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Adiós a las armas: El largo camino de exguerrilleros de la FARC en su regreso a la vida civil de Colombia




21/05/2019 - 19:40:37
RT.- Se escucharon dos disparos, r�pidamente seguidos de otros dos. Jason Moncada, de 14 a�os, se tir� al suelo aquel d�a de 2004 cuando se dirig�a a su escuela; un suelo de tierra resecada, como la mayor�a de los caminos que conformaban la zona rural del Meta, una de las 32 localidades de Colombia. Jason divisaba con claridad �se encontraba justo en el medio�, el enfrentamiento armado que suced�a repentinamente frente a sus ojos. Desde arriba, en las extensas colinas que encerraban a la regi�n, estaban los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el mayor grupo armado del pa�s y con una ideolog�a marxista-leninista. Por debajo, y delante suyo, facciones paramilitares, creadas por fuera del Estado para contrarrestar a la izquierda armada. Reconoci� las armas de estos �ltimos: una AK- 47, fusil de calibre 23. Tambi�n otras ametralladoras. En ese instante, mientras la balacera aumentaba y cubr�a su cabeza con ambas manos, se acord� del consejo de sus padres y maestros: "No corras. Si no hay un lugar d�nde esconderse, qu�date en el suelo hasta que termine la confrontaci�n".

Aquel d�a, Jason Moncada, despu�s de permanecer media hora boca abajo, volvi� a su casa sin asistir a clases. Desde entonces, los enfrentamientos se hab�an vuelto una constante en Vista Hermosa, la zona donde viv�a con su familia en el Meta: tiroteos de camino a la escuela, en las inmediaciones del colegio, en la esquina de su casa. El alarmante escenario llev� a que sus padres tomaran medidas de seguridad para su hijo y sus cuatro hermanos: les prohibieron volver a las aulas. "Se quedan en la casa", atinaba a decirles su madre cada vez que ped�an volver. No m�s f�tbol con sus compa�eros en los recreos ni m�s ense�anzas sobre Ciencias Naturales, su asignatura preferida.

Pero lo que m�s enardeci� a Jason no fue el abandono escolar, sino la presencia, cada vez m�s frecuente, de paramilitares. Los ve�a merodear por su barrio, amedrentando a distintos vecinos y armados hasta los dientes. Una tarde del 2005, cuando sali� de su vivienda a buscar le�a para cocinar, fue acorralado por un grupo. Lo llevaron, a punta de pistola ─una AK-47─, a lo profundo de los suburbios. En el camino lo insultaban, lo amenazaban de muerte y le repet�an una y otra vez que pertenec�a a las FARC. "Usted es un informante", afirmaban los paramilitares. Tras un violento interrogatorio, que incluy� golpes y ahogamientos en un lago cercano, lo liberaron. Aquel d�a, el adolescente de 15 a�os tom� una decisi�n dr�stica: se unir�a a las FARC por ocho a�os y a la guerra civil m�s extensa en la historia de Am�rica Latina.

Desde que, en 2016, el expresidente de Colombia, Juan Manuel Santos, firmara el acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ej�rcito del Pueblo (FARC-EP) �decreto que oficialmente puso fin al conflicto armado que dur� 52 a�os�, los 7.800 miembros que alcanz� la organizaci�n a lo largo de todo el pa�s comenzaron un nuevo camino: su reintegraci�n a la vida civil.

En 2017, las FARC iniciaron un proceso de despojo material. Entregaron, bajo supervisi�n de la ONU, las armas de la guerrilla para su fundici�n y, adem�s, declararon en su posesi�n 241.560 hect�reas de inmuebles, entre otros bienes, que otorgaron al Gobierno, y cuyo valor ascend�a a 963.241 millones de pesos (unos 322 millones de d�lares).

En el mismo a�o, la organizaci�n pas� a conformarse como un partido pol�tico legal �Fuerza Alternativa Revolucionaria del Com�n�, con participaci�n dentro del Congreso, obteniendo cinco bancas de diputados y senadores en las �ltimas elecciones del pa�s sudamericano.
Del fusil en la selva al sue�o de la Universidad

La voz de Jason Moncada, hoy de 29 a�os, llega di�fana desde Bogot�, capital de Colombia. Vive all� junto a su primer hijo y su pareja, luego de permanecer ocho a�os asentado en la guerrilla, viajando a las profundidades de la selva colombiana, y despu�s de pasar otros cuatro a�os detenido en una prisi�n estatal, cuando fuerzas del Gobierno lo capturaron en 2012. Tras el tratado de paz en 2016, y por el cual fue liberado, Moncada logr� finalizar los estudios secundarios que hab�a abandonado en su adolescencia, a trav�s de un programa educativo creado para que los excombatientes puedan comenzar a reinsertarse en la vida civil de su pa�s. Su camino desde entonces, admite, "no fue f�cil" porque, para muchos, las FARC eran la �nica opci�n que les quedaba.

