Estos son 3 casos de personas que sí mueren realmente, pero que vuelven a la vida, experimentando una conexión con el Más Allá. Conoce 3 historias que cuentan qué sintieron estas personas, que durante un breve periodo estuvieron muertas.

1. La experiencia de Elizabeth Taylor, encuentro en el Más Allá

La actriz Elizabeth Taylor confesó en el programa Larry King Live y en las ABC News que durante el lapso de tiempo en que estuvo muerta, mientras era operada, vivió una experiencia increíble. Al parecer cruzó un túnel hacia una luz brillante y que, una vez ocurrió esto, se encontró con el espíritu de Michael Todd, uno de sus ex esposos y su gran amor, que había muerto recientemente en un accidente aéreo. Durante este encuentro,Todd le dijo que debía volver.



Elizabeth quería quedarse con él, pero Michael la empujó a volver a la vida porque tenía mucho trabajo y vida por delante. Justo entonces, Taylor resucitó. Elizabeth prefirió mantener esto en secreto durante mucho tiempo, ya que tras contarlo a los médicos, se dio cuenta de que sonaba realmente demente. Aún así, finalmente, decidió compartir su experiencia con el mundo.

2. La experiencia de Anita, curación de un cáncer terminal

Una mujer de Hong Kong, Anita Moorjanki, tenía un cáncer terminal. Estaba tan grave que decidieron trasladarla a su casa, para que muriera lo más cómoda posible entre sus seres queridos. A la mañana siguiente Anita no despertó: estaba en coma. Los médicos pronosticaron que en 36 horas Anita moriría, ya que sus órganos no podrían soportar ese estado, estaba muy débil.



¿Qué ocurría con Anita en ese preciso instante? Aunque en coma, de alguna forma estaba escuchando ese pronóstico, igual que presenció como su hermano recibía la noticia de que ella estaba muriendo mientras viajaba en avión. Ambas conversaciones serían confirmadas más tarde por sus participantes.

La experiencia de Anita, según dice, la llevó a otra dimensión en la que se le explicó el por qué de su vida, de su cáncer, la misión de los miembros de su familia y el sentido de la vida en general. En este “lugar” se sintió envuelta de amor y claridad y de unos espíritus bondadosos que, según dice, siempre van con nosotros, aunque no lo sepamos.

En este lugar se le ofreció la opción de volver a la vida o elegir morir. La comprensión de Anita sobre la “energía” que, según su experiencia, nos rodea y conforma nuestras enfermedades y vida, le hizo estar segura de que se curaría. ¿Lo más impresionante? Despertó y se recuperó. Tanto que, tras aquello, no quedó ni rastro de cáncer en su cuerpo. Los médicos le hicieron un sinfín de pruebas y aún no comprenden cómo ocurrió, pero estaba absolutamente sana.

A día de hoy, Anita ha escrito un libro sobre su experiencia y dice estar aprovechando su segunda oportunidad de vida para compartir con otras personas lo que descubrió durante su traspaso.

3. Mary de vuelta a la vida tras un accidente en kayak

En 1999, Mary, una estadounidense, decidió irse de fin de semana a practicar kayak con su marido y sus amigos a Los Ríos, Chile.

El fin de semana estaba transcurriendo estupendamente. Por la mañana el marido de Mary empezó a encontrarse mal y decidió no unirse a la siguiente excursión en kayak. Mary le dejó descansar y se marchó con sus amigos a una parte del río muy peligrosa, con cataratas de 10 a 15 metros. Un recorrido bastante complicado.

Al parecer, cuando se subió al kayak Mary tuvo la sensación de que algo no marchaba bien, se sentía algo enferma. De pronto, mientras miraba la caída de una catarata, sintió como empezaba a caer. Mary estaba fuera del bote, por alguna razón había acabado dentro del río y la corriente de este la arrastraba sin piedad. Sus amigos no tuvieron tiempo de reaccionar e hicieron lo único que podían hacer, buscarla e intentar encontrarla lo antes posible, antes de que se ahogara.

Según Mary, mientras la corriente la arrastraba y se golpeaba contra las rocas tenía el pleno convencimiento de que moriría. Sus amigos vieron como sus piernas se rompían de una forma grotesca al impactar contra una roca y pensaron que ya no había esperanza. Fue entonces, cuando, aunque nunca había sido una persona espiritual, se dio cuenta de que estaba viendo lo que le ocurría a su cuerpo desde fuera del mismo. Vio como recuperaban su cuerpo, como le hacían un masaje cardíaco, el tono violáceo de su piel, la falta de constantes vitales… “Supongo que ya estoy muerta”-se dijo. Justo entonces, aparecieron unas personas, unos espíritus que la guiaban a un punto brillante, a una estructura con forma de cúpula. La sensación de amor que irradiaba era increíble.

No obstante, los espíritus dijeron a Mary que todavía no había llegado su hora, tenía trabajo que terminar. Y una de sus tareas tenía mucho que ver con su hijo Willie, quien sí estaba cerca de acabar su tarea vital. Mary supo que en poco tiempo su hijo iba a morir y volvió a la vida. Estuvo prácticamente media hora sin oxígeno, pero se recuperó. Sin embargo, desde este suceso no pasó día en que no pensara si aquel iba a ser el último momento de su hijo Willie. 10 años después, Willie salió a patinar con un amigo y ese mismo día un accidente de coche se llevó su vida.

Esta experiencia ha cambiado la  forma de ver la vida de Mary y, aunque asegura que ni ella misma sería capaz de creer lo que le ocurrió, esta absolutamente segura de que los milagros pueden ocurrir en cualquier momento.

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