23/07/2016 - 19:28:57
LA HORA.COM.EC.- Cuenta la leyenda que en la copa de este coloso había una gran laguna y especies.
En la Amazonía ecuatoriana existe inigualable naturaleza, donde habitan algunas de las nacionalidades indígenas que han guardado muchas de sus costumbres ancestrales. Una de ellas son sus intrigantes y emocionantes leyendas, que para muchos lejos de ser fábulas, son realidad.




‘Cuentos y Leyendas de la Amazonía’ relata a continuación la historia de un árbol singular que otorga abundancia.





Reinaba la sequía


Hace muchos, pero muchísimos años, los gemelos indígenas Cuillor y Ducero fueron de visita al tambo de su amigo Mangla para solicitarle comida. La Amazonía estaba soportando una prolongada ausencia de lluvias y las chacras en su mayoría se habían arruinado.Cuando llegaron donde Mangla, este les brindó chicha de yuca y también de chonta. Durante el tiempo que duró la conversación entre ellos, los hermanos se dieron cuenta de que en una esquina de la casa estaban unas escamas de pescado, que por su tamaño hacían presumir cuan grande había sido el pez al que se las habían quitado. Entonces, le preguntaron a su amigo el lugar donde él pescaba y Mangla les indicó que fue en una cocha cercana (poza, laguna) y los invitó.

Cuando llegaron a la cocha, a pesar de que estuvieron varias horas tratando de capturar una pieza, no lograron nada. Los hermanos agarraron a su compañero y bajo amenaza de propinarle una descomunal paliza por mentiroso, lograron que les declare la verdad. Arrepentido de su embuste, Mangla les contó que por la Cordillera de los Guacamayos (a 15 minutos de el poblado de Cosanga en el camino hacia Tena) crecía un árbol tan grueso y gigantesco que en su copa albergaba una gran laguna poblada de una gran variedad de peces, aves y animales. Los hermanos siguieron presionándolo para que los lleve hasta el lugar exacto donde crecía el maravilloso árbol.










PROSPERIDAD. Al caer el árbol, muchos animales se salvaron y fueron testigos de un nuevo amanecer. (Foto: recreoviral.com)





En busca de la esperanza


Una vez que se pusieron de acuerdo, Mangla y los gemelos iniciaron la larga marcha. Avanzaron por senderos de animales, sortearon pantanos y se toparon con una impresionante boa de 15 metros de longitud que se encontraba dormida, tratando de digerir el venado adulto que le había servido de alimento. Manchones de caña guadua pintaban de amarillo y verde el paisaje ante sus ojos, el frío se fue haciendo gradualmente más intenso, de tal forma que les calaba los huesos y por fin en un extenso claro de la selva, llegaron al sitio donde se erguía el descomunal árbol.




Los gemelos y su acompañante ayunaron durante tres días con sus respectivas noches, con el propósito de descubrir la forma de derribar varias veces el milenario árbol. Tomaron una porción de la planta alucinante ayahuasca y nada malo vieron en su viaje hacia las fronteras de lo misterioso y lo sobrenatural. Cuando salieron del trance en que los sumió dicha sustancia, pidieron ayuda a los animales y los insectos para derribar el árbol: guatusas, ardillas, pájaros carpinteros, comejenes, abejorros y más trabajaron hasta el agotamiento, en largas jornadas de sol a sol; los turnos eran seguidos y sin periodos de descanso y al final el tronco fue limpiamente cortado, pero el gigantesco árbol no caía.






El gigante fue derribado


Un hermoso halcón que por allí pasaba se acercó a uno de los gemelos y le dijo al oído que el misterio no estaba abajo en el tronco, sino arriba en la copa. Luego de que pasó esta información, el ave se alejó raudamente lanzando al aire su grito de combate y dejando tras de sí una estela dorada. El gemelo ante esta revelación tomó una pócima de hojas y raíces y acompañándola de unas cuantas palabras mágicas quedó convertido en ardilla. Ágilmente trepó hasta la copa del gigantesco árbol y quedó gratamente sorprendido, ante la vista de una enorme y hermosa laguna de agua pura y cristalina con islotes llenos de animales y aves. En el centro de la laguna y del islote más grande, un colosal bejuco subía verticalmente hacia el infinito; él era la razón por la cual el árbol no caía. Inmediatamente la ardilla se lanzó al agua y nadando ágil y rápidamente llegó hasta el islote donde estaba el bejuco y con un gran esfuerzo lo cortó con sus afilados dientes.




El milenario árbol haciendo un ruido monstruoso cayó derribado al suelo, el agua de la gran laguna se esparció por doquier y los peces nadaron en los arroyos que se formaron buscando un cause permanente. Todas las especies de animales y aves que poblaban la laguna se refugiaron en la selva y el torrente de agua llegó hasta los ríos, volviéndolos más anchos y navegables. Los únicos que no pudieron disfrutar de esta nueva abundancia fueron Cuillor, Ducero y su amigo Mangla, pues murieron aplastados por unas enormes rocas negras que saltaron del fondo de la laguna, en el momento en que el coloso árbol al ser derribado impactó contra la tierra.


El dato


El árbol de la abundancia habría devuelto comida, agua y muchas cosas para que los habitantes subsistieran.