Opinión

Dios vuelve a Cuba

2015-05-13 - 11:36:25
“No es broma”, impostaba el presidente de Cuba Raúl Castro Ruz, al parodiar la conversión de Saulo y afirmar que: “volvería a rezar y a la Iglesia Católica” tras sostener una entrevista de casi una hora, concedida por el Santo Padre, luego de la cual confesó a la prensa haber quedado impresionado con el pontífice: “por su sabiduría, su modestia y todas sus virtudes que conocemos que tiene”, para luego añadir: “Cuando el papa vaya a Cuba en Septiembre, prometo que iré a todas sus misas y con satisfacción”.

Lo que si pareciera una broma, y muy pesada por cierto, es que con ese anuncio el dictador comunista echó por la borda medio siglo de marxismo aplicado a su pueblo para sojuzgarlo, inculcándole la mal entendida frase de Karl Marx creada en 1844: “La religión es el opio del pueblo” que, más que una frase filosófica fue una muletilla política que a través de la historia, así como no entendieron el verdadero sentido de la afirmación del filósofo judío alemán, supieron adecuarla a sus conveniencias. Sin proponérselo, Castro formuló lo que los expertos del marketing calificarían como una “joya publicitaria” en favor de una Iglesia católica que tanto combatieron y ante la cual hoy rinden sus armas.

Lo curioso es que la historia se repite, como lo afirmaba el propio Marx: unas veces como tragedia y otras comocomedia. Al Papa Karol Vojtyla le tocó visitar la Isla después de haber logrado la democratización de la Europa Oriental y la caída del comunismo. No cabe la menor duda de que en esa visita se inició la apertura de Cuba hacia los EE.UU. y el posible levantamiento del embargo, aún a costa de significar un enorme giro político para la gerontocracia cubana que, a más de medio siglo de infructuosa demagogia, estaba acusando los embates de una terrible debacle económica.

Suponemos que esta vez, el mensaje del papa Francisco en su próxima visita a la isla se circunscriba a corroborar que la declaración de Raúl Castro en Roma sea genuina y no un ardid para salir del paso y perennizar su dictadura. De hecho, Su Santidad ha seguido muy de cerca el reciente diálogo iniciado entre Cuba y los EE.UU. y podemos asegurar que uno de los mayores objetivos del Vaticano será reforzar esta apertura, por más lenta y difícil que sea, para incluir en ella a otros países de la región, desde México hasta la Patagonia, que están siendo pasto de la corrupción y el narcotráfico.

Durante más de 2000 años han sido incontables las intentonas de déspotas, políticos o religiosos mesiánicos que han pretendido suplantar las enseñanzas de Cristo y acomodarlas a sus propósitospersonales, sin embargo, ninguno de ellos tuvo éxito y hoy vemos cómo los más próximos a nuestra región, que hace muy poco despotricaron y depredaron nuestra iglesia, cayeron rendidos ante ella besando crucifijos. Una señal inequívoca de que a pesar de no haberla dejado nunca, muy pronto Dios volverá a Cuba.