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Qué es una killer app y cómo la primera de la historia disparó una revolución




25/05/2019 - 09:40:58
BBC.- En 1978, un estudiante de la Escuela de Negocios de Harvard llamado Dan Bricklin estaba sentado en un sal�n de clases, observando a su profesor de contabilidad rellenar filas y columnas en la pizarra.

Cada vez que el profesor cambiaba una cifra, ten�a que reformar la cuadr�cula hacia abajo y los lados en el tablero, borrando y reescribiendo otros n�meros para hacer que todos los resultados estuvieran correctos.

Eso era lo que hac�an tambi�n los empleados de contabilidad de todo el mundo todos los d�as en las hojas de c�lculo de sus libros de contabilidad.

Era un trabajo aburrido y repetitivo.

Las hojas de c�lculo ten�an una extensi�n de dos p�ginas en el pliegue abierto del libro de contabilidad.


Las hojas de c�lculo maestras resum�an y registraban los resultados de hojas de c�lculo independientes, consolid�ndolos.

Cambiar cualquiera de los datos en esa cadena resultaba en horas de trabajo con un l�piz, borrador y una calculadora.


Como muchos estudiantes de escuelas de negocios, Bricklin hab�a tenido un empleo antes de ir a la universidad: hab�a trabajado como programador en Wang y DEC, dos grandes firmas de computaci�n de los a�os 70.

�Por qu� demonios hacen esto en una pizarra o en un libro de papel, se pregunt�, cuando pueden hacerlo en una computadora?

As� que escribi� un programa para la nueva computadora personal Apple II: una hoja de c�lculo electr�nica.

Su amigo Bob Frankston lo ayud� a afinar el software y, el 17 de octubre de 1979, VisiCalc sali� a la venta.

Casi de la noche a la ma�ana, fue una sensaci�n.


Otros programas financieros y contables hab�an existido por mucho tiempo, pero VisiCalc fue el primero con la interfaz moderna de hoja de c�lculo.

Se le considera como la primera "killer app", que literalmente se traduce como "aplicaci�n asesina", y denomina a un programa de software tan esencial que comprar�as una computadora para poder usarla.

Como se�ala Bricklin en su sitio web, Steve Jobs reconoci� m�s tarde que VisiCalc hab�a "impulsado a Apple II al �xito que logr�".

En pocos a�os, muchos contadores y due�os de negocios dividieron su experiencia profesional en dos per�odos: antes y despu�s del advenimiento de la hoja de c�lculo electr�nica.


Como era de esperar, no pas� mucho tiempo antes de que VisiCalc tuviera un nuevo y poderoso rival: Lotus 1-2-3.

En 1988, el diario New York Times inform� que Lotus hab�a dominado el mercado de hojas de c�lculo durante 5 a�os, luego de haber destronado a VisiCalc "cuya participaci�n dominante en el mercado de las computadoras personales parec�a invencible".

El New York Times tambi�n describi� a otros retadores reci�n llegados, incluyendo un programa llamado Microsoft Excel.

Pero la verdadera lecci�n de la hoja de c�lculo no es acerca del vaiv�n de los monopolios, sino sobre c�mo la tecnolog�a cambia las cosas.
Una revoluci�n

Es un clich� aquello de que los robots nos van a robar nuestros trabajos. Pero la historia nunca es tan simple, como lo demuestra precisamente la hoja de c�lculo digital.

Y es que si el concepto de un contador robot significa algo, seguramente significa VisiCalc o Excel.


Estos programas dejaron sin trabajo a cientos de miles de empleados de contabilidad.

Es cierto que VisiCalc fue revolucionario. Es cierto que era m�s eficiente que un humano.

Seg�n el podcast Planet Money de NPR, la emisora p�blica nacional de EE.UU., s�lo en ese pa�s hay 400.000 empleados contables menos que en 1980, el primer a�o completo en que VisiCalc sali� a la venta.

Pero Planet Money tambi�n descubri� que hab�a 600.000 empleos m�s para contadores.

Despu�s de todo, hacer cuentas se volvi� m�s barato, m�s vers�til y m�s poderoso, as� que la demanda aument�.

