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2024-03-27
Bolivia


El populismo de izquierda solo subsiste en Bolivia


24/04/2017 - 08:05:20
EL DIA.- El auge de los gobiernos populistas de izquierda en América Latina, luego de 15 años de estar en el poder, desde el 2003 hasta la fecha, se va desmoronando día que pasa y sin atenuantes, dicen los expertos y analistas políticos. En ese contexto regional, Bolivia, donde todavía persiste una gran fortaleza política del gobierno de Evo Morales y su instrumento: el Movimiento Al Socialismo (MAS), se va quedando sola y en "franca caída", dado que cada vez el péndulo, sobre todo en la zona sudamericana tiende a moverse hacia la derecha.

"Con la nueva coyuntura económica en la región y el desgaste propio de los gobiernos de corte populista, podemos ver el fin de la época "progresista"que, sin embargo, puede tener todavía algunas continuidades, con algunos que pueden perpetuarse un tiempo más que los otros, siempre en una lenta pero inevitable caída", define Gaya Makarán, investigadora del Centro de Investigación Para América Latina y el Caribe (CIALC-UNAM), en contacto desde México con El Día.

Hacia la retirada. Henry Oporto, analista político y autor junto a otros expertos del libro recientemente presentado en La Paz: “Fin del populismo ¿qué se viene?”, señala que el populismo en Bolivia, caracterizado por el gobierno de Evo Morales, tuvo el sustento de una inusual época de bonanza económica, basada en los buenos precios internacionales de las materias primas, consistente en gas, minerales y productos agrícolas como la soya.

"El régimen populista, cuyo modelo de crecimiento se basó en la bonanza ya se encuentra agotado, debido a que las bases que sustentaron ya ha hecho crisis. Ahora que el superciclo de las materias primas pasó; todo indica que este periodo populista ya es insostenible", precisó.

En tanto, Francesco Zaratti, analista político y miembro de la edición de citado libro junto a Oporto, describe que simultáneamente a la caída de los precios, el populismo ha entrado en crisis, "no terminal pero irreversible". Señala que el populismo (de izquierda) ha sido relegado del poder en Argentina, Paraguay, Brasil y Perú; está sobrevivido con grandes desafíos en Ecuador y se resiste a morir en Venezuela reprimiendo a su pueblo.

En tanto argumenta que la situación de Bolivia es peculiar: “el régimen de Evo Morales está en franca decadencia, desgastado por la ineptitud y la corrupción, pero busca mantenerse en el poder apuntalándose en la figura del caudillo, a pesar de que el Referéndum del 21F 2016 ha rechazado la posibilidad de una tercera reelección”, enfatiza Zaratti.

Populismo de estos años. El populismo de los últimos 15 años en América Latina, por su incidencia y fuerte connotación de dominio en el escenario sociopolítico de la región ha sido directamente asociado a los gobiernos denominados progresistas de izquierda en virtud y semejanza al líder populista de Hugo Chávez.
Para Morgan Quero, investigador y experto en temas latinoamericanos de la Universidad Autónoma de México (UNAM), el ciclo de los gobiernos progresistas de corte populista, se acabó con la muerte del presidente Chávez en Venezuela. “Entonces ese ciclo tiene que ver con un liderazgo político y no tanto con lo económico”, puntualiza.

Además, el experto, destaca que el liderazgo político, iniciado en el 99 con Hugo Chávez, comparable al que hizo Bolívar en el siglo XVIII y XIX, que tuvo influencia en toda la zona norte de Sudamérica. De ese liderazgo político de Chávez, se desprendieron otros elementos en otros países de la región que tuvieron el impulso y apoyo decidido de Venezuela; al inicio de pequeños grupos políticos, que reclamaban mediante una coyuntura importante un regreso al poder del Kischnerismo en Argentina, Evo en Bolivia, Lula en Brasil y Correa en Ecuador. “Ese ciclo con la muerte de Chávez, concluye de manera gradual”.

Sin embargo, ese periodo insurgente de la izquierda latinoamericana, vista por los expertos como un fenómeno de populismo, tuvo sus rasgos con regímenes presidencialistas de América Latina, con características comunes: exaltación del líder carismático que moviliza a las masas y estas le dan autoridad para demostrar que solo hay una verdad; el líder interpreta y siente la voluntad del pueblo; la polarización de la sociedad; el desprecio de las instituciones representativas; la negación de la legitimidad de los oponentes; censura a los medios de comunicación.

“Esta epidemia de regímenes populistas ha contagiado a otros países, mediante el surgimiento de movimientos ideológicamente afines al populismo latinoamericano, como Podemos en España, Movimiento 5 Stelle en Italia y los nacionalistas de Francia, Austria y otros países. Incluso Donald Trump puede ser adscrito a ese grupo como populista de derecha”, argumenta Zaratti.

