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Charles Suárez

Tocando a los Ungidos


2015-05-21 - 12:10:23
La mayoría de los que estamos en el ministerio, ejerciendo un liderazgo, generalmente hemos sido alertados para cuidarnos de la tres “F” (faldas, fama, finanzas) pero nos hemos olvidado de cuidarnos y protegernos, de lo que yo he llamado la cuarta "F" "Familia de la fe". Esta ultima "F" se subdivide, como alguien las llamó las tres “D” destructoras que operan contra los santos de Dios.

Antes de compartir las “tres D”, debemos decir que no es la primera vez (y lamentablemente no será la última) en la que los siervos de Dios, fieles y santos, son falsamente acusados por personas que dicen ser "cristianos" (usados por el diablo), para desdibujar y descalificar su imagen y en muchos casos eliminarlos de su carrera espiritual e imposibilitar que causen daño al reino de las tinieblas y cumplan su destino en Dios. La Biblia nos enseña que no debemos estar ciegos a las maquinaciones del enemigo (2 Corintios 2:11).

¿Cuáles son las tres “D” destructoras?

Estas tres palabras son ramificaciones del espíritu destructor que viene contra los siervos del Señor: Difamación, Descrédito y Defenestración. Analicemos brevemente cada una de ellas:
DIFAMAR Esta palabra significa “desacreditar a una persona”. En el idioma original griego esta palabra tiene dos acepciones: “blasfeméo”(En 2 Pedro 2:12 dice “hablando mal de cosas” y 1 Timoteo 1:20 dice “para que no aprendan a blasfemar”)“Dusfeméo” (Esta palabra aparece en 2 Corintios 6:8 donde dice: “mala fama”) Difamar, entonces significa: hablar mal, blasfemar (o maldecir) y crearle mala fama a un siervo del Señor, a través de comentarios que en la mayoría de los casos son mentiras y falsas acusaciones.

DESCRÉDITO Esta palabra significa “perdida de la (buena) reputación”. En el idioma original griego esta palabra es “oneidismós” y se la traduce como “vituperios”. A su vez esta palabra deriva de “oneidizo” que significa “injuriar”. Estas palabras aparecen en el pasaje de Romanos 15:3; 1 Timoteo 4:10; Hebreos 10:32-33. Descrédito, entonces significa hablar mal de un santo siervo de Dios, para injuriarle a fin de que pierda su buen testimonio ministerial.

DEFENESTRAR Esta palabra significa: “arrojar al vacío a una persona a través de un balcón o ventana”. Esta palabra no la encontramos en la Biblia directamente pero si su efecto destructor. Es similar a la palabra calumnia, por la cual una persona es bajada de su pedestal de autoridad debido al efecto negativo de tales palabras acusatorias. En 3 Juan v. 9-10 leemos acerca de esto: “Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros.”

¿Qué hacía Diótrefes? Defenestraba malignamente con calumnias a Juan, fiel siervo de Dios. Es por eso que en el v.11 el Apóstol Juan le da un consejo a Gayo, el amado, diciéndole: “Amado, no imitéis lo malo sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.”En este contexto, lo malo es defenestrar a los siervos de Dios. Por cierto, jamás Dios aprueba tal comportamiento.

¿Contra quiénes va dirigido este ataque del enemigo? Aquí es bueno hacer una aclaración: Esta clase de ataque no es para cualquier persona que dice servir a Dios, es para aquellos que caminan en santidad y hacen la obra que Dios aprueba.

Esta clase de siervos son los que causan estragos en el reino de las tinieblas, por lo cual hacen movilizar al enemigo para intentar detenerlos, frenarlos y hacerlos desaparecer si fuera posible. Cuando un siervo de Dios abiertamente está en pecado y desobediencia, él mismo ha dejado la puerta abierta para ser destruido por el enemigo y no hace falta que sea acusado de nada, pues con lo que ha hecho alcanza y sobra para quedar descalificado espiritualmente, aunque siga activo en el ministerio.

Alguien dijo: “en verdad que hay que ser una verdadera amenaza para la obra de Satanás para que él se moleste en señalarnos y ser víctima de sus infames ataques.” Por eso usted verá a muchos que “sirven” y nunca les pasó ni pasará nada de lo que estamos hablando, pero usted verá a alguien seriamente comprometido con la causa de Dios, ungido y equipado contra las fuerzas de maldad, y verá a alguien severamente atacado por el enemigo en diversas etapas ministeriales.

(1 Timoteo 4:10; Hebreos 10:32-33) Note las palabras del escritor, habla de un “gran combate” que es familiar para todos los que hacen la obra de Dios. Bajo el punto de vista bíblico, lo normal es ser atacado por el enemigo para descalificarnos de la batalla espiritual. Usted debe vivir cada día armado de ese pensamiento y tomar las precauciones necesarias. La voluntad de Dios es que todos sus ministros tengan buen testimonio dentro y fuera de la iglesia, para no caer en descrédito y en lazo del diablo (1 Timoteo 3:7). El enemigo, conocedor de ésta Palabra, lanza sus ataques para lograr el descrédito a los siervos del Señor.

¿Cómo vienen los ataques del enemigo sobre los siervos fieles de Dios?
Los ataques más feroces no vienen de afuera sino de adentro, de lo que llamamos “la Iglesia”. La carne no quebrada, las envidias y los celos, el dejar puertas abiertas por heridas interiores no sanadas, son las vías por donde el enemigo lanza su ataque. El diablo utiliza la carnalidad del creyente para entrometerse y lanzar sus ataques contra los siervos de Dios.

Muchas iglesias se han dividido y cerrado por esta causa; muchos ministros han tenido que dejar ministerios, ciudades y huir como si hubieran sido realmente culpables.

Santiago 4:1. En el v.2 dice cuáles son las pasiones: “codicia y envidia”. En Gálatas 5:20-21, también se habla de las obras de la carne que fluyen en el creyente no quebrantado ni lleno del Espíritu Santo: “enemistades, pleitos, celos, contiendas, envidias”.
En 1Corintios 3:1-3
Pablo le dice a los corintos que no les puede hablar como a personas maduras en la fe sino como a carnales, como a niños en Cristo. ¿Por qué les dijo eso? “porque aun sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y divisiones; ¿no sois carnales, y andáis como hombres (que no tienen a Cristo)?” Santiago 3:6 dice acerca de la lengua. Aquí claramente la Palabra dice que el diablo utiliza la lengua del creyente carnal para lanzar su feroz ataque contra los santos siervos del Señor.

Un siervo de Dios llegó a escribir en internet una larga lista de reconocidos predicadores y siervos de Dios, aduciendo que eran falsos profetas. Unos que empujaban con las manos para que cayesen al suelo y otros que predicaban un evangelio de prosperidad bíblicamente equivocado. Hoy en verdad hay muchos ministerios que han escandalizado a propios y extraños predicando desaforadamente sobre pactos y prosperidad económica. Pero, eso no nos da derecho de provocar escándalo mediático contra nadie, pues son las tinieblas las que son beneficiadas con ello.

¿Cuáles deberían ser los pasos para no caer en el pecado de omisión?
(Mt. 18) No dice que lo denuncies públicamente. Búscalo personalmente. Si no vive en tu ciudad o país hazle llegar una carta exhortándolo a alinearse a la sana doctrina (Gal. 6:1). Por último la Biblia dice en RELACIÓN a los que predican de manera NO SINCERA, por ENVIDIA, por CONTIENDA, por PRETEXTO (Filipense 1:15-18; Mar 9:38; Mat. 13:25-30).

Pr. Charles Suarez
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