"Cuando llegu� la primera vez al campamento en el Meta, hab�a muchos j�venes que, al igual que yo, terminaron all� por una necesidad. Miraban la guerrilla como una opci�n de defensa o una forma de sentirse mejor amparados. Por la violencia que se hab�a desatado, ninguno de nosotros pudo continuar con sus estudios, como quiz�s s� ocurr�a en otros puntos de zonas m�s pac�ficas. Esa falta de oportunidades es lo que hace que muchos se alisten. Y cuando uno entra, la verdad, se enamora. Es una nueva vida que usted va a comenzar. Es dif�cil, claro, pero la ejemplaridad que hay all�, el afecto, la hermandad, la fraternidad y todo este mont�n de cosas que a uno lo hacen como enamorarse m�s y decir "este era el camino que yo buscaba". No es el mejor, pero no hab�a otra alternativa", detalla Moncada en di�logo con RT.

En 2016, Moncada fue convocado a participar en la Fundaci�n Fucepaz (Fundaci�n Colombiana de Ex combatientes y Promotores de Paz), organizaci�n creada por exintegrantes de la guerrilla y amparada por el Estado, que tiene como objetivo final la reinserci�n. A trav�s de un programa educativo, el joven accedi� a la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) para finalizar sus estudios de bachiller. En 2017, Jason obtuvo su titulaci�n, junto con otros 733 exguerrilleros que se graduaron desde que comenz� la iniciativa en 2014.

"La experiencia de graduarme en el programa de la UNAD fue incre�ble. Aunque por mi conocimiento pude hacer un a�o acelerado y terminar antes que otros, la integraci�n con que los profesores abordan a los estudiantes es muy buena. No solo asist�amos a clase, sino que los maestros tambi�n se acercaban a algunas zonas de dif�cil acceso para que todos pudieran participar y no quedar afuera. Tengo la esperanza de ingresar a la universidad para seguir la carrera de Ciencias Ambientales. Desde peque�o me gusta mucho la fauna y la naturaleza. En mi tiempo con la FARC aprend� mucho en la selva. Aunque a�n no existe un programa para comenzar la universidad (en Colombia no hay educaci�n superior gratuita), espero poder aplicar a alguna beca. Tras la vida que tuve, quiero progresar. Uno invirti� mucho tiempo en la guerrilla", finaliza Moncada.

Areliz Perez Orejuela tiene 40 a�os y actualmente vive en Bogot�. A la edad de los 15, en la misma regi�n del Meta, decidi� unirse a las FARC, luego de ser desplazada violentamente por grupos paramilitares de San Jos� de la Isla, el pueblo donde se cri� junto a su familia. El d�a que lleg� por primera vez al campamento donde permaneci� durante 20 a�os, hasta que fue capturada por el Gobierno en 2015, supo que aquel era su "lugar en el mundo".

"Desde muy peque�a anhelaba con unirme. Pero deb�a esperar hasta los 15, que es la edad permitida. Y fue, principalmente, porque los grupos paramilitares me desplazaron con mi familia. Ah� comenz� mi sue�o de ser guerrillera y formar parte de la organizaci�n. Pero, que no se malentienda, uno no ingresa solo a disparar un arma. As� como ten�a entrenamiento militar, tambi�n ten�a cursos pol�ticos en donde le ense�an a uno cu�l es el origen de nuestra historia, de d�nde venimos y hacia d�nde vamos, qu� es lo que queremos y por qu� estamos aqu�. Entonces uno empieza a ir creciendo pol�ticamente. O sea, es ir entendiendo todo: las causas que iniciaron la lucha armada", explica Orejuela .

En 2016, cuando fue liberada, Areliz se acerc� a Fucepaz para iniciar su regreso a la vida civil y, tambi�n, finalizar sus estudios. Admite que lo que m�s le cost� no fue dejar el fusil con el que dorm�a en la selva por las noches, sino volver a hacer una fila para obtener un turno m�dico.

"La adaptaci�n nos cost� �cuenta Areliz� no tanto porque uno deje las armas, sino por el tiempo que uno ha estado insertado en otra din�mica, llevando las cosas de otra manera. Por ejemplo, en Fucepaz nos ense�aron muchas cosas que hasta ahorita nosotros nunca lo hab�amos vivido. Por ejemplo: ir a hacer una fila para sacar una cita m�dica. Nosotros nunca pasamos por eso. Es decir, a los 40 a�os, nunca hab�a hecho una fila para pagar el recibo de alguna cuenta o tomar el transporte p�blico en la ciudad. Junto con otros excombatientes, luego de la firma del tratado de paz, comenzamos a vivir en un hotel de Bogot� y los maestros se acercaban hasta ah� para darnos la clase. En 2017 termin� el bachiller y ahora me gustar�a ingresar a la Universidad para continuar la carrera de psicolog�a".