Un proceso sin cambio. Maristella Svampa, socióloga argentina, autora de libro “Debates latinoamericanos", señala que los gobiernos, indistintamente, de derecha, conservadores y progresistas a partir de 2003 asistieron a un cambio de época, ante la pérdida de eficacia política del neoliberalismo. "Esos movimientos efervescentes que habían subido al poder con pretensiones revolucionarias, al final sucumbieron al "consenso de las comodities" (la bonanza basada en los buenos precios de las materias primas) y resultaron siendo nada de lo que prometieron ser", precisa.

En cambio, Makarán señala que tendría mucho cuidado en admitir la existencia de un populismo de izquierda. "Para mí, los populismos siempre son de derecha, aunque se hablaría de diferentes tendencias en la derecha misma y diferentes fracciones de clase que representan estas corrientes. Más allá de los discursos que pueden utilizar la retórica de izquierda, justo para adueñarse de las luchas populares (populismo pretende controlar al pueblo y para esto maneja su lenguaje)".

Además, la investigadora de la UNAM, argumenta que tendríamos entonces las derechas neoliberales y aperturistas, pero también derechas tipo Trump, derechas nacionalistas, tipo peronista inspirados en el fascismo italiano, por ejemplo.

En perspectiva. El sociólogo y analista político, Vladimir Medina, a diferencia de otros expertos que vaticinan el fin de los gobiernos de izquierda y el populismo de esa línea en América Latina, señala que con el ascenso al poder en Ecuador de Lenín Moreno resurge un reposicionamiento de izquierda en ese país.
Sin embargo, señala que la situación es aún más compleja en Venezuela y Bolivia, donde la figura de sus propios caudillos y su pretensión de continuar en el poder, incluso más allá de que la misma constitución lo permiten, están acelerando su retirada.

"Hay que entender que las izquierdas latinoamericanas no se animaron y los que están tampoco lo hacen en dar pasos profundos de la apropiación de los medios de producción, la redistribución de la tierra. Al contrario, se han acomodado a los cánones de la derecha capitalista. Seguimos con esa lógica democrática del Estado nacional capitalista con tintes sociales", precisó.

Y Makarán cierra el análisis a citar que Evo Morales es un gobierno nacionalista, conservador, que no tiene nada de izquierda excepto una parte de su discurso. "Si puede sobrevivir en esta nueva etapa, aún hubiera esa posibilidad de una reelección, sería un mandato débil, sin mucha legitimidad ni entusiasmo de las bases. Además marcado por la crisis económica y hartazgo de la población, que incluso podría terminar su mandato antes del tiempo por protestas sociales. Igual el contexto internacional regional no le es favorable.", finaliza.

Característica
La época marcó bonanza y rasgos prebendales

Contexto. Según Germán Molina, economista, la bonanza económica en Bolivia comenzó en 2003 y duró hasta 2013 con la elevación de recursos de forma exponencial, con casi todas las variables económicas positivas a nivel agregado. Ella permitió políticas públicas sociales, de inversión públicas en infraestructura y otros gastos superfluos.

Inversión y prebenda. En el gobierno de Evo Morales, se desarrollaron las inversiones millonarias en carreteras, energía e hidrocarburos. Solo una parte de esas inversiones logró arribar a su conclusión. Desde el 2014, con la caída de los ingresos como efecto de los bajos precios internacionales del petróleo, por consiguiente del gas, muchos de esos proyectos están en una incertidumbre si se van a concretar o no. Entre ellas se encuentran el proyecto de la Planta de Urea, el ferrocarril que lo vinculará. Las distintas licitaciones de caminos que aún no llegan a ejecutarse, entre otros.

A todo ello, dicen los expertos, paradójicamente la bonanza fue utilizada como prebenda para captar adeptos y apoyo político. Una muestra de ello el caso del Fondo Indígena, donde millonarios recursos fueron desviados a fines particulares y de dirigentes indígenas, entre otros.

Realidad
Latinoamérica marcada por el populismo

Panorama. Algunos expertos identifican tres etapas con que el populismo en América Latina, se impuso desde la mitad del siglo pasado, como tendencias comunes en distintos países de la región. Se tiene: el "viejo populismo", que transcurre desde la crisis del 29 del siglo pasado hasta la implementación de las dictaduras militares de los años 70 y 80.

Líderes. Como ejemplo se destacan regímenes que marcaron una mística de gobierno basada en la dictadura y la conculcación de derechos fundamentales. Entre ellos están: Getulio Vargas en Brasil y Juan Domingo Perón en Argentina, Víctor Paz Estenssoro en nuestro país.

