- #Especiales
- 2024-12-05
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Infobae.- Un equipo de científicos ha logrado descubrir los primeros rastros directos de sustancias alucinógenas en el antiguo Egipto, a partir de un recipiente de cerámica que dataría de hace más de 2.200 años.
El artefacto, que se encuentra en el Museo de Arte de Tampa (Florida, EEUU), contiene residuos orgánicos de plantas con conocidas propiedades psicodélicas, lo que confirma una larga sospecha entre arqueólogos: algunos egipcios utilizaban sustancias alucinógenas en sus rituales espirituales.
“La religión es uno de los aspectos más fascinantes y desconcertantes de cualquier civilización antigua. En la región mediterránea, ninguna otra religión ha alcanzado jamás la complejidad ritual, tanto en términos de prescripciones como de saber, de la desarrollada y practicada por los antiguos egipcios a lo largo de tres milenios y medio.
Esta faceta de la cultura del antiguo Egipto era un intrincado nexo de creencias, prácticas mágicas y procedimientos médicos, alquímicos y herbolarios, todos ellos practicados de acuerdo con los acontecimientos y actos descritos en sus textos sagrados”, explicaron los científicos en un estudio publicado en la revista Nature sobre el descubrimiento efectuado.
“Una actuación ritual asistida por ayudas artificiales, que en ciertos cultos específicos llega a asumir un papel central, es la asociada a “Bes”, una de las figuras más fascinantes y tremendamente populares de la religión del antiguo Egipto. En la época del Período Ptolemaico (ca. 330 − 30 a. C.), o algo antes, se construyeron las llamadas Cámaras de Bes en el sitio de Saqqara, cerca de la capital egipcia, Menfis (al sur de El Cairo), en las que se llevaban a cabo rituales poco comprendidos.
El recipiente, un vaso cerámico con la imagen del dios Bes, un popular dios egipcio de la música, la alegría y el parto, es el primero de su tipo en proporcionar evidencia directa sobre el uso de alucinógenos en la antigua civilización.
Según los investigadores, este artefacto, encontrado en una excavación en el sur de Egipto, contenía un cóctel alcohólico y psicodélico probablemente preparado para rendir culto a Bes, de acuerdo con las antiguas tradiciones egipcias.
Durante siglos, los arqueólogos habían especulado sobre los usos de las vasijas decoradas con la figura de Bes, sin embargo, el propósito exacto de estos recipientes y sus contenidos había permanecido en la penumbra, hasta ahora. Si bien es conocido que algunas de estas vasijas se usaban en rituales religiosos o mágicos, el contenido específico seguía siendo un misterio.
El descubrimiento de restos orgánicos de tres plantas con propiedades alucinógenas en este vaso es el primer hallazgo de este tipo y abre una ventana a prácticas rituales hasta ahora desconocidas. Las plantas identificadas fueron el nenúfar azul (Nymphaea nouchali), la ruda siria (Peganum harmala) y una especie del género Cleome, todas conocidas por sus efectos alucinógenos y sedantes. Estas sustancias habrían sido combinadas en un brebaje que, según los arqueólogos, se consumía durante ciertos rituales, posiblemente asociados a la divinidad Bes.
El nenúfar azul es especialmente significativo, ya que es una planta psicoactiva que aparece frecuentemente en las representaciones del dios Bes, quien a menudo se muestra emergiendo de estas flores en las representaciones artísticas. La ruda siria, por su parte, contiene alcaloides que inducen visiones similares a los estados oníricos, mientras que el género Cleome es conocido por sus propiedades alucinógenas.
La investigación también ha revelado que los ingredientes del brebaje encontrado en el vaso no solo incluían plantas psicotrópicas, sino también evidencias de fluidos humanos. El análisis de proteínas humanas sugiere que en la mezcla se añadieron deliberadamente líquidos como leche materna, fluidos mucosos y sangre, lo que indica que este cóctel era preparado para fines rituales específicos. La adición de estos fluidos podría haber buscado personalizar la experiencia espiritual y aumentar la intensidad del efecto de las sustancias alucinógenas.
Los investigadores, encabezados por el arqueólogo Davide Tanasi de la Universidad del Sur de Florida, sugieren que estos rituales eran utilizados en contextos espirituales y de sanación. De hecho, la combinación de estos ingredientes podría haber sido empleada en rituales relacionados con el embarazo, un período de gran peligro en la antigüedad.
Según la tradición egipcia, Bes era considerado el protector de las mujeres en trabajo de parto, y algunos egiptólogos creen que las “Cámaras de Bes”, ubicadas en Saqqara, eran lugares donde se realizaban rituales para asegurar un embarazo exitoso. En este contexto, las bebidas alucinógenas habrían inducido un estado alterado de conciencia, ayudando a las personas a conectar con lo divino en momentos de gran vulnerabilidad.
Este descubrimiento aporta una nueva dimensión al entendimiento de las prácticas religiosas en el antiguo Egipto. Aunque la relación entre los egipcios y las sustancias psicotrópicas había sido mencionada en textos antiguos, nunca antes se había encontrado evidencia tan concreta.
Según Branko van Oppen, conservador del Museo de Arte de Tampa, el hallazgo del vaso con residuos alucinógenos es clave para comprender los rituales que pudieron haberse llevado a cabo en las Cámaras de Bes en Saqqara, un sitio arqueológico cercano a las grandes pirámides de Giza.
El vaso hallado es solo uno de los más de 380 recipientes con la figura de Bes que se han encontrado en excavaciones egipcias, pero su contenido ha resultado ser el más revelador hasta la fecha. Los científicos ahora esperan analizar más artefactos similares para determinar con qué frecuencia los egipcios consumían estas bebidas alucinógenas y cómo influyeron en los rituales religiosos y espirituales de la época.
El hallazgo no solo revela un aspecto desconocido de los rituales egipcios, sino que también refuerza la conexión entre los mitos y la realidad histórica. Según Tanasi, los mitos egipcios sobre Bes y su capacidad para inducir sueños y visiones parecen tener una base real en las prácticas rituales de la época.
“Con este estudio, hemos encontrado pruebas científicas de que los mitos egipcios tienen algún tipo de verdad”, afirma Tanasi, señalando que este descubrimiento ayuda a arrojar luz sobre rituales poco comprendidos que probablemente se realizaban cerca de las Grandes Pirámides de Giza.
Este hallazgo de los rastros de plantas alucinógenas en un antiguo recipiente egipcio abre nuevas puertas para comprender las prácticas espirituales y rituales de una de las civilizaciones más fascinantes de la historia.
A medida que los científicos continúan investigando estos artefactos, es probable que surjan más descubrimientos que nos permitan conocer mejor los misteriosos rituales que tuvieron lugar en el antiguo Egipto, en un tiempo en el que la frontera entre lo divino y lo terrenal a menudo se desdibujaba.