La gente ve cada vez más corrupción y confía menos en las instituciones

17/03/2019 - 08:25:19
Los Tiempos.- La confianza ciudadana en las instituciones estatales es cada vez menor. En contrapartida, la percepci�n de que las instancias p�blicas son corruptas es cada vez m�s alta. As� lo detect� una investigaci�n de opini�n p�blica hecha por el Instituto de Investigaciones Econ�micas y Sociales de la Universidad Aut�noma Gabriel Ren� Moreno.

A trav�s de una encuesta aplicada en febrero a 744 personas mayores de edad (margen de error del 3,59% y confianza del 95%), lograron detectar que entre 2018 y 2019, la confianza de las personas en las instituciones p�blicas baj� del 34 al 32%. Esto, seg�n la escala propuesta por los especialistas, la ubica en el rango de �poco confiable�. Por el contrario, en la percepci�n de corrupci�n, las cifras suben. Si el cuadro ya era preocupante en 2018, cuando se situaba en 88%, este a�o ha trepado siete puntos m�s para instalarse en 95%.

De todas las instituciones medidas (Gobierno nacional, Gobierno departamental, Gobierno municipal, Ej�rcito, Polic�a, �rgano Judicial y �rgano Electoral), el que peor est� es el Electoral. Obtuvo 28 puntos, que, en la escala propuesta por la Gabriel, quiere decir que es poco confiable en bajada, es decir, cerca del borde de nada confiable. Apenas un punto mejor est� la Polic�a y la justicia. En la media general est� el Ej�rcito, el Gobierno nacional trepa hasta los 35 puntos y un poco m�s arriba, con un empate a 40 puntos, en el l�mite superior de poco confiable, est�n la Alacald�a y la Gobernaci�n.

Cuando se ingresa al an�lisis de pol�ticas p�blicas, el Gobierno nacional se aplaza en la lucha contra la pobreza (39%, cuatro puntos menos que en 2018) y todos son vistos como poco confiables en el tratamiento de la seguridad ciudadana (30%) y han bajado cuatro puntos, en promedio, cuando se mide el desempe�o de gesti�n p�blica (42%).
La corrupci�n

Si a priori solo cinco de cada 100 personas creen que no hay corrupci�n en la administraci�n p�blica, cuando se les pide que basen su respuesta en la experiencia, el 72% de los consultados dice que hay corrupci�n, siendo el Gobierno nacional el m�s se�alado, con el 78% un crecimiento del 1% respecto al a�o anterior.

Pero tampoco se salvan Gobernaci�n y Alcald�a, con un 70% cada uno y un crecimiento de la percepci�n del 3% respecto al a�o anterior. No parece ser una tendencia que vaya a mejorar, ya que el cruce�o de hoy es un 5% m�s pesimista que el de 2018 y un 73% dice que la corrupci�n se ha expandido en las instituciones.
Visiones

Luis Andia, polit�logo y catedr�tico de la Gabriel Ren� Moreno, consider� que no hay confianza en las instituciones p�blicas, pero, salvo en pa�ses como Uruguay o Chile, esta es una tendencia latinoamericana. Sin embargo, debe preocupar la tendencia, que es a bajar. Considera que estas percepciones se acent�an o bajan dependiendo de la politizaci�n del tema.

Pone como ejemplo la situaci�n de la justicia, que, pese a que tiene una calificaci�n de 26, es dos puntos mayor al de 2018, cuando la medici�n se hizo justo despu�s de las elecciones judiciales.

Tambi�n observa que la percepci�n de corrupci�n, que antes era dominante para el nivel central del Estado, ha bajado a los niveles subnacionales, justo un a�o antes de la elecci�n de nuevas autoridades.

Para Daniel Valverde, director del Observatorio Pol�tico Nacional de la Gabriel Ren� Moreno, debe preocupar a las instituciones la elevada experiencia negativa con respecto a la corrupci�n en los tres niveles del Estado.

Franz Flores, polit�logo y doctor en Ciencias Pol�ticas, coincide con Andia en que la baja confianza en las instituciones no es novedad en Bolivia y todos los estudios que se han hecho sobre estos temas siempre lo han ratificado; sin embargo, durante unos a�os, hubo una especie de recuperaci�n de credibilidad en el cambio del ciclo pol�tico liderado por Evo Morales.

Recuerda que fue como si la poblaci�n hubiera apostado por el MAS, suponiendo que iba a generar un cambio institucional. Observa que este momento de optimismo se ha ido diluyendo y que ha vuelto la desconfianza, producto de la desinstitucionalizaci�n generada por algunas pol�ticas del Gobierno.

En su opini�n, lo m�s peligroso es tipo el de relaci�n entre el sujeto y el Estado que genera esta percepci�n. Por lo general, esa relaci�n est� mediada por reglas y al cumplir esas reglas al ciudadano le va mejor; pero, la poca confianza y la alta corrupci�n, puede indicar que se est� construyendo una sociedad en la que incumpliendo las reglas les va mejor en la vida.

�Se crean un nuevo paquete de �reglas informales�, que se mueven por hilos que no son normas sino conductas. Hay que recordar que las instituciones no son edificios, sino un conjunto de normas que se deben cumplir�, dijo.

Para Flores, el indicador m�s preocupante es la muy baja confianza en el Tribunal Electoral. Lo achaca a la influencia atribuida al Gobierno en esta instituci�n y cree que �desconfiar en el �rbitro�, pone en riesgo a la democracia y da lugar �a discursos siempre extremistas que, como el �rbitro no es confiable, desconozcamos el proceso�. Coincide tambi�n Andia en este punto y cree que la oposici�n a Morales juega a una estrategia de doble resultado: si gana es m�rito absoluto de ellos, pero si pierden, es por fraude.

Para la soci�loga Elisa Sald�as, la desconfianza institucional refleja una gesti�n p�blica que no satisface o incide en la mejor calidad de vida de la poblaci�n. Tambi�n la ve como un reflejo de una falta de informaci�n oportuna desde las instituciones hacia la sociedad civil o la necesidad de mayor transparencia para que el ciudadano pueda hacer seguimiento y sentirse parte de la gesti�n p�blica.

Para la catedr�tica e investigadora de Gabriel Ren� Moreno, la corrupci�n ya est� institucionalizada, no solo en Bolivia, sino en Latinoam�rica.

Cree que se ha formado un sistema de valores alrededor de ella y en las familias y grupos sociales se ha vuelto �normal�. Pone como ejemplo la frase casi convertido en ley: �No importa que robe, pero que haga algo�.

Ve que la conjunci�n de corrupci�n y desconfianza genera indiferencia que se transforma en permisividad. Lo riesgoso es que esto ampl�a los espacios de corrupci�n y puede detonar en hast�o, cuya mayor expresi�n es la protesta o la rebeli�n.