Opinión

Nosotros también somos Charlie Hebdo

2015-01-14 - 14:54:07
No podemos abstraernos de los terribles acontecimientos acaecidos en la redacción del semanario satírico humorístico “Charlie Hebdo” de París, donde un par de fanáticos musulmanes acabaron con la vida de diez de sus periodistas, en un estúpido intento de acallar la música, matando al compositor.

Empero, este horrendo crimen no fue casual, hace tres años la revista ya había sido atacada por fanáticos yihadistas con un incendio y en respuesta, el satírico semanario devolvió la ofensa haciendo gala del más fino humor, con una caricatura en la que se mostraba a un musulmán y a uno de sus dibujantes, besándose en la boca, con la leyenda: “El amor es más fuerte que el odio”. Esta notable réplica a la barbarie acrecentó el odio de sus enemigos y devino en el asesinato masivo de sus redactores, excediendo toda proporción y racionalidad y retratando nítidamente la clase de los criminales. A pesar de ello, en el nuevo número de la revista, el primero desde el ataque terrorista del pasado miércoles, éstos recibieron nuevamente como respuesta un dibujo que representa a un Mahoma lloroso, con un cartel: “Yo soy Charlie” y el título “Todo está perdonado”.

El humor no suele agradar necesariamente a todos y menos a los déspotas, que ven en él un enemigo difícil de combatir sin que medie la violencia, pues este género, al tornarse hilarante para muchos, suele resultar pesado y atrevido para otros que carecen de la agudeza suficiente para entenderlo. Precisamenteésta era una de las premisas que inspiraba a los integrantes del semanario de marras cuando manifestaban: “El humor sin autocrítica no es humor. Nos burlamos de nosotros mismos, de los políticos, de las religiones, es un estado de la mente que es necesario tener”.

Con mayor y suficiente razón se burlan de los políticos cuando por ejemplo, se topan con la gafe de nuestra ministra de Comunicación Social, cuando al referirse a este luctuoso acontecimiento indicó: “Fanatismo racista contra islamistas, xenófobo y de derecha cavernaria en las caricaturas de Charlie Hebdo, pero nunca justificación para masacre” para añadir más tarde: “En Charlie Hebdo los extremismos de izquierda se juntaron con los extremos de la derecha racista”. Por supuesto que semejantes declaraciones, sin necesidad de ser humorista, se prestan a la más desternillante carcajada toda vez que, si de algo se preció Charlie Hebdo siempre, fue de ser una revista de izquierda radical y no de derecha cavernaria como la identifica la cabeza del sector de la prensa en el gabinete, sin enterarse de que el periódico francés “Liberatión”, de reconocida línea izquierdista, ofreció de inmediato sus instalaciones para que el semanario pueda editarse en ellas.

Se sabe que la libertad ciudadana en Francia y en muchos países de nuestra región está amenazada por un islam que niega la legitimidad de las leyes de la República y que sólo aspira a aplicar la Sharía, esa notable ley de Alá que esclaviza a las mujeres y ordena asesinar a todo infiel que se resista al mensaje del profeta. Ante semejante amenaza sólo nos resta afirmar que nosotros somos también Charlie.