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Alejandro Villegas Campero

Porque mis pensamientos son más altos


2012-05-02 - 22:29:11

“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”
Isaías 55:8-9

Hubo hace muchos años atrás, tres árboles que conversaban en la colina de un bosque, hablaban acerca de sus sueños y anhelos, y el primero dijo: “Algún día seré un cofre de tesoros, estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas, seré decorado con labrados artísticos y tallados finos; todos verán mi belleza”

El segundo árbol habló y dijo: “Algún día seré una poderosa embarcación, llevaré los más grandes reyes y reinas a través de los océanos, e iré a todos los rincones del mundo. Todos se sentirán seguros por mi fortaleza, fuerza y mi poderoso casco”

Finalmente el tercer árbol dijo: “Yo quiero crecer para ser el más recto y grande de todos los árboles del bosque. La gente me verá en la cima de la colina, mirará mis poderosas ramas y pensarán en el Dios de los cielos, y cuán cerca estoy de alcanzarlo. Seré el más grande árbol de todos los tiempos y la gente siempre me recordará”

Después de unos años de que los árboles oraban para que sus sueños se convirtieran en realidad, un grupo de leñadores llegó a ese lugar; cuando uno vio el primer árbol dijo: “Este parece un árbol fuerte, creo que podría vender su madera a un carpintero”, y comenzó a cortarlo. El árbol estaba muy feliz porque sabía que el carpintero podría convertirlo en un cofre para tesoros. El otro leñador dijo mientras observaba el segundo árbol: “Parece un árbol fuerte, creo que lo podré vender al carpintero del puerto”. El segundo árbol se puso muy feliz porque sabía que estaba en camino a convertirse en una poderosa embarcación. El último leñador se acercó al tercer árbol, éste estaba muy asustado, pues sabía que si lo cortaban, su sueño “nunca” se volvería realidad. El leñador dijo entonces: “No necesito nada especial del árbol que corte, así que tomaré este” y cortó al tercer árbol. Cuando el primer árbol llegó dónde el carpintero, fue convertido en un cajón de comida para animales, y fue puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal porque no fue eso por lo que tanto había orado. El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña barca de pesca, ni siquiera lo suficientemente grande para navegar en el mar, y fue puesto en un lago, allá vio como su sueño de ser una gran embarcación cargando reyes había llegado a su fin. El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la oscuridad de una bodega.

Años más tarde, los árboles olvidaron sus sueños y anhelos por los que tanto habían orado.

De pronto un día un varón y una mujer llegaron al pesebre, ella dio a luz un niño, y lo colocó en la paja que había dentro del cajón en que fue transformado el primer árbol. El hombre deseaba poder haber tenido una cuna para su bebé, pero este cajón debería serlo.

“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”
Lucas 2:7

El árbol sintió la importancia de este acontecimiento y supo que había contenido el más grande tesoro de la historia, a JESÚS.

Años más tarde, un grupo de hombres entraron en la barca en la cual habían convertido al segundo árbol, uno de ellos estaba cansado y se durmió en el interior de ella; mientras los demás estaban fuera, una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvar a los hombres, los hombres despertaron al que dormía, éste se levantó y dijo: ¡Calma! ¡Quédate quieto!, y la tormenta y las olas se detuvieron.

“Aconteció un día, que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron. Pero mientras navegaban, él (JESÚS) se durmió, Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban. Y vinieron a él y le despertaron diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza”
Lucas 8:22-24

En ese momento el segundo árbol se dio cuenta de que había llevado al Rey de reyes y Señor de señores.
Un tiempo después alguien vino y tomó el tercer árbol convertido en tablas, fue cargado por las calles al mismo tiempo que la gente escupía, insultaba y golpeaba al Hombre que lo cargaba. Se detuvieron en una pequeña colina y el Hombre fue clavado al árbol y levantado para morir en la cima de la colina.
“Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí. Y el pueblo estaba mirando; y aún los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si este es el Cristo, el escogido de Dios. Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre”
Lucas 23:33ª,35-36

Cuando llegó el domingo, el tercer árbol se dio cuenta que él fue lo suficientemente fuerte para permanecer erguido en la cima de la colina, y estar tan cerca de Dios como nunca, porque Jesús había sido crucificado en él.

Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que siempre Dios tiene un plan para ti. Si pones tu confianza en él, te dará grandes regalos a su tiempo.

“Los que confían en Jehová son como el monte de Sión, que no se mueve, sino que permanece para siempre”
Salmos 125:1

Recuerda que cada árbol obtuvo lo que pidió, sólo que no en la forma en que pensaban. No siempre sabemos lo que Dios planea para nosotros, sólo sabemos que: “Sus caminos no son nuestros caminos, pero sus caminos siempre son los mejores”.
EL SEÑOR TE BENDIGA Y HAGA RESPLANDECER SU ROSTRO SOBRE TI

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