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Vladimir Padrino, el militar sin tiempo que empuja a generales y coroneles venezolanos al suicidio




24/03/2019 - 19:05:21
Infobae.- Mario Puzo sonreir�a al conocer la existencia de alguien con ese singular apellido y poder. Padrino. Es el nombre del comandante m�s influyente de la apocal�ptica Venezuela que propone Nicol�s Maduro. Es aquel que intenta mantener a raya a los m�s de mil generales y coroneles que quieren romper filas y terminar con la agon�a. Duda: teme que para �l pueda ya no haber retorno.

Vladimir Padrino L�pez, as� su nombre completo, naci� en 1963 en Caracas y desde 2014 concentra atribuciones casi absolutas, s�lo comparables a las del propio dictador y a las de Diosdado Cabello. Aquel a�o fue nombrado ministro del Poder Popular para la Defensa. Se mantiene fiel a su actual jefe como antes lo hizo con Hugo Ch�vez. Y permanece en el cargo de Comandante Estrat�gico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Un pomposo t�tulo que le permite ser el dique de contenci�n ante militares descontentos.

"Si Padrino da un portazo representar� un golpe mortal para la dictadura", repite un general retirado desde Caracas. Prefiere el anonimato: comprende que es la �nica forma de permanecer a salvo en el devastado pa�s.

El m�ximo militar se muestra, ante el resto, leal. Dice ser un "privilegiado" por haber sido alcanzado por las sanciones de los Estados Unidos el pasado 25 de septiembre. Esa amonestaci�n le impedir� gozar de su fortuna declarada, incalculable. Tambi�n de aquella que hizo ensuci�ndose y que Washington localiz� d�nde est� oculta.

Cuando supo sobre la decisi�n del gobierno norteamericano lanz� una provocaci�n. Lo hizo v�a Twitter, pour la gallerie: "He ordenado pasar al Departamento del Tesoro la n�mina completa de los oficiales generales y almirantes de la FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivariana) para facilitar la tarea de "sancionar" por cuotas a los revolucionarios defensores de la Constituci�n y de la soberan�a nacional". La iron�a no cay� nada bien entre sus subalternos.

Con ellos, Padrino utiliza un arma que aprendi� en otras latitudes: la psicol�gica. Trata de convencerlos -sin estarlo ya �l del todo- de que su compromiso con la dictadura alcanz� tal magnitud que ni la Casa Blanca ni el pr�ximo gobierno de transici�n en Venezuela se apiadar�n de su futuro y sus bienes. Los deja pensando: jam�s les otorgar�an una absoluci�n. Con ese eco en sus cabezas retornan a sus hogares. Cabello tambi�n trata de contenerlos. Los generales dudan. Los coroneles y capitanes, mucho m�s.

El tiempo para saltar a las filas que terminar�n gobernando Venezuela est� llegando a su l�mite. Los militares que se queden junto a Maduro y su s�quito ser�n enjuiciados por delitos grav�simos, entre los que se destacan violaciones a los derechos humanos y narcotr�fico. "El r�gimen est� como una manzana demasiado madura: caer� en cualquier momento", pronostica el mismo militar que dobl� el uniforme hace algunos a�os pero que mantiene lazos con sus camaradas en carrera y le conf�an sus penas.

Los interrogantes se apoderan de su insomnio. Sobre todo de aquellos que ven ahora (o quiz�s, nunca) una oportunidad que pueda desvanecerse. Lo mismo ronda la cabeza de su jefe. �Qu� pasar�a si Juan Guaid�, en su car�cter de presidente interino, comienza a dar instrucciones concretas a los militares? �Qu� podr�a ocurrir en caso de que designara a un nuevo comandante en jefe y una renovada c�pula? M�s temprano que tarde, el titular de la Asamblea Nacional ocupar� Miraflores y las consecuencias de no haber obedecido sus �rdenes d�ndole la espalda a la Constituci�n de la Rep�blica Bolivariana de Venezuela se redundar�an en procesos criminales por traici�n a la patria, sumado a las torturas contra opositores, asesinatos y tr�fico de drogas. Todos esos cargos ser�n f�ciles de comprobar.

Padrino, por el momento, no act�a solo. Junto a �l operan otros uniformados que mantienen la disciplina del generalato venezolano. Son los cubanos infiltrados en lo m�ximo del poder de Caracas. Penetraron la inteligencia, las fuerzas armadas y las paraestatales. Todo con el visto bueno de Maduro, quien cada vez tiene menos control de la situaci�n. �Saben ambos que los castristas podr�an dejarlos al desamparo de un momento a otro si as� lo ordena Mosc�? El l�mite es el petr�leo.

El mayor General de la Aviaci�n venezolana Francisco Est�ban Y�nez Rodr�guez reconoci� a Guaid� como presidente interino. Lo hizo el pasado 2 de febrero. Junto a �l se sumaron casi 600 oficiales y suboficiales. Ese d�a el piloto en jefe afirm� que el 90% de los militares est�n descontentos con el r�gimen. Padrino est� al tanto� mientras cree escuchar un sonido recurrente en su cabeza: tic tac.

