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2024-04-17


Se va Dilma Rousseff pero la crisis queda: los desafíos del Brasil que viene


28/08/2016 - 10:54:58
Infobae.- El Senado brasileño comenzó el jueves la etapa final del impeachment contra Dilma Rousseff, suspendida desde el 12 de mayo. Ya hablaron los testigos de la defensa y de la parte acusatoria, que sostiene que la mandataria maquilló las cuentas públicas a través de mecanismos ilegales entre 2014 y 2015 para esconder el déficit fiscal.

También, como se esperaba, hubo lugar para los gritos, insultos y ataques entre los senadores del PT y del PMDB. El presidente del Supremo Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski, quien encabeza las sesiones, puso fin a las agitaciones tras llamar a un receso.

Este lunes comparecerá Rousseff ante los senadores para realizar su alegato de defensa. Se especula con la posibilidad de que el ex presidente Lula da Silva la acompañe. La cámara emitirá un veredicto entre el martes y el jueves. Si no pasa nada extraño, el PMDB y el PSDB reunirán los 54 votos (sobre un total de 81) que necesitan para condenarla. Dilma sería así destituida e inhabilitada para ocupar cargos electivos por ocho años.

Brasil después del impeachment

Son pocos los que creen que la crisis política está por concluir. Sólo se pasará a una nueva etapa, que tendrá sus diferencias con la anterior. La primera, que Dilma dejará de ser un actor protagónico.

"Creo que Rousseff desaparecerá de la escena política. Será apenas un retrato en la galería de presidentes. El PT acaba de declarar públicamente que no apoya su pedido de realizar un plebiscito para decidir la anticipación de las elecciones presidenciales. O sea que ni su partido está apostando a un retorno", dijo a Infobae Maria Hermínia Tavares, profesora de ciencia política de la Universidad de San Pablo.

Para Rodrigo Stumpf González, que enseña ciencia política en la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, su carrera está terminada. "Nunca participó de elecciones antes de ser presidente, y además no podrá ser elegida por ocho años. Tampoco era una militante histórica del PT. Probablemente va escribir sus memorias, volver a trabajar como economista y cuidar de los nietos", dijo en diálogo con Infobae.

Si todo sigue de acuerdo a lo previsto, Michel Temer, hoy presidente provisorio, será confirmado hasta el final del mandato, el 31 de diciembre de 2018. En estos más de dos años que le quedan tendrá la difícil tarea de revertir una situación económica y política muy delicada. De todos modos, la mayoría de los analistas cree que ahora tendrá algo más de tranquilidad que en los meses que duró su interinato.

"Temer se afirma como jefe del Poder Ejecutivo en el escenario político doméstico, lo que lo fortalece en los trámites con el Poder Judicial y con el Legislativo. Al quitarse de encima el impeachment, el gobierno se ve dotado de plenos poderes para representar a Brasil ante la comunidad internacional. Temer planea diversos viajes, al encuentro del G20 en China, a la Asamblea General de la ONU, a la cumbre de los BRICS en Nueva Delhi, y a la Cumbre Iberoamericana en Colombia", explicó Alberto Pfeifer, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de San Pablo, consultado por Infobae.

En el nuevo escenario, Temer tendrá mayores probabilidades de consolidar una buena base de sustentación en el Congreso. "Una coalición de centro liderada por el PMDB —continuó Pfeifer—, con apoyos importantes del PSDB y del DEM (Demócratas), se configura como el frente que va a conducir el gobierno y encaminar medidas correctivas del caos económico. En caso de que sea exitoso en su tarea, peleará por la designación del candidato presidencial del 2018″.

No será sencillo para Temer, que comenzó su gobierno con una aprobación de apenas 13 por ciento, según una encuesta de Ibope. El 39% de los brasileños sostenía en junio que su gestión era pésima. Luego de más de tres meses en el Planalto, sus números no mejoraron. La aceptación se mantiene en el mismo nivel y el rechazo subió dos puntos más, hasta el 41 por ciento. Cuesta creer que un mandatario que no fue elegido por el voto popular, y que pertenece a una casta política altamente sospechada de corrupción, pueda reponerse.

Lo único que tiene a favor es que las expectativas depositadas en él son bajísimas. "Si Temer fuera capaz de conducir y de señalar algún tipo de salida para la crisis económica —dijo Tavares—, habrá hecho más de lo que se espera de él. Es un gobierno de transición, que asume un país traumado y asustado, con una economía muy deteriorada. Nadie espera mucho de Temer. Es una ventaja para él".

La clave está, como tantas otras veces, en la economía, en que los profundos cambios que está proponiendo funcionen. "Al tener mandato hasta 2018 debe intentar hacer reformas que no podría proponer en elecciones porque no tendrían apoyo popular, como las laborales y de pensiones. Los recortes del presupuesto y de programas sociales creados por el PT pueden aumentar", afirmó Stumpf González.

No tendrá mucho tiempo para llevar adelante su plan. Sobre todo porque quienes son hoy sus aliados probablemente se conviertan en adversarios cuando se acerquen los comicios.

"El problema o virtud de la democracia occidental es que está invariablemente ligada al capitalismo occidental, y cualquier democracia que no garantice o comparta de algún modo esa visión está en riesgo. Afortunadamente para Temer él se acomoda mejor a ese modelo. Por otro lado, le están ayudando los números económicos recientes", dijo a Infobae Manuel Ángel Rodríguez Edeza, del Centro de Investigaciones sobre América Latina de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul.

Con la mira en las elecciones de 2018

Si fueran hoy, el candidato más votado sería Lula, con un magro 22% según la última encuesta de Datafolha. Con 17% aparece Marina Silva —tercera en los últimos comicios—, seguida por un 14% de Aécio Neves, el candidato del PSDB al que Dilma derrotó en segunda vuelta. El dato saliente es que el 18% votaría en blanco o nulo.

"El PT debe continuar con su versión de que hubo un golpe de Estado y presentar a Dilma y a Lula como víctimas de una conspiración de la derecha —dijo Stumpf González—, haciendo oposición a todas las propuestas de Temer en el Congreso. Lula probablemente empezará a prepararse para la próxima elección presidencial. Se presentará como el campeón de los pobres, en contra de las reformas de Temer. Si la situación económica mejora, el PMDB y el PSDB saldrán más fuertes. Si no, Lula tendrá grandes posibilidades".

Los rivales del PT saben que, a pesar de todo lo ocurrido, Lula sigue siendo la principal figura de la política brasileña. Por eso una de sus apuestas es al avance de las investigaciones de corrupción en su contra. Éstas podrían llegar en los próximos meses a un punto de no retorno. Pero si no se encontraran nuevas evidencias y todo se quedara en las sospechas, el dirigente paulista tendría motivos para ser optimista.

"Lula continúa teniendo influencia en su partido y entre los millones de brasileños cuya suerte cambió para mejor durante sus gobiernos. Pero no creo que pueda volver a ser lo que fue, ni que sea capaz de ejercer un liderazgo que renueve al PT, que deja el poder derrotado y con muchas cosas por explicar. Aún así es un partido grande, con gobernadores, prefectos, parlamentarios, sindicatos, movimientos sociales e intelectuales renombrados", sostuvo Tavares.

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