El día que los militares venezolanos tuvieron terror de leer
17/05/2019 - 10:59:02
Infobae.- Carlos Julio Rojas es un periodista m�s reconocido por ser dirigente vecinal del centro de Caracas y coordinador de la asociaci�n Asamblea de Ciudadanos de La Candelaria. Fue uno de los dirigentes que estuvo al frente de una de las movilizaciones que pretend�a entregarle a los militares una proclama, en cada uno de los cuarteles del pa�s, a solicitud del presidente de la Asamblea Nacional y l�der opositor, Juan Guaid� M�rquez.
Con la intenci�n de que los militares venezolanos se sit�en del "lado de la Constituci�n y del pueblo", en el marco de la Operaci�n Libertad, de cada rinc�n del pa�s donde hay una instalaci�n militar, miles de personas se prepararon a marchar para entregar el escrito de manera pac�fica a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. La imagen que m�s se repiti� ese 4 de mayo 2019 fue a los militares neg�ndose a recibir el documento y en muchos casos recibirlo e inmediatamente quemarlo sin leerlo.
Esa imagen es dantesca en un pa�s cuya revoluci�n ha pregonado hasta el cansancio "pueblo y Ej�rcito". �Qu� tan peligroso contiene el documento que busca apelar a la consciencia de los uniformados que no pod�a ser ni siquiera le�do, m�s a�n que un n�mero de militares, con sus largas armas al hombro, le tuvieran tanto miedo a un grupo de civiles desarmados con un documento en mano?
Carlos Julio Rojas cuenta esa experiencia que vivi� como l�der vecinal, pero con la mirada del periodista. Es importante decir que Rojas fue el primer periodista detenido en una c�rcel militar en Venezuela, a�n cuando es civil.
Un tribunal Militar le imput� delitos como traici�n a la patria, sustracci�n de efectos pertenecientes a la Fuerza Armada Nacional y rebeli�n, por reclamar los derechos de sus vecinos. Permaneci� 49 d�as privado de libertad hasta el 24 de agosto de 2017.
Narra que cuando quisieron entregar la proclama a los militares sinti� "que ellos ten�an miedo. Sent� que tem�an que cualquier mirada hacia nosotros fuera considerada un acto de traici�n y hasta terminaran presos por eso. Cuando estuve en la c�rcel militar de Ramo Verde vi a muchos j�venes capitanes, tenientes y sargentos que terminaron all� presos solo por un mensaje de WhatsApp, por ejemplo".
Al compartir con militares detenidos, tambi�n le permiti� conocerlos en su parte m�s vulnerable, sin uniforme y sin armas. Y eso le permite la sensibilidad para acercarse a ellos el d�a de la entrega de la proclama con seguridad.
"Not� un proceso de aceptaci�n, por parte de la Polic�a Nacional y de algunos militares, que se encontraban ah�. Unos tenientes se acercaron hasta la puerta del port�n que est� afuera, pero de inmediato lleg� otro oficial de mayor rango y los llam� para que se quedaran en la otra puerta", destaca Rojas en clara demostraci�n del temor por parte de los superiores a que un subalterno leyera la "peligrosa proclama de libertad y solidaridad".
La explicaci�n es que los militares, como lo polic�as, est�n sufriendo el mismo proceso que el resto de la sociedad civil. "Hay hambre, hay dolor en ellos. Los de m�s alto grado y cargo s� est�n m�s comprometidos, pero el resto no".
Rojas hab�a convocado a su comunidad a concentrarse frente al Sambil nuevo, como los caraque�os llaman a un moderno Centro Comercial sin estrenar que fue expropiado por el Gobierno hace a�os en el sector La Candelaria, en el centro de Caracas. "Nos fuimos separados, con acompa�amiento de los medios de comunicaci�n".
Se dirigieron hasta la Comandancia de la Armada Bolivariana que est� a unas cuadras del Sambil nuevo. "Cuando llegamos a la entrada, algunos militares se disponen a acercarse porque al principio la polic�a nos dice que s�, que nos van a recibir el documento. Nos prometieron que primero pasar�amos una comisi�n de cuatro personas a las instalaciones de la Armada, y nosotros aceptamos. Pero en cinco minutos cambi� el discurso y nos dijeron que no nos iban a recibir el documento", comenta Rojas.
Si en un grupo peque�o hubo contradicciones y contra orden, se evidencia la situaci�n al interior de los cuarteles. Pero m�s importante a�n es que �l destaca que sinti� miedo en los uniformados. "Te puedo comentar que ese d�a en que nos propusimos entregar el documento a los militares, algunos funcionarios de la Polic�a Nacional estaban muy hostiles pero otros comisarios estaban m�s tolerantes e incluso nos dejaron llegar a la Comandancia de la Armada. Hay fracturas internas entre ellos".
Rojas considera que el sentimiento m�s aterrador en un militar es el miedo. Aquellos hombres con limpios y bien planchados uniformes, cuidadosamente peinados y afeitados, armados y entrenados, tuvieron terror de leer y que sus subalternos leyeran un llamado de libertad porque quiz� eso har�a vacilar los d�biles argumentos que les quedan en defensa de la revoluci�n bolivariana.