Del combate armado al mundial de Rafting en Australia

No solo los programas educativos para exintegrantes de la FARC funcionan en Colombia. El deporte tambi�n es un disparador colectivo que impulsa a la integraci�n en la sociedad.

El jueves 11 de mayo, cinco excombatientes viajaron a Australia para participar del Mundial de Rafting, invitados por la Federaci�n Internacional del deporte acu�tico.

Los exguerrilleros, provenientes de la ciudad de San Vicente del Cagu�n, en Caquet�, �una de las zonas m�s violentas durante el conflicto armado�, fueron capacitados como gu�as de rafting, a trav�s del Espacio Territorial de Capacitaci�n y Reincorporaci�n (ETCR), un programa similar a la UNAD cuyo objetivo apunta a la reinserci�n civil.

El deporte, que consiste en el desplazamiento de un bote con la ayuda de remos sobre la corriente de un r�o en descenso, es popular en la zona donde est� el ETCR, debido a que est� atravesada por dos extensas cuencas fluviales: Cagu�n y Yari.

Bajo el lema "Remando por la Paz", el equipo, que cuenta con otros tres miembros ajenos a la organizaci�n armada, reuni� los fondos necesarios para financiar su participaci�n en Ocean�a con un emprendimiento dedicado al turismo aventura, que ofrecen clases de rafting en los r�os de su ciudad, adem�s de diversos aportes privados.
Agencia para la Reincorporaci�n y Normalizaci�n

La Agencia para la Reincorporaci�n y la Normalizaci�n (ARN), antes Agencia Colombiana para la Reintegraci�n, se cre� en 2011 como una unidad estatal encargada de fortalecer la implementaci�n de la pol�tica para el retorno de actores del conflicto armado a la vida civil.

Desde el organismo impulsaron el programa educativo de la Universidad Abierta y a Distancia y, seg�n sus cifras, m�s de 5.879 excombatientes de las Farc-Ep ingresaron para terminar sus estudios.

Guadalupe Guerrero, asesora legal de los programas de la ARN, admite que el reto m�s dif�cil que la agencia debi� superar, luego de los acuerdos de paz en La Habana, fue la generaci�n de confianza con los excombatientes.

"Era un grupo masivo que, desde sus inicios, estaba en contra del Estado colombiano y, con el tiempo, de nuestro organismo. No cre�a en �l. Llevamos un tiempo arduo trabajando junto a ellos, pero reconoc�amos ciertas distancias. Es por eso que comenzamos a incorporar a exintegrantes de FARC para trabajar en la agencia, con el objetivo de ampliar las relaciones y comprender mejor el terreno de trabajo", explica Guerrero.

La funcionaria tambi�n reconoce que, en sus inicios, la ARN mantuvo un programa "asistencial" que fue corrigiendo.

"El programa de reintegraci�n sol�a ser por solo dos a�os y tend�a a resultar como meramente asistencialista. Lo ampliamos a un proceso integral, comprendiendo todas las dificultados que trae una persona que viene de la guerrilla. Hoy trabajamos a trav�s de ocho dimensiones, entre las que se destacan: la salud, la cuesti�n familiar, educativa, econ�mica, de seguridad y personal. A partir de identificar las debilidades, emprendemos el proceso de reinserci�n", detalla la asesora legal.

Respecto del programa educativo, Guerrero asegura que apunta a una alfabetizaci�n en donde los profesores se acercan a los ingresantes: "Creamos el proyecto "Maestro Itinerante", cuyo objetivo es llegar a las poblaciones que se encuentran en zonas perif�ricas del pa�s, con dif�cil acceso, en donde tambi�n se detectan estos grupos. Adem�s, contamos con una oferta educativa rural, destinada a las poblaciones que viven de la tierra y mantienen otras dificultades", finaliza la funcionaria.

Violencia en un contexto de paz

Aunque la firma del acuerdo entre el Gobierno y las FARC implicaba el cese de la violencia pol�tica en el pa�s sudamericano, los ataques contra exmiembros contin�an. La semana pasada trascendi� el asesinato del primer excomandante del extinto grupo insurgente, conocido como Wilson Saavedra, quien hab�a participado en la r�brica de la paz en 2016 y se acogi� a su proceso de reinserci�n a la vida civil.

Saavedra fue ejectuado a tiros por dos sujetos que viajaban en moto en el municipio de Tulu�, en el Valle del Cauca (oeste del pa�s), cuando dirig�a a comprar una torta de cumplea�os para su hijo. Con su muerte, suman 131 los excombatientes de la guerrilla asesinados, seg�n un recuento de Semana.

El Centro de Investigaci�n y Educaci�n Popular (CINEP), una ONG de Colombia dedicada a las defensa de los derechos humanos, dio a conocer recientemente las cifras sobre la violencia pol�tica en el pa�s, y detall� que, durante el 2018, se registraron 648 muertes por esta causa.

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