Domingo 30 de junio 2024

Un golpe de Estado sofocado en 3 horas con cambio del alto mando militar, deja un presidente llevado en hombros y un militar de carrera convertido en delincuente



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Como una historia mal contada o mal planificada es el golpe de Estado o fallido golpe, o como quieran llamarlo, el mismo que fue sofocado en 3 horas y solo con el cambio del Alto Mando Militar, hechos que se han convertido en burla en las redes sociales con memes que ponen a Zúñiga y Arce como conspiradores.

Lo cierto es que el Comandante del Ejército, el Gral. Juan José Zúñiga, quien luego de haber realizado polémicas declaraciones en un medio televisivo y amenazado con detener a Evo Morales si se postulaba como candidato, irrumpió en la plaza Murillo con tanquetas declarando que en horas más nombraría un nuevo gabinete ministerial.
 

Zúñiga golpeó en dos ocasiones la puerta principal de ingreso al Palacio de Gobierno con una tanqueta haciendo que sea el mismo presidente Luis Arce quien salga a ordenarle que se repliegue recibiendo como respuesta un no del comandante de Ejército.

Hasta ese momento, no se había disparado ni un solo tiro, ni los soldados a cargo de la seguridad de Palacio ni los policías a una cuadra de la plaza Murillo hicieron el mínimo intento de impedir la toma militar.
 

Todos estos curiosos hechos no pasaron inadvertidos para el común de la gente que se volcó a las redes sociales para expresar su burla por el primer golpe de Estado realizado sin que se haya pedido la renuncia del presidente, sin que los golpistas, después de haber abierto las puertas del palacio no hayan ingresado para tomar el poder. Muy por el contrario, en un acto que algunos considerarán heroico y otros ridículo, el presidente Luis Arce, junto a algunos ministros, salió a increpar al general golpista y a ordenarle que se repliegue, situación que pudo ser aprovechada por los militares para detener al presidente y tomar el poder si es que ese hubiera sido el propósito. Pero no, el presidente entró y salió de Palacio sin que nadie intentara detenerlo o poner en peligro su vida. Es más, el general golpista se refugió en una tanqueta a la cual el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, golpeó con las manos en reiteradas ocasiones y le decía al general que salga, ante la mirada de los soldados que tampoco hicieron nada para evitar se humille a su general tratado más tarde como delincuente por el mismo ministro.
 

El presidente Arce por su lado, en vez de llamar a los comandantes de las 3 fuerzas militares y de la Policía para sofocar el golpe de Estado, salió en las redes pidiendo ayuda a la gente a movilizarse en contra de lo que dijo era un golpe de Estado. Zúñiga, nadie sabe por qué, seguía refugiado en su tanqueta sin hacer ningún otro movimiento, mientras sus soldados se veían desconcertados ante lo que estaba sucediendo.

En todo ese interín que al final resultó ser un amago de golpe de Estado, el transporte público prácticamente desapareció en la ciudad de La Paz, los mercados y supermercados se saturaron con gente comprando todo lo que estaba a su alcance en todo el país. Los cajeros automáticos en la ciudad tenían inmensas colas de gente que esperaba su turno para sacar dinero ante el temor de que en los días siguientes todo esté paralizado.
 

Lo cierto es que todo este lío duró aproximadamente 3 horas, Zúñiga abandonó la plaza Murillo sin haber logrado su objetivo, que no se puede determinar cuál era, ya que tuvo los medios y la oportunidad para ingresar a Palacio y hacerse del control total, pero curiosamente no lo hizo. No se vio que otros militares de alto rango se sumaran a la intentona y tampoco se vio más soldados que los que llevó a la plaza Murillo. A las 8 de la noche, Zúñiga fue detenido haciendo declaraciones que fueron cortadas, cuando tuvo la oportunidad de convocar antes a la prensa y declarar con detalle sobre sus acciones.

En el breve contacto con la prensa antes de ser detenido y subido a un vehículo a la fuerza, alcanzó a decir que fue un autogolpe del presidente Luis Arce quien le dijo que su popularidad estaba muy baja y que había que hacer algo, a lo que Zúñiga preguntó si sacaba los blindados recibiendo como respuesta un sí rotundo. A la pregunta de si fue un autogolpe, desde dentro del vehículo dijo que sí.
 

Así fue que en cuestión de horas Zúñiga pasó de ser un respetado general y comandante de Ejército a un delincuente como lo llamó el ministro de Gobierno. Luis Arce fue subido en hombros de los sectores sociales afines al gobierno que lo felicitaban por haber desbaratado un golpe de Estado y haber defendido la democracia. Mientras que este militar de alto rango fue destituido del cargo y ahora será procesado y encarcelado por varios delitos.
 


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