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Cómo utilizar el impulso positivo de la esperanza en la vida cotidiana




13/05/2019 - 15:20:21
Infobae.- Cuando Martin Luther King sobrecogi� al mundo con su famoso discurso "Tengo un sue�o", no estaba dando informaci�n meramente intelectual sobre sus proyectos futuros. En una sociedad que todav�a no aceptaba la igualdad racial, y contra la l�gica de la �poca, Martin Luther King so�� un mundo que cre�a posible. �Qu� lo movilizaba? La esperanza.

La esperanza es un sentimiento que casi siempre estuvo limitado a la esfera religiosa y parec�a una experiencia reservada a las personas de fe; en el marco de la fe, la esperanza es considerada una virtud y se focaliza en el anhelo de una vida eterna m�s all� de esta existencia terrena, en la que se gozar� de la presencia de Dios.

M�s cerca de nosotros, el Diccionario de la lengua espa�ola, de la Real Academia Espa�ola, la define como "el estado de �nimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos". Esta representaci�n de lo deseado como posible es el motor que mueve a l�deres, hombres y mujeres de fe y a millones de personas que, a�n sin sentimientos religiosos, encuentran en el fondo de s� mismas una fuerza trascendente que las impulsa a crear y a so�ar cada d�a, a veces en contra de la raz�n y frente a las situaciones m�s adversas.


Una experiencia contagiosa

Todos los grandes l�deres y aut�nticos transformadores no s�lo experimentaron la esperanza como una filosof�a de vida, sino que supieron inculc�rsela a otros. El psic�logo cl�nico C. R. Snyder lo describe con claridad: "Es estimulante encontrar personas altamente esperanzadas �dice�. La forma en que piensan acerca de la vida es infecciosa. Dejan estelas de energ�a y sentimientos positivos donde quiera que vayan".

Este poder "contagioso" de la esperanza puede observarse en los l�deres m�s destacados de la historia: Nelson Mandela, luchando contra las injusticias del apartheid; la Madre Teresa, convirtiendo en esperanza (aunque m�s no sea la de morir con dignidad) la desesperaci�n de millones de seres humanos en la India; Muhammad Yunus, creando un sistema econ�mico revolucionario, el de los microcr�ditos, confiando s�lo en la palabra de los m�s pobres y en la fuerza de las ilusiones de estos para salir de la miseria; o el propio Martin Luther King, con su sue�o de unidad, que lo sobrevivi� m�s all� de su muerte temprana.

Es lo que le hizo decir al doctor Rieux, el personaje central de La peste, la novela de Albert Camus, que representa con una alegor�a los horrores de la Segunda Guerra Mundial: "Hay en los hombres m�s cosas dignas de admiraci�n que de desprecio". Y es, tambi�n lo que llev� a Anna Frank a escribir un diario en el que so�aba con un futuro sin guerra, en el cual pudiera ser periodista.

Pero �c�mo utilizar este impulso positivo de la esperanza en la vida cotidiana, cuando uno no es un gran l�der y s�lo quiere buscar formas de vivir mejor y cultivar diversos aspectos de la propia persona?

La terapia de la fe

Jennifer Cheavens, investigadora de la Ohio State University, est� desarrollando una nueva modalidad de terapia, llamada hope therapy (terapia de la esperanza), basada en el poder transformador de este sentimiento. "La terapia de la esperanza �se�ala Cheavens� busca acrecentar las fortalezas que tienen las personas, o les ense�a c�mo desarrollar esos puntos fuertes. No se centra en lo que est� mal, sino en c�mo las personas pueden desarrollar su potencial".

Cheavens llev� a cabo un estudio en el que 32 personas participaron de horas semanales de terapia de la esperanza, durante ocho semanas, y fueron controladas antes y despu�s de la experiencia, y comparadas con un grupo de control que no hab�a recibido las sesiones de terapia.
Nada como la propia fuerza de voluntad para encender el motor que

La investigadora encontr� que quienes participaron de las sesiones de terapia manifestaban cambios significativos (positivos) en su autoestima y en su idea del sentido de la vida; adem�s, mostraban menores niveles de ansiedad e, incluso, disminuci�n de s�ntomas asociados a la depresi�n.

Este tipo de terapia representa un giro de 180 grados con respecto a la terapia tradicional, m�s centrada en aquello que est� mal y debe ser cambiado; incluso en la mirada que vuelve casi siempre
al pasado. La terapia de la esperanza brinda herramientas transformadoras aqu� y ahora, y mejores expectativas para afrontar el futuro.

Personas esperanzadas

�Qu� caracteriza a las personas que tienen un fuerte sentimiento de esperanza?

Jennifer Cheavens se�al� algunos:
-Tener objetivos.

-Inspiraci�n para concretarlos.

-Habilidades para llevarlos a cabo.

-Pensamiento autoestimulante: las personas con esperanza se alientan a s�
mismas constantemente.

Cheavens destac� la diferencia entre optimismo y entusiasmo. El optimismo
es el sentimiento de que algo bueno suceder�, no importa c�mo ni cu�ndo; la esperanza involucra un compromiso personal: "Si sent�s que sab�s c�mo obtener lo que quer�s de la vida y ten�s el deseo de hacer que eso suceda, eso es esperanza", afirm� la especialista.

Como dato adicional, Cheavens cree que la esperanza puede ense�arse. Ayudar a las personas a trazarse objetivos y a buscar en su interior las formas de cumplir con aquello que sue�an es el aprendizaje de vida que propone esta nueva terapia.

La propuesta que brinda la esperanza como filosof�a de vida, si quer�s adoptarla, es que los sue�os son posibles si est�s dispuesto a comprometerte y a trabajar por ellos. En el poder transformador de la esperanza encontrar�s motivaci�n, energ�a y sentido para ver lo posible, incluso, cuando est� escondido detr�s de las nubes grises de las dificultades. �Contagiate vos tambi�n de la inspiraci�n que ofrece la esperanza!

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