24/07/2016 - 11:14:21
EL DEBER.- No recuerda cómo es la luz del sol porque perdió la visión a los 15 meses de nacido a raíz de dos enfermedades que lo atacaron al mismo tiempo, alfombrilla y meningitis. Le causaron atrofia del nervio óptico, lo dejaron ciego. A los 45 años, no poder ver no ha sido una limitante para Jorge Ponce Coca que hace 18 años trabaja como centralista en empresas de radiotaxi de la ciudad y que, desde hace seis meses, es funcionario del radiomóvil El Trasnochador, en el barrio Guaracal.

“El que quiere puede” es su dicho y lo demuestra con un trabajo eficiente de 12 horas diarias despachando los 70 móviles a las direcciones de los clientes que requieren el servicio, además de atender los dos teléfonos y la radio.

Jorge es un eterno luchador porque las personas con discapacidad sean aceptadas en las oficinas y en cualquier tipo de trabajo, pues muchas son capacitadas. En su caso recibió instrucción en Aprecia donde aprendió a leer y escribir en Braille, por ello no se despega de su tabla o reglilla y de su punzón que hace de lápiz para perforar la cartulina.

La falta de visión no ha sido óbice para que halle una compañera. Desde hace 11 años comparte su vida con Celia Vargas, con quien tiene a su hija Mariana, de 10 años, a las que mantiene con su trabajo, lo cual lo llena de orgullo. Nunca fue un mantenido.

Habilidades
Con satisfacción habla de su constante preparación atlética lo que le permite estar en forma saludable y poder participar de la media maratón del Oriente, hoy convertida en una carrera, que organiza cada año el Círculo de Periodistas Deportivos de Santa Cruz.

Tiene su entrenador, Harry Bracamonte, que conoció en sus años de capacitación en Aprecia y es el que lo guía en los entrenamientos los lunes, miércoles y viernes en la pista de la Villa Olímpica.

Además, a Jorge le llena de orgullo su memoria y deducción como el saber los nombres de las calles y dónde están ubicadas, así como también recuerda que en una empresa en la que trabajó llegó a comandar a 120 vehículos a los que despachaba correctamente, al mismo tiempo atendía la radio con la que se comunicaba con los choferes y hasta cinco líneas telefónicas recibiendo los pedidos de los clientes.
“Por mi capacidad he dejado buena siembra y en mis anteriores trabajos me recuerdan y hasta me ofrecen volver. Por ahora estoy muy bien en El Trasnochador, porque con lo que gano me da para mantener a mi familia”, cuenta.

Ponce no es reticente a las nuevas tecnologías, pues está siendo capacitado en computación donde hay aplicaciones que hacen que los teclados tengan voz para guiar a las personas no videntes. Lo mismo sucede con los teléfonos celulares, de los cuales no está exento y también ha recibido clases en la Asociación Mutual de no videntes