Domingo 29 de septiembre 2024

Déficit fiscal y tipo de cambio



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Hacer las cosas fáciles o difíciles depende de la capacidad que tiene una administración para saber que hay problemas, porque de eso depende lo demás, conocer el problema es básico, si no lo entiendes, o ni siquiera asumes que tienes un problema, la solución no existe. Se comete un "error fundamental".

Un problema económico - social, en la medida que no se resuelve, crece, se complica y avanza. Esto es lo que sucede ahora en Bolivia. Está viviendo una crisis acumulada a lo largo de 16 años de manejo discrecional de sus ingresos, de sobregiro en sus gastos y de no haber resuelto la dependencia histórica de su modo de producción primario exportador.

En otras palabras, hace 71 años Bolivia continúa siendo un país, atrasado, dependiente y exportador de materias primas.

La dependencia no es sólo económica, es también cultural y política. Desde hace 71 años busca la manera de romper esa dependencia y tal parece no puede y quizás no quiere, como si una fuerza cósmica la retuviera en medio de sus Andes y sus llanos.

Bolivia confronta los inicios serios del retorno a la crisis económica de los años 80. Déficit fiscal acumulado, balanza comercial deficitaria, caída de Reservas Internacionales, desajuste cambiario e inflación aguda.

El diagnóstico actual pasa por lo descrito. No voy a repetir todo lo dicho sobre el derroche de miles de millones de dólares que pasaron por el gobierno de Evo Morales durante 15 años. Voy a concentrarme en la situación que estamos confrontando.

Tenemos una balanza cambiaria deficitaria de $us 17.200 millones acumulada desde el 2015, que tiene origen en la balanza comercial. Asimilar esto es básico. Pues la perdida de divisas tiene impacto directo en la pérdida de las Reservas Internacionales. $us 12.200 millones de salida neta de divisas que ocasionó $us 11.200 millones de pérdidas en las RI (2015-2022).

A esto debemos sumar el atraso cambiario y el gasto fiscal expansivo. Tenemos un atraso cambiario de 30%, es decir, el boliviano está apreciado respecto al dólar americano. Dólar barato en Bolivia, incentiva las importaciones, las que deben ser atendidas con las RI.

Esta apreciación del boliviano, tiene efectos sobre el nivel de precios, y se refleja en el resultado de la baja inflación. Bandera que levanta el gobierno para decir que la economía es estable.

Tenemos una inflación baja, porque tenemos un dólar barato que permite importar bienes y servicios legal y/o ilegalmente. Mantener un dólar barato tiene costo, y exige que los ingresos de divisas sean mayores a los egresos. Lo cual no depende de la economía nacional sino del mercado internacional.

Por eso las Reservas Internacionales disminuyeron de $us 15.500 millones a $us 3.500 millones en ocho años. Para resolver este daño, hay que tomar dos decisiones dolorosas pero necesarias.

Reducir el Gasto fiscal a la mitad y dejar que el tipo de cambio fije el mercado de divisas.

Esto termina con la crisis cambiaria, determina un nivel de precios real y reajusta la producción nacional. Tiene un costo social sin duda, porque termina con el Estado empleador, modifica los costos de producción junto con los salarios y obliga a dejar las nubes para pisar suelo.

El presidente Arce nos dice que la solución es aumentar el número de empresas públicas, entregar el Litio a una super explotación, como hicieron con el gas, seguir con la subvenciones a los combustibles, dejar el tipo de cambio fijo para fomentar el contrabando y esperar que todo esto tenga un resultado milagroso.

En economía no hay milagros, solo resultados, y, el fomento del gasto fiscal con un tipo de cambio fijo nos ha llevado a la situación actual.

En 1985 el presidente Víctor Paz Estensoro tuvo que aplicar medidas de shock y reencausar la economía por el camino de la racionalidad. Eso nos dio paso a 20 años de estabilidad, paz social y crecimiento económico.

Como entonces, la salida ahora, tiene un contenido político. El gobierno del MAS no es la solución, es el problema.