Alejandro A. TagliaviniGato (Maduro) por liebre
2014-02-13 - 07:51:43
Cuentan que en los siglos XVI y XVII era común que en los mesones dieran por buena carne que no lo era, dando origen al dicho del título. Tanto tiempo ha pasado y todavía los gobiernos populistas viven difundiendo, demagógicamente, lo buenos que son y con ello consiguen –valiéndose también de algunos “pequeños” fraudes- los votos para perpetrarse en el poder. Pero en los hechos resultan desmentidos y los ciudadanos huyen, con lo dura y desaconsejable que es la emigración, a las naciones más criticadas como el “imperio del mal”, EE.UU., que es el país del globo que más inmigrantes recibe. Se diría que su “voto vale doble”: votan en las urnas y botan su país de origen.
Como siempre, la Venezuela “bolivariana” es ejemplo. Gracias a la crisis económica y el clima de violencia, entre otras cosas, el éxodo subió más de 26% en la última década. Según una investigación de la Universidad Católica Andrés Bello, entre 2005 y 2010 al menos 143.000 venezolanos dejaron su patria siendo sus principales destinos EE.UU. y España. En 2005, había 380.000 venezolanos viviendo en el exterior y en 2010 ya eran 530.000, cuando todo el país tiene 28 millones de habitantes, y el número podría ser mayor dado que muchos poseen pasaportes europeos y no son contabilizados. Según Iván de la Vega, de la Universidad Simón Bolívar, “72% de los estudiantes tienen entre sus opciones de vida la posibilidad de irse del país”.
La contrapartida no es menos “interesante”. En EE.UU. también el marketing es exitoso. Resulta que el “progresista” Obama es quién más inmigrantes echó. El año pasado, según The Economist, deportó 369.000 indocumentados (o sea, que no supieron falsificar documentos o sobornar a los funcionarios como sí saben hacer los terroristas experimentados), nueve veces más que hace 20 años. Así, durante el período Obama fueron deportados casi 2 millones de personas. Pero lo cierto es que los trabajadores extranjeros contribuyen en gran medida al bienestar de los países receptores, incluyendo la investigación científica.
Según un estudio de la Unión Europea (UE), por caso, los trabajadores inactivos procedentes de otros socios europeos suponen entre 1% y 5% del total de beneficiarios de prestaciones sociales en los países más ricos, y el gasto en Sanidad que consumen es el 0.2% del presupuesto total y el 0.01% del PIB. Así, la fobia anti inmigrantes no ocurre solo entre latinos. Un reciente referéndum impulsado por el derechista Partido del Pueblo Suizo, limita la entrada de europeos a Suiza. La contratación de cualquier extranjero, incluidos los ciudadanos de la UE, volverá a estar supeditada al consentimiento de las autoridades locales, quienes deberán priorizar a ciudadanos helvéticos.
En Suiza residen unos 1.8 millones de extranjeros, 23.3% de la población de 8 millones, y aumentan a razón de 80.000 por año. Sin embargo, el país es uno de los más ricos y su PIB per cápita ronda € 58.000 brutos, mientras que la tasa de desempleo si bien subió a 3.5%, está debajo de la media de la Eurozona (12%) y de la de España (25,8%). Hablando de España, un proyecto para conceder la nacionalidad española a los descendientes de los judíos –sefaradíes- que en 1492 fueron expulsados de la península Ibérica, provocó la saturación de los consulados españoles en Israel, se diría que hasta los mismos israelíes están hartos de tanta bomba estúpida de un lado y otro.
*Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California
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