Nuevo populismo. Se aplicó en un periodo catalogado de "ajuste estructural" en la región a partir de la década de los ochenta. La misma, en gran parte de los países estuvo aparejado al reestablecimiento de las democracias, luego de casi tres décadas de inestabilidad política y de dictaduras militares. Entre unas políticas de corte neoliberal durante los años 80 y parte de los 90 se encuentran los gobiernos de Carlos Menem (Argentina), o Alberto Fujimori (Perú). Estos gobiernos, si bien implementaron políticas sociales, en la misma medida se tropezaron con grandes márgenes de exclusión social y corrupción.

Populismo contemporáneo. Surge a partir de los años 90 como reacción a las políticas neoliberales. A mediados de los noventa, arranca la movilización antineoliberal en México con el movimiento Zapatista y la movilización indígena en Bolivia de 1989. En ambos contextos abrieron una nueva agenda de derechos, de autonomía, de plurinacionalidad, ligada a los pueblos indígenas. Se tiene al surgimiento de gobiernos como Lula da Silva (Brasil), Rafael Correa (Ecuador), los Kirchner (Argentina), o militares como Hugo Chávez en Venezuela.

Punto de vista

"Evo es un político híbrido con un discurso ambiguo"

Héctor Luna
Sociólogo y Analista

"En América Latina el populismo estará vigente por las características sociales, económicas, culturales y políticas. Se trata de procesos de ascenso/descenso, donde el liderazgo y discurso político crean altas expectativas en los sectores sociales rurales o urbanos que representan a las mayorías históricamente excluidas por el Estado. Se trata de características similares en países de América Latina que en momentos actuales hay una rupturas del proceso.

Evo Morales es un político híbrido que sostiene un discurso ambiguo que a momentos dice ser antiimperialista, anticapitalista, lo cual, se contradice con medidas económicas liberales. Es un líder que combina entre populismo de izquierda con el de derecha, porque creo que está consciente, al ser gobierno de un país con tantas necesidades, readecuarse al contexto socioeconómico, político mundial, en esa línea no es progresista o revolucionario.

En realidad la economía es una condición para comprender el escenario político vigente, por lo que se avizora a futuro si Evo y sus ministros resuelven adecuadamente los problemas sociales, económicos y laborales, el MAS podría mantenerse más allá del 2020.

A futuro, por un lado se requiere un cambio generacional de los actores políticos, esto podría surgir del propio partido de gobierno como también de otros sectores si se propone un proyecto político diferente. La única alternativa económica a futuro sigue siendo la economía de libre mercado aunque con una estricta regulación del Estado.

El populismo es un alternativa para encarar determinado procesos políticos; no un retroceso, tanto de izquierda o derecha. En el contexto boliviano se intenta hacer política asumiendo determinados valores que tiene su origen en las culturas ancestrales, pero esto no es real sino una pretensión de futuro intentando mostrar la diferencia con la política moderna. Para que sea populismo de derecha tendría que haber un líder carismático equiparable a Evo, y no hay por el momento".

Punto de vista

"Es necesario que el MAS entienda la nueva situación"

Francesco Zaratti
Analista político

"La situación de Bolivia es peculiar: el régimen de Evo Morales está en franca decadencia, desgastado por la ineptitud y la corrupción, pero busca mantenerse en el poder apuntalándose en la figura del caudillo, a pesar de que el Referéndum del 21F 2016 ha rechazado la posibilidad de una tercera reelección.

Si el populismo masista logrará o no resistir en las elecciones del 2019, con o sin Evo, es una incógnita. No solo la economía, sino la geopolítica juegan en contra de los regímenes caudillistas y populistas. Es necesario que el MAS entienda la nueva situación y empiece a transar con la oposición en torno a reglas transparentes de democracia, a una justicia independiente, a instituciones sólidas que permitan transitan de uno a otro régimen conforme a los ciclos que se repiten. En este momento, creo yo, el MAS ya no tiene los músculos para imponer su voluntad, por ejemplo en la elección de magistrados de octubre próximo; y no porque la oposición lo acorrale, sino porque el pueblo no se lo va a permitir. ¿Qué vendrá después? Hay que estar preparados para cualquier eventualidad. Si seguirá gobernando el MAS, intuyo que no será el mismo gobierno que hemos conocido. Si ganará la oposición, el país no podrá volver “a foja cero”, sino que el nuevo gobierno tendrá que asimilar muchas de las medidas y avances de los últimos diez años. Pero también deberá tener la capacidad de cambiar lo que es necesario cambiar, fortalecer las instituciones del Estado, buscar el bien común y adecuarse a los nuevos vientos que soplan en la región y en el mundo. Convenciendo más que imponiendo. En el campo específico de la energía, un grupo de profesionales hemos diseñado algunas líneas de acción que, cualquiera que sea el próximo gobierno, deberán considerarse para salir del hueco de la nacionalización que, después de 12 años, nos ha dejado sin mercados firmes de gas y energía, sin dinero, sin reservas y sin un proyecto viable alternativo al extractivismo atávico".

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