Opinión

Charlie Hebdo

2015-01-14 - 14:50:29
La matanza en la revista satírica Charlie Hebdo ocasionó repulsa, tristeza y frustración y, en pocos casos, hubo justificaciones poco convincentes.

Hay ya cientos los artículos sobre esta tragedia. Resaltan, entre ellos, los que, sin intención política y desde diversas trincheras ideológicas, han condenado este crimen y han llamado, como lo hizo el filósofo Abdennour Bidar en Le Monde, a que “el primer reflejo de dolor y de cólera” no genere “la tentación de devolver mal por mal, de recurrir a la violencia para hacerse justicia, de escoger la venganza contra el mal –eterna tentación para el ser humano de la ley del Talión o del odio por el odio”.

Pero, lo insólito: para justificar la barbarie, se procuró encontrar razones para la conducta criminal de matar para vengar una burla o una caricatura. Estas explicaciones se orientaron nítidamente a la negación de la libertad y de la democracia. Es que para combatir excesos –si hubiera alguno en Charlie Hebdo– hay procedimientos legales a los que se podía recurrir. Matar no es la solución, ni es el castigo por pensar diferente ni por una pretendida ofensa.

Se trata principalmente de la libertad de expresión –la que es negada por las organizaciones de los terroristas que asesinaron en Charlie Hebdo. Por eso cobra notoriedad que en algunos mensajes de condolencia, cumplidamente se cuida de no mencionar que esta matanza no solo fue un crimen que segó la vida de seres humanos; también es un atentado a la libertad de expresión. Por lo menos hubo dos mensajes con esa falta: en Bolivia no lo hace el mensaje el presidente y, peor aún, una ministra afirmó que fue una reacción ante el "fanatismo racista contra islamistas, xenófobo y de derecha cavernaria en caricaturas de #CharlieHebdo”. Está a la vista que no estuvo enterada que era conocido el apoyo del director de la revista, Stéphane Charbonnier, al Partido comunista francés, respaldándolo en las elecciones europeas de 2009 y en las regionales francesas de 2010.

Por su parte, la presidente argentina, reiterando su conocida aversión a la prensa independiente, evitó condenar el atentado contra la libertad de expresión. Un editorial de La Nación de Buenos Aires (09.01.2015) dice: “Quizá sea, en efecto, un pedido utópico a un gobierno (el de la señora Kirchner) que, últimamente, parece sentirse muy cómodo haciendo acuerdos con gobiernos como los de Irán, Rusia o China, para los cuales la libertad de prensa, antes que un valor fundamental de cualquier sociedad democrática, no es más que un disvalor”.