Entre los uniformados anotados en la lista de desertores a la dictadura se encuentra alguien que estuvo a punto de terminar en una c�rcel norteamericana: Hugo Armando Carvajal Barrios, ex mayor general del Ej�rcito y ex director de Inteligencia Militar. Durante a�os fue un verdadero titiritero. Al lado de Ch�vez hizo y deshizo a su antojo y teji� redes -y negocios- con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Hasta que en julio de 2014 cay� a medias. Fue acusado de narcotr�fico y detenido en Aruba. Era catalogado por algunos como "el Pablo Escobar de Venezuela". Sin embargo, la campana lo salv� a tiempo. Un giro diplom�tico impidi� que fuera extraditado desde esa isla a Estados Unidos. Retorn� a Venezuela como un h�roe, ungido por Maduro y generales.

Pero hace pocas semanas -en disputa con el r�gimen- se declar� en rebeld�a. Conocedor de los tiempos y de los humores de sus camaradas, es consciente que el final podr�a precipitarse. Tambi�n es consciente de que se debe apartar a los castristas para que el dictador caiga. "Cr�anme, si no acabamos con los cubanos, la FAN no podr� cumplir con sus deberes", dijo, al tiempo que le exigi� "coraje" a Padrino. "P�ngase un par de bolas", le espet�. Desde un exilio desconocido est� atento a cualquier movimiento que podr�a realizar el resto de sus antiguos pares.

Adem�s, la infiltraci�n del G2 cubano gener� un estado de terror propio de un gulag en cada uno de los cuarteles. La desconfianza sobre el compa�ero hace muy dif�cil la confidencia de alg�n descontento. Cualquiera que pretenda alzar la voz es reportado de inmediato.

Acad�mico y con una vasta formaci�n, el general�simo conoce c�mo piensa cada uno de los soldados y altos mandos de la fuerza. Est� al corriente de sus preocupaciones y necesidades. Tambi�n sus debilidades. Es que el militar de 55 a�os ocup� todos los cargos de comando inherentes a los grados, un plus sobre otros de su misma generaci�n.

Pero adem�s, las armas est�n muy bien custodiadas. El acceso a ellas es casi imposible para alguien que quiera alzarse contra la dictadura. Desde que Ch�vez se hiciera con el control absoluto de la naci�n el armamento y las municiones s�lo se otorgan cuando alg�n suboficial est� de guardia. �C�mo alzarse sin armas? �C�mo alzarse sino es el jefe quien lo ordena? Padrino es quien tiene hoy el poder de distribuir las llaves de esos galpones atiborrados de fusiles.

Tanto �l, como el resto de sus mandos altos y medios tienen pleno conocimiento de que abril ser� clave, en cuanto a definiciones. A los vencimientos por bonos de la petrolera Citgo -la obsesi�n de Rusia- deber� sumarse el clima social, que para entonces podr�a estar a�n m�s deteriorado: la escasez de energ�a, de alimentos y remedios estar� en niveles dram�ticos. M�s teniendo en cuenta que Venezuela es un neto importador de v�veres y las divisas para poder comprarlos apenas si cabr�n en un esquel�tico bolsillo. Para peor: ese bolsillo ser� saqueado.

�C�mo har� el r�gimen para impedir una nueva implosi�n que incluso golpear� a quienes componen sus cuarteles? �C�mo har� Padrino para frenar a sus coroneles, capitanes y soldados?

M�s: generales est�n al tanto que de haber un remoto salvoconducto para Maduro, el mismo incluir� apenas a su c�rculo y a parte del poder central, entre quienes podr�a -o no- figurar el propio ministro de Defensa. El resto de los comandantes permanecer�a sin escudo en una Venezuela sedienta de justicia. La historia latinoamericana no ha sido piadosa con los uniformados del siglo XX. Tampoco lo ser� con los del Socialismo del XXI.

Los Estados Unidos conf�an, sin embargo, en que el Ej�rcito es la �nica instituci�n con la que se puede todav�a contar y que puede garantizar una transici�n medianamente ordenada hacia una democracia plena. Pese a la incontenible corrupci�n de los altos mandos, una l�nea se mantiene ajena a los cr�menes que cometieron sus superiores junto a los cubanos.

Guaid� necesitar� tiempo para separar la paja del trigo. En cambio, la Fuerza A�rea y la Marina parecieran no ser tan confiables. Se tienen pruebas de que los aviones de ambas armas resultaron de gran utilidad para las tropel�as de Maduro y Cabello. Y el mar habr�a sido demasiado calmo para las lanchas y las embarcaciones con carga blanca.

Como un jugador de ajedrez que anticipa movimientos, Padrino ya hizo el propio por desesperaci�n de su propia familia, sobre todo sus hijos Michell y Yarazetd. Intent� refugiarlos primero en Espa�a y luego en Costa Rica, donde se encendieron las alarmas y cerraron sus puertas. Hoy estar�an viviendo en Madrid. Pero los tiempos se acortaron. Ning�n pa�s se comprometer�a a darle refugio a aquellos que cometieron delitos contra la humanidad en Venezuela. Ni a ellos ni a sus familias. Much�simo menos cuidar de su dinero.

"La ventana est� cerr�ndose", dijo hace unos d�as John Bolton, asesor de la Casa Blanca para Asuntos de Seguridad Nacional. Padrino lo sabe. Sus subordinados, tambi�n.

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