El punto no es realmente si 600.000 es m�s de 400.000: a veces la automatizaci�n crea puestos de trabajo y, a veces los destruye.

El punto es que la automatizaci�n transforma el mundo del trabajo de una manera mucho m�s sutil que "un robot tom� mi trabajo".

En la era de la hoja de c�lculo electr�nica, las partes repetitivas y rutinarias de la contabilidad desaparecieron. Lo que permaneci�, y de hecho floreci�, es lo que requiere m�s criterio, m�s habilidades humanas.

La hoja de c�lculo electr�nica cre� industrias completamente nuevas.

Hay innumerables trabajos en las altas finanzas que dependen de explorar diferentes escenarios num�ricos: ajustar los n�meros y observar c�mo las columnas se ajustan autom�ticamente.

Estos trabajos apenas exist�an antes de la hoja de c�lculo electr�nica.
En todo tipo de sectores

Otro ejemplo es la Unidad Jennifer, un auricular que dirige a los recolectores de productos en grandes almacenes impartiendo instrucciones que han sido divididas en pasos a prueba de idiotas.

La Unidad Jennifer despoja a esa tarea no especializada de su �ltimo elemento ligeramente interesante.


La hoja de c�lculo funciona a la inversa: elimina las tareas m�s aburridas de un trabajo intelectualmente exigente.

Consideradas juntas, las dos tecnolog�as muestran que lo que la automatizaci�n elimina son los fragmentos f�cilmente automatizados, lo que permite a los humanos adaptarse al resto.

Eso puede hacer que el trabajo humano sea m�s interesante, o que destruya m�s el alma, todo depende.

En contabilidad, hizo los trabajos humanos m�s creativos.

Y lo que hizo la hoja de c�lculo electr�nica para la contabilidad y las finanzas es un presagio de lo que vendr� para otros trabajos de cuello blanco.


Los algoritmos pueden producir historias de rutina sobre informes de ganancias corporativas de forma m�s r�pida y econ�mica que los periodistas humanos.

Algunos maestros usan tutoriales en l�nea para para identificar d�nde est�n teniendo dificultades y as� ayudarlos a progresar.

Un m�dico a veces puede ser reemplazado por una aplicaci�n de diagn�stico.

La cirug�a rob�tica es cada vez m�s com�n y puede permitir una mayor precisi�n, flexibilidad y control que las t�cnicas convencionales.

Los bufetes de abogados utilizan "sistemas de ensamblaje de documentos" que le hacen preguntas a los clientes y luego redactan contratos legales personalizados.

Es f�cil concluir que esta tendencia se extender� a otros sectores.


Pero no debemos ignorar la otra advertencia que la hoja de c�lculo electr�nica tiene para ofrecer.

Podemos pensar que hemos delegado un trabajo de rutina a una computadora infalible, pero de hecho simplemente hemos adquirido una palanca con la cual magnificar el error humano a una escala dram�tica.

Un ejemplo es un caso en el que a los solicitantes que no obtuvieron un puesto de alto rango en la polic�a les les ofrecieron el cargo: eso sucedi� porque alguien clasific� una columna pero no la adyacente.

O cuando dos economistas destacados, Carmen Reinhart y el ex economista jefe del FMI, Ken Rogoff, pasaron la verg�enza de que un estudiante descubriera un error en una hoja de c�lculo en una publicaci�n econ�mica influyente.

Reinhart y Rogoff accidentalmente omitieron varios pa�ses porque olvidaron arrastrar el cuadro de selecci�n de f�rmulas cinco celdas m�s.

Si les pedimos a las computadoras que hagan lo incorrecto, lo har�n con la misma velocidad y eficiencia que lo correcto.

Esa es una lecci�n que parece que estamos condenados a seguir aprendiendo.

Tim Harford escribe la columna "Economista clandestino" en el diario brit�nico Financial Times. Este art�culo est� basado en la serie 50 Things That Made the Modern Economy del Servicio Mundial de la BBC. Haz clic para encontrar m�s informaci�n sobre las fuentes del programa y escuchar todos los episodios o suscribirte al podcast de la serie.

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