudiera deslizarse f�cilmente sobre la roca hasta llegar a la salida. Estaba a salvo.

Faltaban 12.

Los siguientes fueron Tern, de 14 a�os, Nick, de 15 a�os (quien ni siquiera era miembro de los Jabal�es Salvajes y se hab�a unido al grupo para pasar tiempo con su mejor amigo, Biw).

El rescate iba bien. Pero siempre hab�a un momento de inquietud al principio. Cada vez que un ni�o anestesiado entraba en el agua, dejaba de respirar durante unos 30 segundos.

"B�sicamente era como arrastrar paquetes con un asa, como una bolsa de compras", record� el buzo brit�nico Rick Stanton.

Todo iba bien hasta que Night reaccion� mal a las drogas y tuvo que pasar una media hora antes de que se recuperara. Pero tambi�n logr� salir. A las 9 de la noche, la operaci�n del primer d�a hab�a terminado, los cuatro ni�os hab�an salido.

Al d�a siguiente, otros cuatro ni�os fueron llevados a la superficie con �xito, aunque uno comenz� a despertarse cuando Jason Mallinson lo estaba llevando a trav�s de un pasaje parcialmente inundado, y el buzo tuvo que inyectarle otra dosis de sedante mientras controlaba al ni�o en el agua.

Faltaban cinco, mientras aumentaban el agua, la lluvia y la preocupaci�n de los buzos. El entrenador Ek fue el primero en salir del �ltimo grupo. El siguiente fue Tee, que qued� enganchado con un cable en el t�nel. John Volanthen record� haber tenido que "estacionar" al ni�o en el fondo de la cueva inundada mientras cortaba el cable y liberaba sus piernas. Probablemente estar sedado fue decisivo para que se salvara. Tit�n, el ni�o m�s joven y el segundo m�s peque�o, fue el siguiente, seguido de Pong.

Finalmente fue el turno de Mark, el m�s peque�o y el �ltimo. Con Mark el problema era que no hab�a m�scaras lo suficientemente peque�as para ajustarlas a su rostro. Una que podr�a funcionar hab�a sido encontrada a �ltimo momento durante la noche y llevada a la cueva.

Fue sacado sin problemas.

"Hicieron todo lo correcto para que pudi�ramos rescatarlos", coment� Chris Jewell, uno de los socorristas. "Nunca vi un gemido o una l�grima en sus ojos. Eran j�venes muy tranquilos, fuertes y decididos".

Todos estaban sanos y salvos. El mundo celebraba.

Estimados lectores: recuerden que estas noticias las pueden encontrar en nuestro Canal de Whastapp al momento de su publicación.

Sigue el canal de Hoybolivia.com en WhatsApp:
whatsapp.com/channel/0029Va8B7PQ3GJOyC41B2Q1a

Noticias Recientes de Portada

Copyright © Hoybolivia.com Reservados. 2000- 2024