Opinión

Círculo de amistades

2014-12-22 - 19:49:44
Ahora que el Obama-care (que es más que USAID) se ha hecho cargo de Cuba, que el ALBA está en terapia intensiva, que las FARC abandonan la guerrilla y cambian de rubro, quizá sea oportuno que el gobierno boliviano piense en mejorar su círculo de amistades.

Deberá, para comenzar, pedir disculpas a los presidentes de la Alianza del Pacífico por haberles llamado “lacayos del imperialismo”. No sé si valga la pena decir que quien pronunció la ofensa estaba fuera de sí o bajo el efecto de emociones producidas por agentes químicos, pero algo habrá que decir.

Nunca se había dado antes, pero quizá convenga pedir disculpas públicas, diciendo que se trató de un malentendido. Tendría que ser hecho a través de la OEA, porque la ofensa estuvo dirigida contra cinco países de la región. Fue una ofensa mayorista; corresponde una disculpa también mayorista.

También será conveniente enviar una disculpa al presidente de México. Eso de que se trata de un estado fallido porque ha sido superado por la presencia de actividades del narcotráfico es, para decir lo menos, un mal cálculo. Alguien que tenga el techo de vidrio no tendría que arrojar piedras al techo del vecino.

Ahora que se ha anunciado la visita del Papa Francisco a Bolivia en julio próximo, no estaría mal que el gobierno boliviano pida disculpas a los obispos de la Iglesia católica por haberles dicho de todo en tantas ocasiones.

Y, ya que estamos en la Roma Eterna, quizá corresponda aclarar aquello de que los aimaras derrotaron el Imperio Romano. Fue una frase desafortunada. Que los historiadores lo hayan condenado es poca cosa, pero lo que preocupa es la burla de los romanos. ¡Las cosas que habrán dicho a este propósito en el Trastévere! Ni siquiera me quiero imaginar.

Ahora que el gobierno ha comprado una buena cantidad de intelectuales, con el argumento de los 200 libros para el año 2025, quizá alguno sepa algo de los verdaderos motivos de la caída del Imperio Romano y aclare que los aimaras no participaron en ella.

En fin, que cuando se trata de renovar el círculo de amistades, hay mucho trabajo.
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